DR. Ricardo Diez Complicaciones de la hipertensión arterial (HA)

La HA es una enfermedad en la que los vasos sanguíneos tienen una tensión mayor a la normal de manera persistente. La tensión o presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos (arterias). Cuanto más alta es la presión en las arterias, más esfuerzo debe realizar el corazón para bombear, lo que puede dañarlo severamente.

Se define la HA como la presión arterial alta igual o por encima de 140/90 mmHg. Se la denomina el asesino silencioso.

En nuestro país la prevalencia de HA en población adulta (25 a 64 años) es 36,6% y el 58% de los adultos hipertensos desconocen la afección; un 50% de los tratados no están bien controlados.

La HA es el principal factor de riesgo de muerte por afecciones cardiovasculares y se asocia con resultados cardiovasculares y renales adversos. El aumento del riesgo comienza cuando la PA se eleva por encima de 115/75 mmHg en todos los grupos de edad.

Complicaciones

Oculares: La retinopatía hipertensiva, la neuropatía óptica están asociadas con la PA elevada además de la degeneración macular relacionada con la edad y el glaucoma.
Cerebrales: La HA es el principal factor de riesgo de infarto y hematoma cerebral.

Cardíacas: Hipertrofia ventricular izquierda que asocia una mayor incidencia de infarto agudo de miocardio y muerte súbita. Insuficiencia cardíaca (IC) el riesgo de IC tanto sistólica (fracción de eyección reducida como diastólica (fracción de eyección preservada), aumenta con el grado de elevación de la PA. Cardiopatía isquémica: es un importante factor de riesgo para enfermedad coronaria.

Renales: Enfermedad renal crónica y terminal: la HA puede causar afectar directamente los vasos renales.

Sistémicas: Demencia vascular o multiinfarto, infarto intestino-mesentérico, arteriopatía obstructiva crónica de miembros inferiores, aneurisma de aorta, estenosis carotídea.

En conclusión

LA HA es asintomática, en algunas oportunidades puede causar síntomas como dolor de cabeza, vértigos, dolor en el tórax, palpitaciones, zumbidos en los oídos o hemorragias nasales. La detección precoz es fundamental; todos los adultos deben conocer su tensión arterial. El control de la hipertensión y de otros factores de riesgo es la principal forma de prevenir los ataques cardíacos y cerebrales.