Una nueva sospecha de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), enfermedad conocida como “vaca loca”, preocupa a la ganadería brasileña, tras los dos casos que se detectaron en 2021.
Se trata de una vaca adulta del Estado de Pará, cuyo primer análisis dio positivo, y ya paralizó el mercado de haciendas brasileño. Ese país venía con exportaciones de carne bovina que fueron récord el mes pasado, cuando alcanzaron 160,2 mil toneladas peso embarque, volumen que estuvo 16% por encima de enero de 2022, según publicó Faxcarne.
Con ese primer examen de laboratorio positivo para el caso de Pará, mercado, productores y gobierno, esperan el resultado del laboratorio de referencia mundial para esta enfermedad, que recién estará disponible el próximo jueves, según confirmó Tardáguila Agromercados, que fue la que comunicó la noticia sobre la sospecha, tras hacer sus relevamientos de mercado en Brasil, que es el principal exportador mundial de carne bovina.
El valor medio de exportación fue de U$S 4.843 por tonelada, una baja mensual de 2,2% y en el nivel más bajo desde diciembre de 2021, cuando Brasil sufría la suspensión de la habilitación de China.
Si se confirma este nuevo caso, habrá que ver cómo reacciona el mercado, pero es una mala noticia para toda la ganadería del Mercosur.
Enfermedad neurológica mortal
La EEB es una enfermedad neurológica mortal del ganado bovino adulto (Bos taurus y B. indicus), que fue reconocida por primera vez en el Reino Unido y que se ha identificado en forma clásica (EEB de tipo C) y en formas atípicas (tipos H y L). Tanto la forma de tipo C como las formas atípicas se han detectado en bovinos originarios de la mayoría de países europeos, las Américas y Asia y el Pacífico. Es una enfermedad causada por priones.
En setiembre de 2021, el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento de Brasil había confirmado dos casos. Se trata del cuarto y quinto caso detectado en más de 23 años de vigilancia sanitaria de la enfermedad. Brasil nunca ha registrado un caso clásico de EEB”, dijo el MAPA en su momento. China fue el primero en cerrarle el mercado a la carne brasileña por cuatro meses.
