Casos de demencia aumentarán 205% en los próximos 30 años

En 2030 en América Latina y el Caribe, una de cada seis personas tendrá 60 años o más y en 2100, se estima que el 36% de la población comprenderá esa franja etaria. Por lo tanto, la cantidad de personas mayores aumenta exponencialmente en contextos socioeconómicos complejos y una intervención oportuna de las políticas públicas, permitirá que este grupo no se convierta en un factor de crisis para la estructura sanitaria y de la seguridad social en las Américas. El Dr. Marcelo Luaces, integrante del equipo técnico de Atención de Alzheimer Paysandú (ADAP) que encabeza el Dr. Gustavo Curbelo, enfatizó en el envejecimiento saludable para mejorar la salud física y mental a lo largo de la vida. “La OPS –Organización Panamaericana de la Salud– estructuró un programa con varias líneas de acción, como la creación de entornos saludables, armonizar los sistemas de salud con las necesidades de las personas mayores, mejorar la medición, el seguimiento y la investigación sobre el envejecimiento e inpulsar políticas públicas basadas en envejecimientos saludable”.

El crecimiento exponencial de esta población se registra desde hace algunos años. “En 2019, el 16% de la población de la región tenía más de 60 años. Esto solo se espera que aumente, en 2100 se proyecta que el 36% tendrá más de 60 años”, dijo a Pasividades.

Prevalencia en mujeres

La década del envejecimiento saludable es una oportunidad para que los gobiernos, la sociedad civil, organismos internacionales, profesionales, instituciones académicas, medios de comunicación y el sector privado, colaboren para mejorar las vidas de las personas mayores y sus familias. En este tiempo, es importante hablar sobre las patologías que afectan a las personas mayores. Por ejemplo, la demencia. “No tiene cura y acorta la vida de las personas. Tiene un gran impacto en las personas que tienen la enfermedad, en sus familias y en la sociedad en general. Es una afección degenerativa, que conlleva una dependencia y una necesidad de cuidados que aumentan a medida que avanza la enfermedad”, señaló Luaces. “En el año 2019 se estimaba el costo económico mundial aproximado a U$S 1,3 billones, en su mayor parte en los países de ingresos altos, a pesar de que la mayoría de las personas con demencia viven en países de ingresos bajos y medianos”.

Explicó que “la mayoría de los países no tienen estimaciones fiables de la prevalencia, incidencia y mortalidad de la demencia”. Dichos estudios se concentran en pocos países, la mayoría se efectuaron en zonas urbanas y se destacan por su heterogeneidad.

“Se hallaron 24 estudios poblacionales sobre la prevalencia de la demencia mediante la revisión sistemática. Según estos estudios, la prevalencia en las personas de 80 años o más fue del 23% y en las de 90 años o más fue del 39%. Vemos que la prevalencia y la incidencia de la demencia aumentan exponencialmente con la edad y son mayores en las mujeres y en las personas de entornos rurales en comparación con las de zonas urbanas”.

Más del 200% en 30 años

El informe referido a la carga mundial de la enfermedad, estimó que en el año 2019 había 4,5 millones de personas con demencia en América Latina y el Caribe. De ese total, 4,1 millones tenían 60 años o más. Sin embargo, el incremento mayor se presentará en los próximos 30 años. “Según la previsión del estudio de carga mundial de enfermedad, el número de personas con demencia en América Latina y el Caribe alcanzará los 13,7 millones de casos para el 2050, lo cual corresponde a un aumento del 205% y el doble del aumento previsto para América del Norte (EE.UU. y Canadá) en comparación con el 2019. El aumento se debe principalmente al envejecimiento de la población”, agregó. En los últimos diez años, se han publicado únicamente “cuatro estudios sobre la incidencia de la demencia en América Latina y el Caribe que abarcaron solamente seis países, y uno de ellos se realizó realmente durante ese período. Las estimaciones totales para la región muestran una incidencia de entre 0,96 y 1,4 casos nuevos cada minuto”.

Seguimiento continuo

Los estudios de prevalencia, incidencia y mortalidad son cruciales, junto a la evidencia que deben obtener los investigadores. “El seguimiento continuo es esencial, con estudios repetidos a lo largo del tiempo, así como estudios longitudinales de tipo poblacional con un seguimiento más largo, para recopilar evidencia sobre las tendencias en América Latina y el Caribe. Los países deben identificar los factores prioritarios para centrarse en lo local y establecer estrategias de reducción del riesgo de demencia”. Una evaluación de las necesidades de las personas con demencia y sus familias va a determinar si se satisfacen sus demandas.