Escribe el Ing. Ramón Appratto: Lorenzo Vladimir Putin y su guerra contra ucrania

Ing. Agrim. Ramón Appratto Lorenzo.

A más de un año de mentir que iba a hacer una operación militar en las dos regiones de Ucrania que había usurpado y –declarado por su propia iniciativa–, como repúblicas independientes amigas de Rusia, Vladímir Putin sigue invadiendo y destrozando a Ucrania sin importarle si lo que mata son militares o habitantes civiles que escapan del terror que sádicamente despliega. ¡Una guerra por las dudas! Por si algún día a Ucrania, hipotéticamente se le pudiera ocurrir propinarle daños militares o de otra índole a su gigantesco vecino: ¡Rusia y sus diecisiete (17) millones de kilómetros cuadrados de superficie territorial! El país más grande del mundo. Potencia atómica y uno de los cinco países con el superior poder del veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).
Para esa verdadera guerra, inició el ataque con tropas regulares del ejército ruso. Y la “operación militar”, según sus generales; un paseo, pero se encontró con un presidente de Ucrania que se quedó a luchar por la soberanía de su país y murieron tantos efectivos de ese ejército ruso que Putin decidió cambiar el plan de ataque. Acudió a Yevgueni Prigozhin jefe absoluto de un ejército de su propiedad conocido como grupo Wagner.

Ejército armado mediante reclutamiento de mercenarios. Fuerzas irregulares que pelean por la paga, reforzadas con presidiarios que por seis meses en el frente, obtienen la libertad. Ese cambio de fuerzas logró que se recapturara la ciudad de Bakhmut tras cruentos enfrentamientos. Al parecer eso puso en alerta a los mandos regulares rusos, en especial al Gral. Gersimov. ¿Cómo quedaban las jerarquías si una tropa mercenaria, fuera de su línea de mando lograba lo que no podían las tropas regulares? Eso derivó en una sorda “vendetta”: la paulatina merma de suministros bélicos y municiones a los más de 30.000 mercenarios de Prigozhin.

Pero el dueño de semejante poder, no se iba a conformar con ser el grueso de la carne de cañón y enfrentó a los comandos centrales mostrando su disconformidad, hasta que decidió sin más trámite que todo su contingente Wagner comenzara la retirada del frente, dejando solos a los conscriptos del ejército rusos carentes de pertrechos y del adiestramiento adecuado. Ante esa actitud, los mandos castrenses presionaron para que Wagner se disolviera o se integraran a las fuerzas regulares de Rusia. Lo que derivó en una rotunda negativa de Progozhin y su “invasión” a Rusia. Quizás no estaba en sus planes que tomar la ciudad de Rostov a 600 kilómetros de Moscú, le costara tan poco esfuerzo. La resistencia fue mínima. Era poco probable que imaginara “la toma de Moscú” y a esa altura había probado ante sus tropas que a su mando, por lo menos podía llegar cerca de la capital. Y paró su marcha por propia decisión. Putin a su vez consiguió un acuerdo con el presidente de Bielorusia, Alexander Lukashenko, para que Wagner consiguiera allí su “exilio”.
Después llegó la entrega del armamento. ¿Será el único que tiene? Según trascendidos, Prigozhin tiene decenas de empresas en África que le dan buenas ganancias y debe haber priorizado esos negocios.

Es moneda corriente que todas las empresas del Estado de la antigua URSS fueron a parar a manos de oligarcas millonarios rusos. Alrededor de Putin se formó una nueva oligarquía. Las llamadas “mafias” dominantes multimillonarias es lo que le da mala imagen a Rusia en el escenario internacional y en especial en el de la Europa occidental. Además, desde el Imperio de los zares, Lenin, Stalin, la URSS, Gorbachov, Yeltsin y Putin, hubo absolutismo en mayor o menor grado.
En 1994 en Budapest se firma un tratado en que Rusia y la Comunidad Europea garantizan la integridad territorial e independencia de Ucrania.
En 2008 hubo un acuerdo en Bucarest, XX conferencia de la OTAN, que resuelve que van a invitar a Georgia y Ucrania a integrar la OTAN.
Putin sigue gobernando, pero si la guerra se prolonga entrará menos dinero a Rusia y el reparto entre los oligarcas, al cual sospechamos no sean ajenos los mandos castrenses, será menor. Y Putin será el único responsable. Los oligarcas mantienen lealtad a quien les da de ganar. Si Putin no cumple se generará un peligro. Yevgueni Prigozhin, en pequeña escala, mostró que se le puede enfrentar. El éxito depende de la escala. Pero de lo anterior se deduce que el mayor error hasta ahora de Putin fue acudir a luchar confiando en un ejército mercenario, en Wagner.

Lo dice Nicolás Maquiavelo (1469-1527) en su libro “El Príncipe” cuando califica las tropas. “Los mercenarios y auxiliares son inútiles y peligrosas. Si un príncipe apoya su Estado en tropas mercenarias, no se hallará seguro nunca, por cuanto esas tropas carentes de unión, ambiciosas, indisciplinadas, infieles, fanfarronas en presencia de los amigos y cobardes frente a los enemigos, no tienen temor de Dios, ni buena fe con los hombres”. Y terminando el tema dice: “en tanto que los príncipes y las repúblicas que se apoyan sobre ejércitos mercenarios no experimentan más que reveses”.
Con el tiempo se verán los resultados.