Sentenciaron a pedófilo que abusaba de su sobrina

Un hombre de 48 años fue sentenciado en juicio oral al comprobarse su responsabilidad en varios delitos de índole sexual en perjuicio de su sobrina, de tan solo 9 años. Luego de una primera instancia en que se le había impuesto medidas de arresto domiciliario, el Tribunal de Apelaciones confirmó la sentencia de primera instancia para R.C.D.C por “cinco delitos de abuso sexual agravado, uno de ellos en grado de tentativa, todos en régimen de reiteración real”, imponiéndole la pena de 4 años y 3 meses de penitenciaría. La noticia, que fue puesta en conocimiento de la denunciante días pasados, corona una dura y desgastante lucha a la que se somete cada familia que debe pasar por estos procesos.

En contacto con EL TELEGRAFO, la madre de la niña contó que todo comenzó al notar cambios en su comportamiento “y que lloraba de la nada”. “Se angustiaba sin que se la retara y lloraba mucho. Entonces empecé a darme cuenta que algo le estaba pasando. No sabía si era en la escuela o dónde”, dijo.

“Un domingo, que fue el mismo día en que hice la denuncia en 2019, le pregunté por qué lloraba así y conversando por mucho rato me dijo que el problema lo tenía con Roberto, su tío. Me contó que una noche en que yo tuve que ir a trabajar y ella se quedó en la casa de la tía, cuando estaba durmiendo en el sillón él se le acercó y la manoseó en sus partes íntimas. Y que después se la había llevado para su cama”, relató la madre.

“En ese momento fue como que se destapó y empezó a contarme que esa había sido la primera vez, pero que después ese tipo de abusos siguió pasando. El era como un padre para ella, por el trato que tenían y más siendo que su padre no vivía con nosotros, entonces la llevaba a hacer mandados. En cada paseo, le compraba coca cola y alfajores para volver a manosearla en la camioneta. Me dijo que varias veces paraba en lugares oscuros o en calles por donde no pasaba nadie. Aprovechaba las veces que yo tenía que trabajar y la dejaba a su cuidado”, mencionó.

A esa altura, al depravado poco le importaba el lugar donde cometía los abusos. “Era en otros lugares y no le importaba si había gente cerca. Como pasó el día del cumpleaños de mi hija, que yo me ausenté 15 minutos, porque fui a buscarle la torta. Ella me contó que ni bien salí por la puerta, el tío se le tiró encima para tocarla y ella salió corriendo, se encerró en el baño y trancó la puerta con la escoba. Y que cuando escuchó el ruido de la moto porque yo había vuelto, ella salió. Nunca me dijo nada, ni yo tampoco noté en esos momentos nada raro”, dijo.

DESTRATOS Y MENTIRAS

La lucha de la madre implicó hasta enfrentamientos familiares. “No es fácil creerle a un niño, pero yo la peleé todo lo que pude para que esto no quedara en la nada. Este señor intentó muchas veces ensuciarnos, que la nena mentía y que yo le seguía el juego para fabular contra él. A mi hija le hicieron varias pericias sicológicas y otras pruebas. No dejé de moverme, de andar atrás del fiscal, con mi abogada de oficio y él, que tenía abogado particular, que a veces uno piensa que ya lo tiene perdido por no poder pagar. Y la luché, tuve hasta al padre de mi hija en contra al principio, pero después entendió todo. Y el año pasado en setiembre se realizó la audiencia. Mi hija declaró en cámara Gesell, se mostraron las pericias donde estaba claro que el abuso existió y no era mentira. El abogado del degenerado me quiso ensuciar de mil maneras, hasta diciendo que yo era una drogadicta y prostituta, que le ponía cosas en la cabeza a la nena. El abogado ni pudo hacer nada porque las pruebas eran claras”, dijo la mujer. “Estoy muy agradecida con el fiscal Joaquín Suárez (adjunto a Fiscalía de Tercer Turno, que dirige el Dr. Carlos Motta) porque fue el único que puso los dos huevos y defendió a la gurisa. Tiene ganado el cielo por como se comprometió, que no siempre se ve en todos la misma actitud, se merece todo lo mejor”, dijo con la voz entrecortada por la emoción.

Asimismo, dijo que pasaron momentos muy complejos. “Hemos pasado situaciones de mucho dolor con mi hija, que está yendo al psicólogo y muchas veces trato de sacar hasta de las limpiezas que hago para que esté contenida y poder pagarle la sesión. Ella hoy está mejor porque la trato de sacar adelante al costo que sea. Y traté que fuera así, porque perdí hasta a mi hermana por un hombre degenerado que tocó a mi hija y que hasta hoy lo defiende”.