Escribe Ernesto Kreimerman: Es hora de actuar con sensatez

Escribe: Ernesto Kreimerman

Hace algunos años, Alberto Cortéz cantaba unas estrofas que ponían de manifiesto un gran sentido común… “ni poco ni demasiado/todo es cuestión de medida…” y más adelante agregaba… “no hay que pujar a destiempo/para ganar la subasta/las horas del apurado/siempre son horas perdidas… ni poco ni demasiado/todo es cuestión de medida…”
Otro modo de transmitir lo mismo podría lograrse invocando prudencia, es decir, sensatez, buen juicio… también templanza, cautela o moderación. Es que prudencia proviene del latín, prudentia, aquella condición que consiste en manejarse o actuar con cuidado, de forma reflexiva, evitando dañar al otro o agregar dificultades. Hay quienes aproximan una definición desde una perspectiva de lo virtuoso: la prudencia como la virtud que “dispone el espíritu a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios para realizarlo”. En esta línea, San Pablo escribió que “la verdadera prudencia es la que permanece atenta a las insinuaciones de Dios y, en esa vigilante escucha, recibe en el alma promesas y realidades de salvación”. Y yendo un paso más en este mismo trazado de pensamiento, se señala que en la prudencia hay tres actos: el consejo (consilium), el juicio práctico (iudiciumpracticum) y precepto (praeceptum), imperio (imperium) o mandato. En general, la inmensa mayoría de los errores que se realizan responden a las acciones que nacen de la falta de prudencia. Algo así como conductas resultantes de “dejarse” llevar por la impotencia, las frustraciones, las emociones, el mal humor e incluso el percibir de forma equivocada la realidad, son el origen de innumerables desaciertos. También no asumir las consecuencias. En matemáticas las proporciones son mucho más concretas, no sujetas a emociones. Las proporciones matemáticas son simétricas, son transitivas y poseen constante de proporcionalidad. La teoría de las proporciones fue concebida por el matemático griego Eudoxio de Cnidos. Vale resaltar que esta teoría de las proporciones llegó hasta los tiempos actuales, gracias a uno de sus alumnos, Euclides de Alejandría, que la incluyó en su libro V de los Elementos. Euclídes, continuador de la filosofía de Platón y Aristóteles, sentó las bases para otros desarrollos posteriores, sobre el que se apoyaron Baruj Spinoza o el propio Inmanuel Kant.

Los mapas, lo sabemos, responden a una razón o proporción: 1:10.000; 1:50.000 o la que corresponda. Estos números definen la escala del mapa, es decir, la proporción. En sentido estricto, 1:100.000 sintetiza que el territorio representado por el mapa es, en la realidad, 100.000 veces más grande que el mapa que estás observando. En este fin de semana, en medio de noticias de alta sensibilidad institucional cuyo velo se va corriendo lentamente y la sociedad toda vamos conociendo situaciones que nos dejan sorprendidos y preocupados, los ediles de Montevideo de la oposición han creado, inesperadamente, su propia ilusión óptica, su propia tormenta. Este viernes los ediles de la oposición departamental habían convocado a sala a la intendenta Carolina Cosse para dar cuenta, dicen, por la no respuesta a numerosos pedidos de informes. Una convocatoria singular toda vez que, de acuerdo a la información oficial, de los más de 450 pedidos realizados en los últimos dos años, apenas hay 9 pendientes, en trámite, que están dentro del plazo legal para su respuesta. Esta información no fue cuestionada.

El punto es que la intendenta delegó en Guillermo Moncecchi y Daniel González su concurrencia a la Junta, y en breve comunicado de excusa argumentó que está habilitada “a hacerse representar por el funcionario de mayor jerarquía”.

La reacción de la minoría es la conocida: “llamar a juicio político a Cosse por no apersonarse a un llamado a sala”. El edil colorado Matías Barreto explicó que “se necesitan 11 votos para hacer un llamado a juicio político y, si se obtienen, el trámite pasa a la Cámara de Representantes. Nosotros tenemos 13 votos, y todos estamos dispuestos a votarlo”. Mientras el país asiste conmovido y reflexivo a episodios graves, muy graves, como todo el affaire Marset y la opacidad con la que se manejaron los ministerios de Interior y Relaciones Exteriores, más la organización para delinquir liderada por el ahora exjefe de la custodia presidencial para falsificar documentos y así vender pasaportes fraguados para ciudadanos rusos, y otros delitos asociados, ésta invención de los ediles es una irresponsabilidad institucional insostenible. Es escalar una batalla política insustancial a niveles desproporcionados e irreales. Al debate tienen todo el derecho, incluso, obligación. Pero en medio de estas situaciones pretender generar, de la nada y sin razones, acusaciones institucionales infundadas, tormentas en tacitas de café, no. Esto terminará como empezó, triste y en soledad. Hay problemas mayores que requieren respuestas proporcionadas, de responsabilidad institucional. En los últimos días, y más allá de lo expuesto, y cada uno puede sacar la conclusión que sus criterios le guíen, han habido respuestas acordes aún en la diversidad. Se va actuando con sensatez. Salvo los ediles de Montevideo.