Liberan anacondas amarillas en Bella Unión

Los dos ejemplares habían aparecido este año en dos puntos diferentes del país.

Dos anacondas amarillas, que habían aparecido este año en diferentes puntos del país, y que venían siendo cuidadas por la oenegé Alternatus, fueron llevadas al norte del país y liberadas en el área protegida Rincón de Franquia, Bella Unión, departamento de Artigas.
Quienes tuvieron a su cargo la liberación de los ofidios fueron el ingeniero agrónomo Francisco Bergós, responsable del litoral oeste del Sistema Nacional de Areas Protegidas (SNAP), y Juan Carlos Gambarotta, pionero de la profesión de Guardaparque en Uruguay.

Sobre estas dos anacondas amarillas, Bergós indicó a EL TELEGRAFO que “una apareció en el puerto de Montevideo y la otra en Nueva Palmira, las que tras ser rescatadas y mejoradas en su estado por la oenegé Alternatus, el Ministerio de Ambiente efectuó su liberación en el hábitat natural que es el norte del país, en el área protegida de Rincón de Franquia, Bella Unión”. Aclaró que “de Paysandú al norte a habido avistamientos de este tipo de anacondas, consideradas especie nativa autóctona de nuestro país”.
“Me genera alegría que haya gente que capture estos ofidios y no los mate”, dijo por su parte Gambarotta. Precisó que “el ejemplar más pequeño era un macho de 1,20 metros (de adulto puede llegar a los 4 metros), que apareció dentro de un barco en el puerto de Montevideo, pero en el caso de la hembra (de poco más de 2 metros), fue encontrada en una playa de Nueva Palmira y la gente no la mató, siendo rescatada por gente de la zona y enviada a Alternatus”.
Agregó que “son serpientes de la cuenca del río Paraguay, y su lugar es el norte del departamento de Artigas. No tienen veneno pero muerden al defenderse”.

Ni agresivos, ni venenosos

Irasema Bisaiz, codirectora del Centro Educativo de Cría y Rescate de Reptiles Alternatus Uruguay, indicó al programa “Algo Contigo” de Canal 4, en oportunidad de ser rescatadas, que se trata de especímenes que no son agresivos ni venenosos. “Acá en América registros de serpientes nativas que coman personas no hay y cuando hablamos de especies asiáticas más grandes que una anaconda sí, porque pueden alcanzar los 10 metros, pero no van a llegar acá”, aseguró. Y agregó que “en América se dan más ataques a ganado o a reptiles grandes, que también los pueden ingerir, pero no a personas”.

La experta consideró que estos ejemplares no podrían sobrevivir en Uruguay por las condiciones climáticas del país. “No es fácil para un animal salvaje que viene de otra latitud y otras condiciones ambientales adaptarse a las condiciones de Uruguay, que es un país que tiene una barrera muy importante para el asilvestramiento de especies tropicales, más que nada en serpientes, porque dependen 100% de la energía y el calor del ambiente, algo que no van a tener en Uruguay en casi todo el año”, detalló.
“Estos ingresos que se dieron en mayo tuvieron problemas por el frío, uno de ellos tenía un gravísimo estado de deshidratación y la otra también con una hipotermia tremenda. Estos animales difícilmente hubieran aguantado mucho tiempo en las condiciones en las que estaban”, señaló.

Características

La anaconda amarilla o curiyú (Eunectes notaeus) es una especie de anaconda, de la familia Boidae, nativa del centro de Sudamérica. En idioma guaraní es llamada mbói kurijú.
Se distribuye en el este de Bolivia, Paraguay, oeste de Brasil, nordeste de Argentina, y ocasionalmente llega a Bella Unión, en el departamento de Artigas y se han avistado ejemplares en el departamento de Salto (noroeste del Uruguay); recientemente se han encontrado ejemplares también en la zona de Paraná, Argentina.​

En cuanto al tamaño, es más pequeña que la más conocida anaconda verde (Eunectes murinus); habitualmente alcanza longitudes de entre 2,5 y 4 metros y un peso que puede superar los 40 kilos, siendo las hembras de mayor tamaño que los machos. Como sucede con muchas serpientes de gran tamaño, el largo máximo que puede alcanzar esta especie es motivo de controversia, aunque, según algunos autores, se han encontrado ejemplares máximos hasta de 6 metros, mientras que otros señalan que, raramente, se han registrado hembras que superaban los 7 metros.​

Su color de base es amarillo pardo con pintas y rosetas negras. Vive mayormente en hábitats acuáticos, incluyendo charcas, margas, bancos en ríos y arroyos lentos. Su dieta incluye venados, pecaríes, grandes roedores, aves, reptiles y también animales acuáticos como peces.