Prendas del vestuario de la Comedia Nacional en Paysandú Textil

En el marco de las actividades desarrolladas en el Festival Paysandú Textil cumplido recientemente, Sergio Marcelo de los Santos, coordinador del Acervo de vestuario de la Comedia Nacional, realizó una exposición titulada “Tejidos por texto”, una lectura del patrimonio inmaterial uruguayo contenido en objetos teatrales. Se trató de una charla más que didáctica en la que presentó en una larga mesa algunas muestras de las cerca de diez mil piezas que componen el vestuario de la Comedia Nacional. “Lo que hice fue traer del depósito del vestuario de la Comedia Nacional, que está en el Teatro Solís, algunos ejemplos que me ayudaban a contar un poco qué estamos haciendo en ese depósito, cómo estamos trabajando con los trajes que estaban guardados, que son a partir de 1948 en adelante”, explicó en la ocasión a EL TELEGRAFO.
“Tenemos como 10 mil piezas de vestuario, entre prendas, sombreros, zapatos, carteras y accesorios. Elegí algunos pequeños ejemplos que tuvieran que ver con distintas técnicas y distintos materiales, atravesando esos 75 años para que la gente pudiera acercarse, tocarlos y consultar”, indicó.
Haciendo alusión precisamente al título de la charla “Tejidos por texto”, explicó que se trató de “tomar cada prenda, cada uno de esos tejidos como un texto y que se pudiera hacer una lectura de a qué obra había pertenecido, a qué actor había vestido, en qué época se había hecho esa obra y cuál era la época de la obra. Tenemos muchos ejemplos que son de la época en que Margarita Xirgu dirigía la Comedia Nacional, se hacían obras del siglo de oro español, son cosas que quieren ser desde medievales hasta barrocas y cómo los diseñadores y los realizadores utilizaron distintas técnicas y distintos materiales para dar esa idea”.
Los géneros que se pueden encontrar en ese vestuario son “muy variados porque son 75 años”, precisó. En ese sentido, citó que en las últimas épocas “lo que nos llega como producción textil accesible al teatro, a lo efímero, pues se va a usar en una temporada, por lo general menos de 3 meses, sobre todo en las obras grandes, que tienen muchos actores y el vestuario implica un presupuesto que hay que achicar, los tejidos por lo general son chinos”.
Sin embargo, hace unas cuantas décadas, “en coincidencia con el auge de la producción textil nacional –y ahí seguramente Paysandú tenga mucho que ver, muchas de las telas que vemos en los trajes de hace 50 años pueden ser de acá–, vemos tejidos que nos resultan raros como para ser usados en un teatro. Por ejemplo, hay mucha cantidad de prendas hechas en lanilla”, lo que puede resultar sorprendente teniendo en cuenta que los “actores están mucho tiempo bajo las luces” y “pensamos en el calor de una sala y vestidos con muchas capas de lanilla”, observó.
A la vez, “hay otras que son muy atractivas visualmente, algunas porque tienen fibras metálicas, por eso brillan, pero a mí personalmente me llama mucho la atención cómo prendas grandes, como vestidos, faldas y chaquetas, están hechos en pañolenci, que siempre lo tenía asociado a piezas pequeñas”, comentó.
Y retornando al título de su charla, explicó cómo el tipo de tejido “nos ayuda a reconocer a veces muy fácilmente quién fue el diseñador, porque estos desarrollan como un gusto especial por determinados tejidos. Si vemos una prenda que está hecha de pana, hay un alto porcentaje de seguridad de que sea de Guma Zorrilla, si vemos lienzos y puntillas y algo más crudo y más suave, es Soledad Capurro, si vemos una mezcla importante de distintos materiales y colores puede ser Hugo Millán”, explicó el experto.
“Por eso decía que podemos hacer una lectura de esos tejidos, detectamos una cantidad de información que puede ser esa, quién lo diseñó”, argumentó.
GUARDADAS COMO
“PIEZAS DE MUSEO”
Este especialista en gestión cultural y diseñador teatral, está “a cargo del depósito desde hace 3 años”, distribuyendo su tiempo entre “la preparación de las producciones, y estas prendas que llamamos un tesoro, que las estamos guardando como si fueran piezas de un museo”.
Precisamente sobre esta tarea, explicó que con “esas piezas lo que hacemos es identificarlas primero y después pasan por un proceso de limpieza, que hacemos nosotros mismos, para llegar a un acondicionamiento, en el que hacemos como unas piezas acolchonadas que adherimos a las perchas o las ponemos en determinadas cajas para guardarlas en horizontal, para que no estrese a la pieza, es decir, que no le provoque que el peso venza a la fibra y las telas se rompan, porque ya pasaron 50 años colgadas en una percha”. “Trabajamos con pasantes de la carrera de Diseño Teatral de la Escuela de Arte Dramático y tenemos como una tarea de formación en la conservación”, concluyó.