Informe internacional da cuenta del avance del imparable cambio climático a escala mundial durante el año anterior

Los fenómenos derivados del cambio climático provocaron el año pasado pérdidas por miles de millones de dólares, de acuerdo con el informe de la Organización Meteorológica Mundial.

“Las sequías, las inundaciones y las olas de calor afectaron a comunidades de todos los continentes y ocasionaron pérdidas por valor de muchos miles de millones de dólares. La extensión del hielo marino de la Antártida retrocedió a mínimos históricos y el deshielo de algunos glaciares europeos alcanzó niveles sin precedentes”. Estos son algunos de los conceptos en los que se basa la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para afirmar en su informe Estado del clima mundial en 2022, que el cambio climático sigue avanzando.
En el informe se ponen de manifiesto cambios a escala planetaria observados tanto en las zonas continentales como en los océanos y la atmósfera, provocados por unos niveles récord de gases de efecto invernadero que retienen el calor.

El período comprendido entre 2015 y 2022 englobó los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia, para la temperatura global, a pesar del efecto de enfriamiento producido por un episodio de La Niña durante los tres últimos años. El deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar –que volvió a alcanzar niveles récord en 2022– proseguirán durante miles de años, sostienen los expertos.

El profesor Petteri Taalas, secretario general de la OMM, afirmó que mientas las emisiones no dejan de aumentar y el clima sigue cambiando, “poblaciones de todo el mundo continúan viéndose gravemente afectadas por fenómenos meteorológicos y climáticos extremos”. Y mencionó a modo de ejemplo la sequía persistente en África Oriental, las lluvias sin precedentes que azotaron Pakistán y las olas de calor que batieron récords en China y Europa, afectando a decenas de millones de personas, y que “provocaron inseguridad alimentaria, impulsaron migraciones masivas y ocasionaron pérdidas y daños por valor de miles de millones de dólares”, agregó.

Taalas destacó, no obstante, la colaboración entre los organismos de las Naciones Unidas que “ha demostrado ser sumamente eficaz a la hora de hacer frente a las consecuencias humanitarias de los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, especialmente en lo que se refiere a la reducción de la mortalidad y las pérdidas económicas” y valoró iniciativas como la de las Naciones Unidas en las “Alertas Tempranas para Todos”, cuyo objetivo es “subsanar las deficiencias actuales en materia de capacidad para garantizar que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos” por servicios de este tipo. Hay en la actualidad, alrededor de un centenar de países que aún carece de servicios meteorológicos adecuados, señaló el secretario. “Para completar esta ambiciosa tarea es necesario mejorar las redes de observación e invertir en capacidades de los servicios hidrológicos, climáticos y de alerta temprana”, declaró.

SECUELAS

Además de recoger los indicadores climáticos, el informe presta atención a los impactos de estas alteraciones climáticas, como “la creciente subalimentación, que se ha visto agravada por los efectos combinados de los peligros hidrometeorológicos y la reciente pandemia, así como por la violencia y los conflictos prolongados”.
Según este informe, a lo largo del año los fenómenos climáticos y meteorológicos peligrosos provocaron “nuevos desplazamientos de población y empeoraron las condiciones de gran parte de los 95 millones de personas que ya vivían desplazadas a principios de año”.

El informe también hace hincapié en los ecosistemas y el medio ambiente, y cómo los afecta el cambio climático, alterando el tiempo de floración de los árboles o la migración de las aves. El informe, que vio la luz en vísperas del Día de la Tierra de 2023, refleja en sus principales conclusiones el mensaje del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, con motivo de esta fecha: “Tenemos los instrumentos, los conocimientos y las soluciones necesarios. Pero debemos actuar con mayor premura. Necesitamos acelerar la acción climática con reducciones más fuertes y rápidas de las emisiones a fin de limitar a 1,5°C el aumento de la temperatura mundial. También debemos aumentar radicalmente las inversiones en adaptación y resiliencia, en particular para los países y las comunidades más vulnerables, que son los que menos han contribuido a la crisis”.

INDICADORES

De acuerdo con el informe, la temperatura media mundial en 2022 se situó 1,15°C por encima de la media del período 1850-1900. El período comprendido entre 2015 y 2022 fueron los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia según los registros instrumentales desde 1850. 2022 fue el quinto o sexto año más cálido, a pesar de haber sido el tercer año consecutivo de enfriamiento a causa de un “episodio triple” de La Niña, algo que solo se ha producido en tres ocasiones en los últimos 50 años.

 

Las concentraciones de los tres principales gases de efecto invernadero –dióxido de carbono, metano y óxido nitroso– alcanzaron los niveles más altos jamás observados en 2021, el último año para el que se dispone de valores mundiales consolidados (1984-2021). El aumento anual de la concentración de metano de 2020 a 2021 fue el más alto desde que existen registros. Los datos en tiempo real de determinados emplazamientos indican que los niveles de los tres gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2022.

Los glaciares de referencia para los que se dispone de observaciones a largo plazo experimentaron un cambio de espesor medio de más de −1,3 metros entre octubre de 2021 y octubre de 2022. Es una pérdida mucho mayor que el promedio de la última década. La pérdida de espesor acumulada desde 1970 es de casi 30 metros.
El nivel medio del mar a escala mundial siguió aumentando en 2022 y alcanzó un nuevo máximo sin precedentes desde que se dispone de registros obtenidos por altímetros satelitales (1993-2022).

Durante el período 2005-2019, la pérdida total de hielo continental de los glaciares, Groenlandia y la Antártida fue la causa del 36% del aumento del nivel medio del mar mundial, mientras que el calentamiento de los océanos (a través de la expansión térmica) contribuyó en un 55%. Las variaciones en el almacenamiento terrestre de agua contribuyeron en menos de un 10%.