De acuerdo a lo señalado por el presidente de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, Carlos Albisu, este organismo lleva adelante preparativos con vistas a la construcción por privados de un puerto de barcazas aguas arriba de la represa, a pocos kilómetros de la capital departamental. La iniciativa tiene por objeto captar cargas del norte de Brasil, como alternativa propicia para la salida de la producción.
Se trata de un emprendimiento privado a instalarse en la desembocadura del arroyo Itapebí, sobre el lago de Salto Grande, a unos 30 kilómetros de la ciudad, por una inversión estimada globalmente en unos 40 millones de dólares. Se contempla traer “desde Brasil, en dos etapas, por cuanto la primera prevé hacerlo desde la zona de Uruguayana, unos 80 kilómetros al noroeste de Artigas, barcazas que pueden cargar hasta dos mil toneladas, para descargar en Salto, en tanto la segunda apunta a transportar los productos desde unos 750 kilómetros dentro de Brasil, con capacidad de carga de 400 toneladas por barcaza, específicamente granos”.
Firma de habilitaciones
Recientemente el intendente de Salto Andrés Lima firmó las habilitaciones necesarias a nivel departamental para instalar el puerto de barcazas al norte de la represa de Salto Grande. Posteriormente, se trasladó hasta el lugar donde se construirá el muelle, junto a integrantes del grupo inversor.
Expuso que “Procedimos a dar los permisos, de cara a una inversión privada muy importante para el desarrollo del departamento y la región como lo es el puerto de barcazas. Esta es la región del país donde menos inversión hay y por tanto, cuando aparece una propuesta de este tipo, tratamos de acompañar, generar las condiciones y brindar el apoyo para que pueda llevarse adelante. Hoy estamos en un momento óptimo, a la salida de la pandemia, en el que hay varias propuestas planteadas, como algunos proyectos de barrios residenciales que pasarán a la Junta Departamental”.
En tal sentido, Lima explicó que el ordenamiento territorial del departamento, plasmado en el Plan Director, prevé áreas de desarrollo. Y eso habilitó a la Intendencia, en este caso, a dar la autorización para construir el puerto sin pasar por la Junta.
Consideró que “si bien estamos a 500 kilómetros de la capital, esto es una señal más de que podemos apostar al desarrollo. El departamento precisa trabajo, inversión, y creemos que tenemos que acompañar el proyecto y darle la mayor difusión, porque estamos convencidos de que el capital atrae al capital”.
Una de las condiciones que puso la Intendencia, informó Lima, fue que la puesta a punto y el mantenimiento de la caminería corresponda al grupo inversor, “en la medida en que habrá un movimiento muy grande de tránsito pesado. Seguramente al principio se requerirá una inversión importante, pero luego será mantenimiento. Si en el futuro las condiciones económicas de la Intendencia lo permiten, entonces podríamos disponer de recursos para esos efectos”.
Desde el grupo inversor, se dijo que ahora se podrá pasar al proyecto ejecutivo y que la primera etapa, la construcción del muelle, lleva entre 10 y 12 meses, por lo que en el correr de 2023 podría estar operativo. La obra puede llegar a ocupar entre 80 y 100 personas en su pico máximo, con un promedio de 50, pero a su vez derrama actividad y reciclaje de dinero en el entorno.
