Solicitada: La destrucción de Ucrania; Stalin mató 5 millones de hambre, Putin mata miles; Huyen dos millones

En 1987 el historiador italiano Andrea Graziosi descubrió en archivos de su país, los informes que el cuerpo diplomático italiano destacado en la URSS (hoy Rusia) en la década de los años ‘30, había remitido al gobierno de Italia. En esos archivos diplomáticos se relataba la angustiante e inhumana situación en que vivían y morían los habitantes de Ucrania entre 1931 y 1933.
Graziosi encontró en el Ministerio italiano de Asuntos Extranjeros dentro de archivos rotulados como “Cartas de Járkov”, el relato de los diplomáticos que describían la despótica imposición de los rusos sobre los campesinos ucranianos para sojuzgarlos mediante el “Proceso de colectivización de la agricultura”. Proceso iniciado por Lenin y su revolución bolchevique de 1917. Esa idea absurda de querer manejar la vida rural y su trabajo como una fábrica industrial, resultó en el más rotundo fracaso. El jefe de esa colectivización del campesinado ucraniano fue José Stalin. Provino así una feroz hambruna que asoló a Ucrania. Se castigó con la deportación a Siberia a los productores más prósperos y dueños de tierras productivas. A los pequeños propietarios se les obligó al trabajo colectivo despersonalizando el trabajo y licuando su rédito. Se trajeron obreros de la ciudad –ignorantes de la agricultura– a ocupar las tierras de los deportados a Siberia. A todos se les obligó a darle al Estado parte de sus cosechas que eran cada vez de menores rendimientos dado el desorden imperante por los métodos aplicados. Eso provocó escases y en consecuencia una hambruna brutal de la cual dan cuenta esas cartas de los diplomáticos que encontró el historiador Graziosi. Entre 1932 y 1933, esa hambruna provocó una situación dantesca: la muerte por hambre de más de cinco millones de ucranianos, habitantes de las otrora tierras prósperas de “el granero de Europa”.
La crueldad llevada a extremos infrahumanos. La represión y persecución para imponer el trabajo forzado en beneficio del Estado en un régimen de brutal esclavitud.
Esas cartas que trasmiten la realidad de la “martirización” de Ucrania en los años 30, bajo la mano de hierro de Stalin implantando el comunismo al natural, dan cuenta de una de las páginas más tétricas del siglo XX. No obstante pasaron más 50 años, olvidadas (¿voluntariamente?) en archivos oficiales de Italia. La veracidad de estos hechos luctuosos son hoy totalmente indiscutidos. Queda por especificar en cuál categoría de la criminalidad se ubica. Nuestra opinión, coincide con la del historiador Andrea Graziosi: fue un genocidio. Porque quizás no era el objetivo el exterminio de un pueblo como tal. Pero es cierto que existió la imposición “a sangre y fuego” del Primer Plan Quinquenal, la colectivización forzosa y la deportación de los propietarios más pudientes (los kulaks) a Siberia. Con esa planificación perversa provocaron y ejecutaron la muerte de un alto porcentaje de la población del pueblo ucraniano, de manera premeditada e intencional. Para el año 1933 la tasa de mortalidad en el campo de Ucrania, fue tres veces mayor que la del resto de la URSS.
El Rus de Kiev existió desde finales del siglo IX y el principado de Moscú aparece por el mil doscientos y algo. Parecería que Putin miente al decir que Ucrania siempre fue rusa.
Es probable que los ucranianos, como buenos cosacos a quienes mencionan en su himno, prefieran morir por ser libres. Y solo la verdad nos hará libres.

Ing. Ramón
Appratto Lorenzo