Tercer año de Bachillerato en Construcción presentará su proyecto final; solicitaron una nueva tecnicatura

Alumnos y docentes en clase.

El equipo docente de la Escuela Técnica de Paysandú Arquitecto Leonardo Bulanti Ríos que imparte el Bachillerato en Construcción está conformado por las arquitectas Cristina Sosa, Daniela Dungey y Patricia Malugani y el ingeniero civil, Diego Belvisi.
Luego de tres años de aprendizaje de asignaturas técnicas-tecnológicas, además del tronco común de las asignaturas básicas, egresan capacitados para ingresar a las facultades de Ingeniería, Arquitectura u otras carreras técnicas.

“Dentro del ámbito de la construcción, manejan la parte administrativa y técnica de un objeto arquitectónico. Pueden resolver ese objeto con todos los elementos, los subsistemas, estructuras, es decir, cómo hacer planos, aprenden a calcular cómputos, metrajes y representar desde todos los lugares a ese objeto arquitectónico. Es lo que en algún momento fue el dibujante técnico, pero más acotado y preparado para el ingreso a estudios terciarios”, explicó Malugani.
Dentro del ámbito laboral, “siempre recibimos solicitudes de estudios de arquitectura o ingeniería para que dibujen. Hay mucha necesidad de dibujantes en nuestro medio y hay estudiantes que manejan muy bien las herramientas informáticas o el dominio de la nomenclatura de la construcción. Salen muy aptos para insertarse en el medio y mucho mejor que el estudiante que egresa de secundaria con el básico de Arquitectura. Ellos salen preparados para resolver, incluso, con una complejidad bastante interesante”.
En el curso de egreso, “estamos diseñando un parador en la zona de la playa Park con edificio de dos pisos y allí resuelven una serie de elementos complejos. En la instancia final, los estudiantes deberán defender su proyecto ante el cuerpo de docentes. Egresan con la aprobación del área de proyectos, algo que se hace durante todo el año y también tienen que responder en cada una de las asignaturas”.

En la interacción diaria entre docentes y estudiantes, se suman las visitas a las obras en construcción. “Es necesario generar un vínculo con la profesión. Este bachillerato no es para levantar una pared, sino para formarlos en el área administrativa y en los aspectos visuales”. Malugani agregó que “es la confusión que aún hay, porque no salen como constructores. En algún momento tuvimos el curso de constructor o el FPB de construcción con horas de taller. En este caso, el taller es la infografía, representación y diseño”.
Belvisi aclaró que “con la tecnicatura de Infografía, ya solicitada, se brindan otros dos años de especialización y una pasantía. Ya es un curso de nivel terciario”.

El año de la pandemia

Este tercer año que prepara su proyecto final, está integrado por once alumnos, si bien a la carrera ingresaron más de treinta. Tienen entre 17 y 18 años, pero en generaciones anteriores se registraron alumnos extraedad.
En esta clase, “son brillantes y autoexigentes. Es un grupo que atravesó por la pandemia”, subrayó la docente.
Durante la pandemia estudiaron por Zoom y las clases nunca se perdieron. “A nivel institucional se trató de no perder el vínculo con el alumno. Al principio, en realidad, tuvimos que inventar una estrategia porque no estábamos preparados. Nos dijeron un viernes que ingresábamos en pandemia y el lunes tuvimos que arrancar. No hubo preparación, no sabíamos que existía el Zoom y la plataforma Ceibal en ese momento no estaba preparada”, dijo Belvisi.
Durante aquel período, “nos apoyamos entre todos y tratábamos de dar una materia entre dos docentes. Ese año los alumnos tuvieron que presentar un mini-proyecto y el año pasado, que para ellos fue el segundo año, hicimos una especie de previa. Como estábamos en pandemia, resolvimos proyectar un vacunatorio”, relató Sosa.
“Cada uno relevaba desde su casa porque teníamos que ver cómo se vacunaba y cuáles eran las instalaciones que le parecía a ellos que se iban a necesitar. Trabajamos con lo que se veía en el momento y ese año hicimos el proyecto de una policlínica”, agregó.
Los alumnos recuerdan que “tuvimos que hacerlo a mano porque no teníamos las herramientas”. Uno de los principales problemas era la conexión a Internet. “Ahora tienen computadoras personales, pero ese año trabajamos en el aula”, precisó.

“un fuego”

La institución educativa resolvió abrir a los alumnos de egreso y “este fue uno de los primeros cursos que se hizo en forma presencial. Éramos los únicos que veníamos porque no queríamos que los alumnos egresaran sin tener contactos con los docentes”, puntualizó Belvisi.
Hoy, finalizada la pandemia, las aspiraciones siguen intactas. La mayoría optará por continuar en la facultad de Arquitectura, con pocas excepciones que manifestaron su interés en la carrera de Ingeniero Civil.
Malugani definió que el contacto diario en el aula “es como un fuego” porque “es un acercamiento tan increíble a la práctica profesional y es lo que ellos viven”.
Belvisi resaltó que “en Paysandú, el desarrollo de las profesiones relacionadas a la construcción ha sido muy amplio por la cantidad de obras desplegadas. Hoy, hay muchos alumnos nuestros que están trabajando. Algunos hicieron este bachillerato, otros son técnicos prevencionistas pero siempre quedaron relacionados al rubro”.