Cuando ya la COVID-19 es para muchos de nuestros conciudadanos cosa del pasado –aunque todavía hay un determinado número de contagios y muertes semanales como consecuencia del virus–, es pertinente traer a colación las enseñanzas que han quedado para el Uruguay y el mundo de este flagelo, que al principio era menospreciado como una simple “gripecita”.
Sin embargo, con sus particulares características provocó millones de muertes en todo el mundo, sobre todo en los grupos de riesgo susceptibles, y en muchos de quienes la han padecido ha dejado secuelas que les han durado meses y hasta puede dar lugar a consecuencias semipermanentes o permanentes en algunas personas.
En nuestro país, más allá de los aciertos y errores que se cometieron desde el gobierno en la pandemia, que naturalmente también pasa por la conciencia de la población, sin dudas uno de los grandes aciertos fue la designación del denominado Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), integrado por académicos de diversas disciplinas que tuvo carácter de asesor. Es decir, no vinculante, desde que las decisiones que permitieron abordar con buen suceso toda la problemática de la pandemia, correspondían al poder político, ponderando los pro y los contra de las recomendaciones y naturalmente, no solo teniendo en cuenta la problemática desde el punto de vista sanitario, sino en todo su amplio espectro, sobre todo el vinculado con la economía y el desenvolvimiento del tramado social del país.
Hace pocas horas, precisamente, y ya cuando ha transcurrido más de un año desde el cese de funciones, la Junta Departamental de Montevideo homenajeó a los integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís.
En dicha instancia hizo uso de la palabra el académico y científico Rafael Radi, uno de los principales referentes del grupo de especialistas que asesoró al gobierno durante la pandemia hasta el 16 de junio de 2021. También estuvieron en el escenario para ser homenajeados Henry Cohen y Fernando Paganini, integrantes del exgrupo asesor.
Al hacer uso de la palabra, Radi destacó como uno de los puntos clave “la independencia científico-técnica” del GACH, “incluyendo fundamentalmente la comparativa a nivel internacional”. Dijo que “hay estudios” que muestran que los países que han tenido grupos asesores científicos independientes e interdisciplinarios han sido la excepción en las trayectorias de las pandemias a nivel mundial”.
Expuso en este sentido que “cuando uno hace un estudio de alrededor de 185 países son la minoría los que tuvieron un grupo científico asesor independiente del poder político. Esto fue un requisito y un sine qua non al inicio de nuestra tarea. Esto fue honrado tanto por la Presidencia de la República como por todo el resto de los actores del sistema político. Esto es un capital a preservar porque la pandemia era un tema que nos afectaba a todos y se independizaba de la política partidaria”.
“Sin embargo, en aquellos países donde se partidizó les fue peor. Por eso el GACH insistió mucho a nivel público y del Parlamento sobre la necesidad de evitar la partidización de la pandemia. Que el homenaje haya sido objeto de una votación unánime interpartidaria habla muy bien del Uruguay como una sociedad integrada y que cuando hay que jugar los partidos más difíciles podemos estar todos juntos”, señaló.
Posteriormente, en rueda de prensa, Radi destacó el impacto que tuvo el asesoramiento del GACH durante la pandemia, que permitió que “hoy hasta las personas más simples quizás más alejadas del sistema científico” entienden la importancia del apoyo a la ciencia.
“Para nosotros eso es fundamental porque también la política apoya a aquellos sectores cuando la sociedad está atrás de ellos. El apoyo de la sociedad en su conjunto se está transformando en algo real. Lo otro es el aumento de las vocaciones científicas. Hay mucho más muchachos y muchachas que se inscriben en carreras científicas. Eso también es una buena noticia para el país y ahora el desafío es poder mantener en Uruguay a esos nuevos científicos cuando se licencien o doctoren. Esos son parte de los desafíos que en esta era pos GACH el país tendrá que asumir”, señaló el profesor grado 5 del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina.
La mención del integrante del GACH a la independencia del poder político no es un tema menor, y menos aún en temas como este, donde no solo se trata de un problema sanitario, sino que exorbita hacia todas las áreas, involucrando la socioeconomía, y muchos gobiernos a lo largo y ancho del mundo “patinaron” a la hora de la toma de decisiones, por tratar de hacer lo políticamente correcto, a veces, otras bajo presiones de lobbies de tal o cual sector, también por incertidumbre sobre un virus que ha tenido un comportamiento impredecible y asimismo ponderando a menudo los costos políticos de tal o cual decisión.
Por supuesto, desde el punto de vista sanitario la medida recomendable por excelencia es la cuarentena total –como pedía incluso el expresidente Tabaré Vázquez en nuestro país y el Sindicato Médico del Uruguay, entre otros– pero lo que era supuestamente el ideal en los papeles tenía el enorme inconveniente de la inviabilidad en la práctica, sobre todo porque implicaría una parálisis prácticamente total de la economía y devastadoras derivaciones para la sociedad, como ocurriera precisamente en la Argentina, donde el presidente Alberto Fernández con su eslogan de “estamos por la vida” y rodeado solo de un grupo científico de sanitaristas, dispuso una cuarentena que arrasó con una economía ya en grave deterioro, que además tampoco sirvió para contener la expansión del virus.
Ergo, la actuación del poder político en nuestro país, con el Poder Ejecutivo a la cabeza, fue tener en cuenta las recomendaciones del GACH, aunque no en un 100 por ciento, porque hay componentes que desde el punto de vista de las decisiones políticas son mucho más complejas que acatar lo que viene de la academia, y en cambio sí se optó por el “abrir y cerrar canillas”, de acuerdo a la evolución de la situación, con ciertos y errores, pero con un saldo positivo en el manejo, lo que ha sido compartido por la gran mayoría de la población.
Por lo tanto sin dudas es de toda justicia este homenaje como otros que se han tributado al GACH por la gestión que tuvo durante la pandemia, pero además a la vez es pertinente tener en cuenta esta experiencia para que los sucesivos gobiernos adopten como parte de sus políticas, sobre todo para incorporarlo como visión de Estado, el contar con grupos asesores de carácter independiente en torno a una serie de temas estratégicos para el país, porque se parte de la idea de contar con los mejores elementos de juicio posibles para tratar de hacer lo más recomendable en toda circunstancia y minimizar errores, por encima de avatares. → Leer más