¿En qué momento hay que considerar el ingreso de una persona mayor a un establecimiento de larga estadía?

El envejecimiento es un proceso natural e inevitable en la vida de todas las personas, y en la mayoría de los casos, este proceso conlleva a una disminución gradual de las capacidades físicas y cognitivas. Debido a esto, a medida que las personas envejecen, es posible que necesiten asistencia para realizar ciertas actividades de la vida diaria, tales como bañarse, vestirse, cocinar y manejar su hogar.

A menudo, los familiares asumen la responsabilidad de cuidar a sus seres queridos mayores, pero hay momentos en que las necesidades de atención superan la capacidad de la familia para proporcionarla adecuadamente. En tales casos, puede ser necesario considerar la institucionalización en un establecimiento de larga estadía para personas mayores (Elepem).
¿Qué es un establecimiento de larga estadía?

Un establecimiento de larga estadía es una instalación que proporciona servicios de atención y cuidado personalizado a personas mayores que necesitan asistencia en su vida diaria. Estos centros también se conocen como residenciales u hogares de ancianos, entre otras maneras de denominarlos. Estos pueden variar en términos de tamaño, nivel de atención y servicios que se brindan.
Una residencia adecuada puede proporcionar servicios y comodidades que mejoren la calidad de vida de la persona mayor.
¿Cuándo es el momento adecuado para considerar la institucionalización?

La decisión de institucionalizar a un ser querido en un Elepem es una de las decisiones más difíciles que una familia puede enfrentar. No hay una respuesta única a esta pregunta, ya que cada caso es único y se basa en una variedad de factores. Algunos de estos factores a considerar al momento de tomar la decisión de institucionalizar a una persona mayor en un Elepem incluyen:
Estado de salud general del individuo: Si un ser querido sufre de una enfermedad crónica que requiere atención médica y de enfermería constante, puede ser el momento adecuado para considerar un centro de atención a largo plazo. Los servicios de atención en un Elepem son a menudo superiores a los que una familia puede proporcionar en el hogar.

Capacidad de la familia para proporcionar atención: Si la familia no puede proporcionar el nivel de cuidado que el ser querido necesita debido a limitaciones de tiempo, recursos o habilidades, entonces puede ser el momento adecuado para considerar un Elepem. Es importante recordar que la atención en el hogar puede ser costosa y agotadora, tanto física como emocionalmente.
Costo de la atención: El costo de la atención también es un factor a considerar al tomar la decisión de institucionalizar a un ser querido en un Elepem.

Por supuesto que deben considerarse, además de los aspectos emocionales de esta decisión, los aspectos legales y éticos involucrado en este tema tan complejo.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el consentimiento de la persona mayor en cuestión, es decir, su capacidad de tomar decisiones informadas y autónomas sobre su propio cuidado y bienestar.

En Uruguay, por ejemplo, el Código Civil establece que las personas mayores tienen plena capacidad para tomar decisiones sobre su propia vida y bienestar, incluyendo la decisión de ser institucionalizado.

Según un estudio de García-González y colaboradores (2019), en Uruguay, la mayoría de las personas mayores institucionalizadas en un Elepem son capaces de tomar decisiones informadas sobre su cuidado y bienestar, pero claro está, es importante que los profesionales de la salud y los familiares los orienten sobre las opciones disponibles y los apoyen en el proceso de toma de decisiones.
Tomando en cuento trabajos realizados en nuestro vecino país, un estudio realizado por Hernández y colaboradores en el 2018 en la ciudad de Buenos Aires, dio como resultado que las personas mayores que deciden ingresar a un establecimiento de larga estadía suelen tomar esta decisión en base a factores como la edad avanzada, la presencia de enfermedades crónicas y la falta de apoyo familiar.

Estos autores señalan también la importancia de que las personas tengan acceso a información clara y objetiva sobre las opciones disponibles para su cuidado y que puedan tomar decisiones informadas en función de sus propias necesidades y preferencias.
Consultado sobre este punto, el Dr. Miguel Yavarone (Buenos Tiempos – Aderama) recalcó la importancia de que el proceso de institucionalización sea guiado por un profesional de la salud, un referente que conozca al paciente no solo en el área de su salud física y cognitiva, sino también que tenga conocimiento sobre sus redes sociales, sobre la contención familiar que posee, sobre las características de la vivienda que habita… en definitiva, de la realidad de la persona en su conjunto.

Hacer que la persona mayor a ser institucionalizada participe activamente en la búsqueda del establecimiento más adecuado traerá consigo una serie de beneficios. Por un lado un sentimiento de control y autonomía, siendo protagonista de una decisión tan importante y expresando sus preferencias y necesidades.
Esto traerá aparejado un mayor bienestar emocional al poder elegir un lugar en el que se sientan cómodos y seguros, además de alejar la sensación de abandono, que muchas veces encontramos en frases del tipo “me metieron acá”.

Entonces, al ser una decisión tomada entre la persona y la familia, y al permitir que esta persona sea realmente partícipe de la elección del lugar, disminuimos la posibilidad de que se enfrente a algunos sentimientos tales como la soledad (al sentirse sola y aislada, alejada de su familia), la tristeza (la institucionalización puede ser una experiencia traumática para algunas personas mayores, lo que puede llevar a sentimientos de tristeza y desesperanza debido a la sensación de que han perdido su independencia y el control sobre sus vidas), o la incertidumbre (sobre su futuro y su calidad de vida).

Sin embargo, en algunas situaciones específicas, puede ser necesario tomar medidas de protección para personas mayores que no pueden tomar decisiones informadas sobre su propio cuidado, incluyendo la institucionalización en un Elepem.
De acuerdo a la Ley de Protección Integral de Personas Mayores, se pueden tomar medidas de protección como la internación en un establecimiento de larga estadía sin consentimiento de la persona mayor en los siguientes casos:

-Cuando exista un peligro inminente para la vida o la integridad física de la persona mayor, y no sea posible garantizar su seguridad en su lugar de residencia habitual.
-Cuando la persona mayor se encuentre en una situación de abandono o desprotección, y no haya familiares ni otros responsables que puedan hacerse cargo de su cuidado.
-Cuando la persona mayor sufra de una enfermedad o discapacidad que le impida tomar decisiones informadas sobre su propio cuidado, y no haya un representante legal que pueda tomar decisiones en su nombre.

En resumen, la institucionalización oportuna –haciendo nuestras las palabras del Dr. Miguel Yavarone– es un proceso complejo que debe tener en cuenta las particularidades, características, posibilidades, necesidades, derechos y deseos de cada individuo, y debe en todos los casos, ser una decisión que tenga como meta primera mejorar la calidad de vida de la persona mayor.