Expectativa por ingreso de aplicación “Es vida” en Rendición de Cuentas

El equipo creador de la aplicación móvil “Es vida” se reunió con la ministra de Salud Pública, Karina Rando, a quien presentó la herramienta de prevención del suicidio, con el fin de impulsar su ingreso en la próxima Rendición de Cuentas que será la última del actual período de gobierno. La operadora sicosocial, Carla Manrique, señaló que la ministra “no estaba enterada de la aplicación, le pareció una herramienta útil y anunció que consultará en ASSE por las razones de la demora en su aprobación. Extraoficialmente le dijimos que sabíamos que no ingresaba en esta rendición por falta de recursos”. Se estiman unos 400.000 pesos por mes para costear los insumos tecnológicos de la aplicación.

El equipo técnico estuvo acompañado por el diputado del Partido Colorado, Juan Carlos Moreno, quien se comprometió a ingresarlo en este último mensaje presupuestal. “Si no sale ahora, ya no sale. Y tendremos que insistir en el próximo gobierno, pero por ahora, no hay ninguna otra novedad, lamentablemente”, dijo Manrique a EL TELEGRAFO.

Anualmente, se publican las cifras de suicidios correspondientes al año anterior y causan un impacto social. En marzo pasado, el Minsiterio de Salud Pública informó que en 2022 un total de 818 personas se quitaron la vida, con una tendencia en crecimiento desde 2017. Es un aumento de 8% con respecto al año 2021, cuando se registraron 758 casos de autoeliminación.

El periplo de la app

La técnica brinda talleres en el Interior del país, invitada por instituciones sociales y deportivas, donde además se refiere al bullying y la depresión. “A los talleres van las madres que tienen hijos que atraviesan períodos de depresión o han tenido intentos de suicidio. Nos preguntan por la aplicación y las razones de la demora para su puesta en funcionamiento. No sabemos qué responderles, pero queremos seguir en esta línea de prevención real. Porque la prevención no puede hacerse desde atrás de un escritorio, sino que hay que salir al territorio”, dijo Manrique
La aplicación se denomina “Es vida” y acompaña su nombre con la frase “60 segundos que salvan vidas”. Fue creada hace unos dos años por un grupo de cinco personas, en forma honoraria. “En cinco meses la teníamos pronta y la presentamos al exministro de salud, Daniel Salinas, quien nos envió al equipo de Salud Mental donde lamentablemente no pudimos avanzar con las comunicaciones y pedimos una entrevista en Presidencia. Allí nos atendió el secretario, Álvaro Delgado, que nos mandó a ASSE, donde nos entrevistamos con su presidente Leonardo Cipriani y nos aseguró que iba a quedar en revisión del departamento de Salud Mental”. Delgado consultó sobre la aplicación y el equipo confirmó su interés en la donación. “Por eso no hicimos un registro con la aplicación, porque la idea es que la maneje el gobierno. En ASSE tardaron 9 meses para darnos la aprobación por escrito de los aspectos técnicos en Salud Mental y dos meses por la parte tecnológica. Luego de demoras en la respuestas, un día hablé extraoficialmente con Cipriani y me dijo que no iba a salir porque no hay dinero en el presupuesto para su instrumentación”.

Manrique cuestionó que con este escenario, “nos preguntamos cuánto vale la vida y cuánto cuesta mantener esa aplicación, cuando en realidad vemos aplicaciones todos los días y son tan fáciles de acceder. Sin embargo, no se puede sacar para prevenir los suicidios”.

Conductas suicidas

En la conducta suicida “la persona lo primero que tiene es la ideación. Primero viene la idea, porque tiene un problema que no puede solucionar. La solución que le viene a la cabeza es la muerte porque, lamentablemente, la persona está enferma. Hay un proceso químico en el cerebro que no funciona correctamente y no puede pensar. Quizás nosotros le vemos las soluciones al problema, pero la persona no lo puede ver”.

El siguiente paso es el aislamiento y la pérdida de interés por lo cotidiano. “El entorno cercano se da cuenta y lo que queremos es que ese entorno lo detecte”.

