Opinión

Recuperar la confianza

La que está concluyendo se ha declarado como “Semana Mundial de la Vacunación” y en particular al capítulo regional de la iniciativa se le ha dado en llamar “Semana de la Vacunación en las Américas”. En este contexto se han llevado a cabo mundialmente acciones con el propósito de recuperar el terreno perdido, de allí que a la iniciativa se le denominase “La gran puesta al día”, debido a que durante la pandemia de COVID-19 no accedieron a las inmunizaciones millones de niños en todo el mundo. Esto ocasionó un aumento de los brotes de sarampión, difteria, poliomielitis y fiebre amarilla, enfermedades de la que se había logrado reducir significativamente la incidencia en todo el mundo y ahora han vuelto a avanzar, como una especie de efecto secundario masivo de la COVID-19. No lo menciona la declaración de la OMS, pero hay básicamente un grupo de razones por las cuales ocurrió esto, primero una cuestión de prioridades, los servicios de salud de todo el mundo antepusieron la atención a la pandemia antes que nada y hubo que postergar cosas que no eran sustanciales en el momento, o eran menos sustanciales que otras, en tiempos en que los institutos médicos pasaban penurias por lo desbordados que estaban. Después, un efecto que persiste, la desconfianza que se generó hacia las vacunas, unas vacunas que hubo que desarrollar en tiempo récord y que en algunos casos suponían el empleo de tecnologías novedosas, cuyo potencial se conocía aunque no estaba del todo desarrollado. Ello, sumado a las actitudes de algunas empresas que antepusieron la posibilidad de concretar negocios millonarios a la idea promovida desde la OMS y Naciones Unidas de una distribución equitativa, abonaron el terreno para la propagación de la desconfianza, que tuvo además en las redes sociales y servicios de mensajería los canales ideales para alcanzar a cada rincón del planeta. Las secuelas de esta desconfianza se mantienen, revertirla es un desafío a futuro para el mundo científico y los sistemas de salud.

Pero vamos a estas acciones que hoy se ponen en marcha para recuperar terreno. “La gran puesta al día” es una iniciativa ampliada para elevar los niveles de vacunación infantil al menos a los niveles anteriores a la pandemia y tratar de superarlos. Está conducida por asociados de salud nacionales y mundiales, y pretende también garantizar servicios de atención primaria más sólidos para la inmunización esencial en el futuro.

De acuerdo a los datos presentados, fueron más de 25 millones los niños no recibieron al menos una vacuna tan solo en 2021, ocasionando brotes de enfermedades prevenibles, como el sarampión, la difteria, la poliomielitis y la fiebre amarilla, que se han seguido repitiendo, “cada vez más frecuentes y graves”. Además de hacer un llamamiento a las personas y a los gobiernos de todos los países para que contribuyan a recuperar el retraso, vacunando a los niños que no recibieron alguna vacuna, este esfuerzo “se centrará especialmente en los 20 países en los que viven tres cuartas partes de los niños que no recibieron vacunas en 2021”. Se trata de Afganistán, Angola, Brasil, Camerún, Chad, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, Somalia, Madagascar, México, Mozambique, Myanmar, República Democrática del Congo, República Democrática Popular de Corea, Tanzania y Vietnam. Brasil, lógicamente, es el que nos genera mayor inquietud de buenas a primera, pero en un mundo tan interconectado como el actual, con la posibilidad de que estas enfermedades y sus mutaciones avancen, las fronteras son siempre relativas.

Aunque en Uruguay específicamente la situación es distinta a la de los países mencionados, no quiere ello decir que no haya cosas para corregir o mejorar. Como nunca antes durante la pandemia y después de ella, se vio cierto debilitamiento en la tradición de país con una muy buena cultura de aceptación y de acceso a la vacunación. El discurso antivacunas –que tal vez en algunos casos fuese bienintencionado, pero que en todos ellos ha sido inevitablemente perjudicial– tuvo sus consecuencias y también aquí hay terreno para recuperar. Fruto de ello es que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) entregó, en el marco de la Semana de Vacunación en las Américas, al Ministerio de Salud Pública (MSP), un vacunatorio móvil y equipamiento para renovar la cadena de frío, una donación que mejorará “el proceso y la calidad de la vacunación y permitirán llegar a todos los rincones del país”, destacó la ministra Karina Rando. Este equipamiento, con tecnología de última generación, de un valor cercano a los 700.000 dólares, permitirá mejorar la capacidad logística y operativa del Programa Nacional de Vacunación.

En especial el vacunatorio móvil se financia en alianza con el gobierno de Estados Unidos, y dispone de total autonomía para alcanzar a todo el territorio nacional, lo que beneficiará a las poblaciones más alejadas, vulnerables o con limitaciones de acceso a los servicios básicos de salud. A la par de poner en acción este equipamiento será necesario encarar un trabajo de fortalecimiento de la confianza en los avances en la ciencia médica y en las vacunas en particular, para que podamos volver a sentirnos orgullosos de la tradición que tenemos en esta materia, que siempre nos ha distinguido en el contexto regional. → Leer más