El estatismo o socialismo de Estado en Uruguay

Escribe el Ing. Ramón Appratto Lorenzo

El Dr. Feliciano Viera, del Partido Colorado, fue presidente de la República, en el período 1915-1919, siguiente a la segunda presidencia del Sr. José Batlle y Ordoñez, de 1911 a 1915. Llegado el tiempo electoral para la elección de 1919, el Sr. Batlle, proclamado para candidato a una tercera presidencia, desde su diario El Día publicitaba su programa futuro. Las ideas del Dr. Viera y del Sr. Batlle respecto al gobierno Colegiado y al rol del Estado eran públicamente diferentes. En medio del período del Dr. Viera definieron los uruguayos si querían seguir siendo presidencialistas o colegialistas, cambio impulsado por el Sr. Batlle. El 30 de julio de 1916 se votó la integración de la Asamblea Constituyente que decidiría el tema. El resultado fue en números redondos: Partido Nacional, presidencialista, 68.000 votos, 105 bancas, Colorados batllistas colegialistas, 60.000, 87 bancas; Colorados anticolegialistas 14.500, 22 bancas; Socialistas 2.000, 2 bancas y Católicos 1.500 votos, 2 bancas. La Asamblea derrotó por amplia mayoría al Colegiado del Sr. Batlle, razón por la cual renunció a su candidatura e impulsó la del Dr. Baltasar Brum.

Mientras tanto el mundo era sacudido por la Primera Guerra Mundial 1914-1918 en medio de la cual sucede la revolución bolchevique de 1917 liderada por Lenin, que incendió Rusia, llevándola a través del comunismo, de un Estado socialista a un Estado totalitario impuesto a sangre y fuego. Para los disidentes solo quedó Siberia o la muerte.

Aquí en esos tiempos, el Sr. Batlle impulsaba la estatización creando entidades del Estado para servicios públicos. Y por su lado el Dr. Viera manifestaba en 1919 que “el Partido Colorado no es socialista ni va al socialismo” siendo partidario de la conciliación del Capital con el Trabajo para el bienestar nacional. En la oportunidad agregó: “Oigo hablar del programa del Sr. Batlle… no conozco ese programa… los hechos que suceden ya nos indican alguna tendencia, sobre todo esa organización partidaria que va camino del Soviet”.
Pasados más de 70 años, tuvimos la suerte de que fuera el Dr. Jorge Batlle, nacido y criado en la política nacional y también presidente de la República entre 2000 y 2005, el que se manifestara abiertamente contra el estatismo y sus inconvenientes. Si lo hubiera dicho otro, admitía discusión, pero dicho por quien vivió para el Partido Colorado y era sobrino nieto del Sr. José Batlle y Ordoñez, exime de explicación.

Juicio imparcial de Wikipedia sobre Lenin y el Gobierno bolchevique. “Cambios en la sociedad rusa: A medida que la economía rusa se iba transformando”, la vida social de la gente sufrió “cambios igualmente drásticos”. Desde el comienzo de la revolución, el gobierno intentó “debilitar la dominación patriarcal de la familia. El divorcio no requeriría más intervención judicial; y para liberar totalmente a la mujer de las responsabilidades de la maternidad, el aborto fue legalizado en fecha tan temprana como 1920. Como efecto colateral, la emancipación de las mujeres incrementó la masa laboral. Se animaba a las chicas a asegurarse una educación y a labrarse una trayectoria en la fábrica o en la oficina. Se dispusieron guarderías comunales para el cuidado de los niños pequeños y se hicieron esfuerzos para cambiar el centro de la vida social de la gente desde el hogar a los grupos educativos y de recreo, los clubes soviéticos”.

El régimen abandonó la política zarista de discriminación contra “las minorías nacionales en favor de una política de integrar a los más de doscientos grupos minoritarios en la vida soviética”. Otra característica del régimen fue la extensión de los “servicios sanitarios. Se promovieron campañas contra el tifus, el cólera y la malaria”; el “número de doctores se incrementó tan rápido como las infraestructuras” y la formación “lo pudieran permitir”; y la tasa de mortalidad infantil decreció rápidamente mientras que “la esperanza de vida creció con igual premura”. El gobierno también promovió el “ateísmo y el materialismo, que formaban la base del marxismo teórico”. Se opuso a las “religiones organizadas, sobre todo con el objetivo de quebrar el poder de la Iglesia ortodoxa rusa”, un antiguo pilar del antiguo régimen y una gran barrera para el cambio “social. Muchos líderes religiosos fueron enviados a campos de trabajo del Gulag”. Se “les prohibió a los miembros del partido asistir a servicios religiosos”. El sistema “educativo fue inmediatamente separado de la Iglesia. La enseñanza religiosa fue “prohibida excepto en casa y se hizo hincapié en la instrucción ateísta en las escuelas”.

Resumamos lo que fue el cerno socio político de la revolución de Lenin en 1917. Debilitar la familia. Divorcios “express” a voluntad sin trámite judicial. Aborto legalizado desde 1920, para sacarle a la mujer la responsabilidad de ser madre y a esa mujer “liberada” meterla en el mercado de trabajo, al taller o la oficina aumentando el número de brazos de trabajo. Guarderías para dejar los niños mientras la mujer trabaja. Desplazar la sociabilidad de los hogares a los “clubes soviéticos”. Medidas sanitarias para tener más niños, futuros trabajadores y que los adultos vivan más, para que trabajen más años. Propagar el ateísmo y materialismo, elementos básicos del marxismo teórico. Quebrar las iglesias y sus líderes a los campos de concentración del Gulag siberiano.

Una observación final. La misma Iglesia ortodoxa rusa aplastada por Lenin fue a la que José Stalin, invocando a “la Santa y querida Rusia” le reabrió sus puertas frente el terror del pueblo ruso ante la invasión nazi. Y se llenaron de fieles. Hoy su patriarca tiene afinidad con Putin.