El segundo paso “es la planificación sobre el día y la forma en que lo hará. Queremos que las personas puedan entender que no hay que juzgar, porque muchas veces la culpan. Lo primero que le reclaman a esa persona es que no piensa en sus hijos o en sus padres. Y no es que no quiere pensar, sino que no aguanta el sufrimiento. La persona que se suicida o tiene una ideación no es que no quiere vivir más, sino que no quiere hacerlo así como está sufriendo”.

La operadora sicosocial aseguró que “nadie está libre y le puede pasar a cualquiera. Por eso la importancia de la ayuda de cada uno desde su propio lugar, sin culpar, sin juzgar y sin dar consejos. Es un momento de hablar poco y escuchar mucho. Hay que dejar que la persona se exprese, ser empático, escuchar con preocupación y tomar acciones. Hay que llevar a la persona a un prestador de salud a la puerta de emergencia, donde asistirá un médico de medicina general”.

Manrique aseguró que “es conveniente que ingrese el acompañante y le diga al médico que la persona está con ideación suicida porque puede pasar que le den cinco días por estrés laboral. Las personas que pasan por eso no lo dicen al médico. Por lo tanto, salen con el mismo problema con el que ingresaron y nadie les solucionó nada”.
Explicó que “toda persona con ideación o intento suicida debe pasar por el siquiatra. Eso está en la ley de salud mental y si es necesario tiene que esperar unas horas hasta que llegue el especialista o solicitar un traslado hacia donde esté. Una persona con intento de autoeliminación debe tener seis meses de seguimiento por su prestador y muchas veces no se hace”.

El protocolo indica que “tiene que llenar un formulario de registro obligatorio –se denomina hoja FRO-IAE de Intento de Autoeliminación–, que se envía al Ministerio de Salud Pública para llevar una estadística de la cantidad de intentos. Eso, muchas veces, no se completa”.

Por otro lado, “aún seguimos con los mitos arraigados de creer que una persona tiene tantos intentos que lo hace para llamar la atención. Pero lo hace, porque pide ayuda desesperadamente. Es una persona que tiene que tomar medicación porque no puede pensar, entonces necesita ayuda externa porque los neurotransmisores no están haciendo su trabajo”.

Asimismo, “deberá cambiar sus hábitos de conductas, con pensamientos positivos y lo hará con el psicólogo. Es decir, es un camino largo que no tiene varitas mágicas. Incluso, habrá una posible adherencia a los tratamientos que interrumpirá cuando se sienta bien. Por eso, es como una montaña rusa que un día estará muy bien y otro día vendrá en bajada y necesitará del amor y la contención”.

Estigmas

“La salud mental está estigmatizada en Uruguay, desde las creencias propias y ajenas. Si toma una medicación para la diabetes no pasa nada, pero si toma medicación controlada, siente una vergüenza. La persona no cuenta que sufre de depresión”, agregó Manrique.

“Hay que ir al Viladerbó y sentarse a mirar ese edificio descascarado y con olor a humedad. Tanto, que deprime el simple hecho de mirarlo desde fuera. Si estará estigmatizado, que no se mejoran sus condiciones”, reflexionó.

Pelea por recursos

El diputado Moreno coincidió en que “falta la sostenibilidad financiera para su puesta en marcha. La ministra Rando tomó conocimiento de la aplicación y se manifestó de acuerdo en que es una herramienta que aporta a la prevención del suicidio”.
En la reunión, la secretaria de Estado recordó que el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, “había respaldado la prioridad de la salud mental, por lo que aguardamos las gestiones de la ministra ante el Poder Ejecutivo en cuanto a la posibilidad de su ingreso en la última Rendición de Cuentas tal como está, o al menos con lo mínimo para su puesta en marcha en los celulares”, dijo a EL TELEGRAFO.
Recordó que “ya dimos pelea el año pasado y no conseguimos los recursos. El año 2022 tenía recursos finitos por tratarse de la salida de un año de pandemia. Fue todo muy rápido y no se logró meter en el presupuesto. Este año volveremos a hacerlo y creería que la situación es diferente, sobre todo por su importancia”.
Moreno planteó que este último mensaje presupuestal presenta “un nuevo desafío de lograr el consenso para que ingrese este año. Ahora tenemos, además, la aprobación de ASSE que no teníamos el año pasado. Mientras tanto, vamos trabajando porque es necesario el trabajo en el territorio con talleres y hablar en los barrios donde no hay alcance de la información”.