Un libro sobre el último congreso artiguista

Eduardo Nocera.

El escritor argentino Eduardo Nocera pasó por Paysandú hace pocos días, en el marco de una gira de presentación de su libro “Artigas y el Congreso de Abalos. Auge y disolución del artiguismo póstumo”. Historiador, investigador, periodista y docente universitario, Nocera visitó EL TELEGRAFO acompañado del arquitecto Rubens Stagno, quien junto a la profesora Carla Bernardoni lo acompañó en la presentación, cumplida en una librería local.

El libro presenta un análisis pormenorizado de un hecho histórico vinculado a las luchas por el federalismo: la convocatoria de Artigas al Congreso de Abalos –el último Congreso de los Pueblos Libres, acaecido el 24 de abril de 1820–, y la firma del Pacto de Abalos por parte de las provincias Oriental, Corrientes y Misiones. Las tres provincias conformaron la Liga Tripartita de Abalos, a fin de proseguir las luchas de la Liga Federal por la soberanía particular de los pueblos. En representación de la Provincia Oriental el pacto fue firmado por Artigas y por el comandante Gorgonio Aguiar. Los otros firmantes fueron “el gobernador y un representante del Cabildo de Corrientes; el comandante general y un representante del cabildo de las Misiones, de Asunción del Cambay, más los comandantes rurales correntinos”, detalla Nocera.

Por un lado, la obra aborda la situación rioplatense a raíz de la batalla de Tacuarembó; por otro, plantea la influencia en el Litoral de lo acordado entre Ramírez y Lecor tras la convención del Pilar Viejo entre Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, el Segundo Tratado. Al analizar el proceso histórico, el autor busca si en 1820 se produce la bifurcación de la Liga Federal en dos nuevos frentes, la Liga de Abalos y el Eje del Pilar, para demostrar por qué no hubo una guerra de dominación entre Artigas y Ramírez, “y especificando qué fuerzas se enfrentaron en los campos litoraleños por la apropiación y resignificación de las nociones de pueblos, confederación, libertad, independencia e igualdad, expuestas en casi una década de efervescencia política artiguista”, según se lee en la contratapa.

Basado en una profusa investigación, se plantean varias interrogantes: ¿Cuál fue la dimensión política del Congreso de Abalos? ¿Se cumplieron sus postulados? ¿Qué papel jugaron Sarratea, Mansilla, los cabildos y las comandancias en la frustración final de su acta? ¿Corresponde incluir al Pacto de Abalos entre los “pactos preexistentes” a la Constitución Argentina?, ¿El artiguismo implosionó al desintegrarse la Liga de Abalos? ¿Qué factores internos y externos motivaron el ingreso de Artigas al Paraguay junto con los sobrevivientes del Cuartel General de los Libres? Y las responde “desde un enfoque renovador de los aspectos doctrinarios del artiguismo y su postrer legado: la elaboración confederal de la orientación democrática de la Revolución en el Río de la Plata”.

Cinco años de intensa labor

Quienes gustan de la historia encontrarán en el libro novedosos puntos de vista acerca de algunos aspectos de la historia. “Trabajamos durante 5 años persiguiendo documentación que pudiera mostrar qué había acontecido en ese ciclo histórico”, afirma el escritor. Según dice, el Congreso de Abalos es un tema que no ha tenido un destaque relevante en la historiografía. El correntino Federico Palma le dedicó un fascículo de 15 páginas, publicado en 1951 por el historiador uruguayo José María Traibel. Otros historiadores han mencionado el tema, pero nadie se había ocupado en investigarlo en profundidad, encontrar documentación, o tratar de encontrar el lugar de los hechos. Según pudo precisar Nocera, Abalos –hoy denominado Ávalos– es un paraje situado en el centro sur de la provincia de Corrientes, en el área rural de Curuzú Cuatiá, a unos 40 kilómetros de esa ciudad. Muchas veces se lo ha confundido con el Cuartel General Ávalos, una dependencia del Ejército Argentino.

En Abalos, Artigas halló los recursos necesarios para instalar lo que llamó su Cuartel general de los libres, “que dura 102 jornadas”. Desde allí desarrolló una intensa actividad, que se refleja en su correspondencia. “Nosotros fuimos, reconocimos el paraje”, señala Nocera. “Y no solo lo reconocimos, sino que lo señalizamos”. El libro contiene cartografía del lugar, incluyendo las rutas y las señalizaciones para quien quiera llegar hasta allí.

La documentación histórica, incluyendo libros de genealogía, le permitió primero localizar el arroyo Abalos, en Corrientes. “Fui a los registros, y a los archivos, a pesquisar la transformación de la nomenclatura original del paraje, que era Abalos, sin acento en la a y con b, para encontrar una respuesta al actual nombre del paraje, que es Ávalos, con acento en la a y con v. Es un tema muy rico, que me lleva como 50 páginas”, dijo.

Luego recorrió toda la región al frente de un equipo de trabajo, integrado por historiadores y arqueólogos, locales y regionales. “Fueron 5 años de intensa labor”, recuerda. La idea inicial era lanzar la obra en 2020, al cumplirse 200 años del Pacto. No fue posible, por la llegada de la pandemia, pero eso mismo le permitió seguir profundizando en el contenido del libro, que finalmente se publicó en abril pasado. Desde entonces, ha sido presentado en diversas ciudades y localidades de Entre Ríos, Corrientes, Chaco y Santa Fe; en Buenos Aires (en el Cabildo, y en profesorados de la ciudad y la provincia), y en Paraguay (en Asunción, en la Escuela Artigas del Solar de Artigas, y en Curuguaty). Tras pasar por Paysandú el autor lo presentó en Rivera, en Las Piedras y en Montevideo.

En Corrientes, el libro tuvo una importante repercusión para la puesta en valor de los hechos históricos. Llevó a que se instalaran placas recordatorias, e incluso se trabajó en la creación de un monumento, interrumpido por la pandemia.

Artiguista

Antes de su trabajo más reciente, Eduardo Nocera había dedicado otra obra a José Gervasio Artigas –“Quién es Artigas, viajando tras sus pasos”, publicada en dos tomos–. Desde su lugar como docente universitario de historia argentina, regional, latinoamericana y caribeña, se declara artiguista. “Tengo una posición tomada a favor de Artigas”, dice. “Siempre se habla del ciclo artiguista. Yo creo que hay varios ciclos, dentro de un largo proceso, donde Artigas aparece como una enorme figura. Pero no se me escapa que aquí el principal objeto de estudio debe ser el artiguismo, del cual Artigas, evidentemente, es conductor. Pero me parece que el artiguismo nos interpela, más que el propio Artigas”.