En la sala Molière de la Alianza Francesa está abierta al público la muestra de Sergio Fernández Santana, durante noviembre de 9 a 12 y de 15 a 20 horas.
La mayoría de unas treinta obras presentadas por el artista, “son a lápiz negro, algunos con lápiz sepia, incluso en colores, con lápiz acuarelable con estampas de Paysandú, Maldonado o Montevideo. Son ejercicios previos al estudio de la pintura”, describe.
La tarjeta de presentación de su exposición repite las palabras de Pablo Picasso: “Para ser un buen pintor, primero hay que ser un buen dibujante”.
Fernández aclara que “si no hay dominio del dibujo, no es posible hacer un buen cuadro. Tampoco se puede tapar un mal dibujo con un buen color”. Asegura que se inclina “por los paisajes por comodidad”, algunos realizados “en pocos minutos, pero sirven como ejercicio para repasar los elementos de la perspectiva aérea y sombras”. Sin embargo, el tiempo cronológico no define el trazo de las obras de Fernández.
El artista se define autodidacta y si bien su último docente fue Javier Santamaría, recuerda que en su juventud fue alumno de Guillermo Fernández, un discípulo de Joaquín Torres García.
“Me gusta practicar la pintura tipo planista, aunque acá no lo demuestro. En este caso, son dibujos que no tienen un estilo definido, aunque con el tiempo el estilo se asimila. Sin querer vamos tomando la forma de dominar el lápiz”, asegura.