Las próximas catástrofes que este gobierno no previó

De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el significado de la palabra “previsible” es “que puede ser previsto o entra dentro de las previsiones normales”. En nuestro editorial de hoy tomaremos dicho ejemplo como el punto de partida de uno de los temas más debatidos en los últimos meses en nuestro país: la calidad del agua suministrada por OSE en la zona metropolitana. Mucho se ha hablado y escrito sobre la falta de previsión del actual gobierno, aunque la definición de la RAE deja en claro el alcance de lo que puede resultar previsible.

En un tono de franca ironía, podríamos mencionar otras catástrofes que seguro ocurrirán algún día y que el actual gobierno no ha hecho nada para mitigar sus consecuencias, como por ejemplo la construcción de un terraplén gigante desde el puente Paysandú – Colón hasta el arroyo Sacra para evitar los efectos de una creciente precisamente catastrófica, que podría superar la cota 12. ¿Es demasiado improbable?, pues no tanto, ya pasó en 1959 y nada asegura que no haya posibilidad de que se repita, o hasta podría ser una peor. De hecho el clima en estos momentos está cambiando a fase “El Niño” y ya se anuncian importantes crecientes para los próximos meses, o incluso años. Y por supuesto que eso también será culpa de UPM, ya alguno hasta ensaye la explicación de que esto es consecuencia de que eucaliptos que chupan el agua de la tierra al punto de secar el Santa Lucía a 300 kilómetros de las plantaciones sobrehidrataron la atmósfera y por eso ocurren las crecientes…

En el mismo sentido, no podemos olvidar que el gobierno de Luis Lacalle Pou será plenamente responsable (y por tal omisión deberá juzgarlo la Historia) por las granizadas que se produzcan en el país hasta el 1º de marzo de 2025, fecha en la cual terminará su mandato, por no haber techado el país como corresponde ante el cambio climático. Por eso no debemos permitir que el actual presidente intente deslindar su responsabilidad por los daños que el mencionado granizo cause por ejemplo a los autos estacionados a la intemperie y a sus cristales, debiendo la población reclamarle al Estado (y por qué no al propio presidente, quien debería responder con su patrimonio personal) no haber previsto el día, hora y hasta el tamaño de las piedras de hielo. Seguramente ese granizo caerá desde el cielo como un castigo bíblico en represalia por su proyecto de gobierno neoliberal – privatizador – hambreador – latifundista –insensible – elitista – cipayo – fascista y por supuesto, “ausente” así como tantos otros adjetivos que forman parte del léxico de quienes siempre tienen un problema para cada solución. A los ciudadanos no les debe temblar la mano a la hora de seguir engrosando esta lista de acontecimientos que son responsabilidad de este gobierno. Hacerlo es un deber cívico y debería ser equiparado a la frase que expresa “sabremos cumplir” en nuestro himno nacional. El reciente terremoto de 4,2 grados en la escala Ritcher debería ser una advertecia de lo que está por venir, una suerte del “Big One” de la costa Oeste de Estados Unidos.

La geóloga experta en el tema, Leda Sánchez, lo ha dicho más de una vez, es poco probable pero podría ocurrir un evento mayor y cuando eso suceda, ¿qué medidas habrá tomado este gobierno? ¡Nada! Otra vez “ausente”. Hasta ahora no construyó ni un solo edificio a prueba de terremotos, ni refugios para cientos de miles de montevideanos que perderían sus casas, ¡qué insensible!
La lista de futuras catástrofes –que más tarde o más temprano van a ocurrir– es interminable; basta pensar que el último gran meteorito que cayó en la Tierra ocurrió hace 10.000 años en Arizona, y se estima que cada diez milenios se da un evento de esas características. O sea, que va a caer un meteorito monstruoso no hay dudas, pero una vez más este gobierno “ausente” no está haciendo nada para prevenir la extinción total.

Finalmente, el evento que ha sido pronosticado por prestigiosos científicos e instituciones alrededor del mundo y sobre el cual la falta de acciones concretas por parte del gobierno de la coalición rompe los ojos y debe ser objeto de una conferencia de prensa urgente en la Torre Ejecutiva: en unos 800 millones de años, la Tierra se volverá inhabitable para los seres humanos debido a la expansión del Sol. Aproximadamente 6.500 millones de años después, el Sol se expandirá tanto que consumirá el planeta en un final ardiente. ¿En qué está el Ministerio de Ambiente, que no hace nada para evitarlo? Todos los casos mencionados son muestras de una absoluta improvisación del gobierno y de su falta de previsión ante hechos como los mencionados. Una vez más, y como siempre sucede, la oposición tiene razón: se trata de un gobierno ausente, insensible y de espaldas a la gente.

Lo cierto es que no importa lo que pase, para determinado sector político todo lo que pase será culpa del gobierno –de derecha, claro– y aún en un caso de catástrofe lejos de tratar de calmar los ánimos y llevar tranquilidad a la población estarán agitando todos los “cucos” que encuentre a su paso, aportando disparates e ideas absurdas y echándole la culpa al gobierno de algo que no es su responsabilidad. Al fin y al cabo, para ellos bien se podría haber hecho un acueducto desde Nueva Palmira para llevar agua a Montevideo para evitar que los montevideanos no tengan que tomar agua con feo sabor. Posible es, es sólo cuestión de números, que este gobierno no quiso gastar. Pero la realidad es que si la calidad del agua fuera tan mala y “no potable” como dice la oposición buena parte de población metropolitana ya se hubiese muerto, o se estarían saturando los cementerios.

En estos casos es importante tener en cuenta que saber que algo puede pasar no basta para justificar acciones de prevención ya que la posibilidad de que sucedan en muy remota. En todo caso, la oposición tuvo quince años de gobierno con una economía creciente, alto gasto fiscal y mayoría parlamentaria y dejó muchas cosas en el “debe”. Según especialistas uruguayos consultados por la agencia argentina de noticias Telam, “las proyecciones hace 30 años decían que la demanda iba en aumento, que la calidad del recurso iba a disminuir y la única forma de bajar los riesgos era construir reservas donde se pudiese”. Hace 30 años que se sabía lo que pasaba, los últimos 15 años de los cuales gobernaron quienes hoy están en la oposición y no dejaron ni una sola obra funcionando o en construcción para evitar el problema que hoy tiene el país.

A las actuales autoridades de OSE, así como a quienes ocuparon esa responsabilidad en el pasado (incluyendo por supuesto a quienes hoy están en la oposición) les vendría bien “ponerse el sayo” de sus respectivas gestiones y tratar de cinchar para el mismo lado: el bienestar de los uruguayos, sin anuncios apocalípticos, excusas absurdas ni una clara apuesta de que cuando peor le vaya al país mejor les irá a ellos y a sus intereses electorales, en una práctica carroñera que tanto daño nos hace como país.