Falleció Mario Molinari Cernicchiaro, compañero que nos invitaba a pensar

A sus 73 años, dejó de existir en las últimas horas el profesor de Filosofía Mario Molinari Cericchiaro, un querido excompañero de la Redacción de EL TELEGRAFO durante décadas y que, aún retirado, nos dejaba año a año –desde 2007 hasta este 2022– su valioso y reconocido aporte en los clásicos talleres de Filosofía de la Fiesta de la Prensa.

Mario integró la Redacción de nuestro diario desde el 1º de julio de 1980 –coincidentemente en la fecha aniversario de EL TELEGRAFO–, sección en la que se desempeñó durante tres décadas. Los compañeros que tuvimos el honor de conocerlo supimos de su pasión por la Filosofía, sin dudas el gran amor de su vida. Quienes lo tratábamos, sabíamos de ello, porque precisamente siempre tenía una broma que era un tema filosófico. “¿Qué es preferible, un banco amigo o un amigo en el banco? Yo creo que un amigo en el banco”, él mismo se contestaba. Y así innumerales citas, pues de sus labios surgía la broma con la filosofía, en la que enseñaba, educaba, pero también transmitía a través de ese amor el conocimiento de un filósofo. Ese legado sin dudas también lo dejó en sus alumnos en las aulas de liceo, porque encontraban en este docente la vehemencia de su sentimiento noble por los filósofos y su obra, que terminaba por contagiar, motivar y convencer.

Cuando Mario ya se había retirado de la actividad –mas no de EL TELEGRAFO, porque permaneció siempre cerca– y cuando aún practicaba la docencia, propuso a quienes organizaban la Fiesta de la Prensa realizar una charla, idea que se plasmó en el primer taller de Filosofía en 2007.
Fue tal el grado de convocatoria, que en cualquiera de sus escenarios –primero en el Patio Colonial, años más tarde en la Sala de Actos “1º de Julio”, pasando por el edificio de Dr. Roldán y el Espacio Cultural Gobbi–, siempre se reeditaba a sala completa de público. Durante muchos años fue presentado por nuestro excompañero Daniel Maidana, quien terminaba también interviniendo y participando porque Mario tenía la particularidad que sólo proponía un tema y, con ese carácter tan democrático, abierto y sabio, sabía motivar y escuchar, haciendo que en estas instancias fuera prácticamente imposible permanecer ajeno a la discusión planteada y sumar el aporte.

Es que este docente, más allá de su posición, quería que todos pensáramos y, ahí, seguramente está la explicación de la vigencia y permanencia de los talleres de Filosofía de la Fiesta de la Prensa, en los que Mario fue acompañado en varias ediciones por el licenciado Rodrigo Eugui y en este 2022 por la licenciada en Ciencias de la Educación, Carmen Burjel.
Sin dudas, Mario fue un hombre leal, sincero, humilde, apegado a conceptos de vida –realmente muy firmes–, que prefería no la discusión sino la reflexión. Una persona muy valiosa y sencilla, pero por sobre todo muy querible. Que descanses en paz, Mario. Ingrid Soca