Día: 12 de noviembre de 2023

El escándalo generado por el pasaporte del narcotraficante Sebastián Marset y la consecuente telenovela de “dimes y diretes” en la cual se ha transformado la escena política nacional no deja de sorprender a una población que no sale de su asombro mientras descubre que la tan mentada “Suiza de América” no es tal. En efecto, entre mensajes borrados, audios difundidos sin autorización y reuniones a las cuales se convoca pero no se asiste (salvo para “pasar a saludar”), todos los días aparecen nuevos elementos de un collar sinfín cuyos lamentables efectos seguirán reverberando en nuestra historia política como una mancha que será difícil de borrar.
“Éramos pocos y parió la abuela” expresa el viejo dicho popular, aunque en este caso nos estamos refiriendo a la senadora nacionalista Graciela Bianchi quien sostuvo, en entrevista con radio Carve, lo siguiente: “Tengo chats con Carolina (Ache) por toda esta temática, que jamás los voy a mostrar. Y si un fiscal me pide que vaya a declarar y quiere mi celular lo destruyo. Estoy dispuesta a que me consideren que obstruyo a la Justicia”. Las declaraciones de esta pintoresca legisladora son de una gravedad insólita y sirven como muestra del descalabro que vive el sistema político uruguayo en estas semanas, aunque las raíces de estas conductas vienen de mucho tiempo atrás. ¿Cómo es posible que una senadora, electa para representar al pueblo y legislar en su nombre haga declaraciones que constituyen a una violación a le legislación vigente? En caso de que Bianchi cumpla con sus lamentables advertencias, sería bueno que recuerde que según el artículo 177 del Código Penal estaría incurriendo en un delito de encubrimiento.

Mientras tanto la Fiscalía (la “bella durmiente” de la democracia uruguaya) “la ve pasar lejos” y ni siquiera es capaz de desarrollar actuaciones reservadas, tal como señalamos en nuestro editorial del pasado 19 de octubre titulado “La Fiscalía es un colador”.

En claro apoyo a la estrategia de “prender fuego la pradera”, el Pit Cnt se sumó hace algunos días al penoso elenco de actores de esta triste obra y para ello convoca a una movilización “en defensa de la democracia y contra la corrupción”. Según informó el presidente del Pit Cnt, Marcelo Abdala, la marcha se realizará el próximo lunes 13 de noviembre, a partir de las 18 horas. ¡Justo Abdala sale con eso; el dirigente que corrió a respaldar en un acto político en Venezuela al más corrupto de los presidentes de América Latina, Nicolás Maduro, que por cierto de demócrata no tiene un pelo y sumió a su país en la más absoluta pobreza! “En Uruguay, en nuestra patria de Artigas, el movimiento obrero y el pueblo es solidario, cálido y amigo de la Revolución Bolivariana. No hay ninguna vacilación en ese sentido”, anunció Abdala a Maduro en esa oportunidad.

Como no puede ser de otra manera se suman a esta medida dos viejos socios del Frente Amplio, el “brazo político” de la central sindical: la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam). Resulta muy llamativo que este “tridente progresista” conformado por el Pit Cnt, FEUU y Fucvam no haya convocado a ninguna marcha durante los quince años de gobierno frenteamplista, período en el cual su silencio y falta de cuestionamiento era notorio. Tal vez ello haya sido porque, como dijo Raúl Sendic, “Si es de izquierda no es corrupto, y si es corrupto no es de izquierda”.

Seguramente Sendic nunca pensó, al pronunciar esta frase llena de soberbia, que sería él mismo quien debería renunciar a su cargo de vicepresidente, un hecho que daño la imagen del país a nivel regional e internacional. ¿Por qué Sendic nunca ofreció su celular a la Justicia para que pudieran reservar sus mensajes? ¿Acaso había mensajes que no era conveniente que se divulgaran? ¿Por qué la Justicia nunca intervino –y difundió el contenido– de los celulares de los implicados en sonados casos de corrupción en todos esos años? ¿Qué podríamos haber encontrado en el celular del famoso “señor de la derecha” que participó de la subasta de los siete aviones CRJ Bombardier de la ex – Pluna S.A.? O del propio Ministro de Economía del momento, Fernando Lorenzo, que fue registrado por el fotógrafo de El Observador en una reunión secreta junto al empresario López Mena y el propio “señor de la derecha”, Hernán Antonio Calvo Sánchez. ¿Acaso no habría sido un gran ayuda para la justicia que los celulares de Eleuterio Fernández Huidobro y su entonces esposa Alejandra De Mello (quien actuó como encargada de la empresa la cual fue contratada por el Hospital Maciel en forma directa) fueran debidamente periciados? Y ni hablar del lo que podría haber aportado el celular del diputado Daniel Placeres (Envidrio); o del empresario de Fripur, Alberto Fernández Alonso; o de “El Pato Celeste” –Gustavo Torena– por cierto todos con vínculos muy estrechos con el por entonces presidente, José Mujica. Todas estas son muestras de lo mal que está la justicia en nuestro país, que misteriosamente parece haberse “despertado” recién ahora para “hacer las cosas bien”.

Así las cosas, cada uno de los actores de estos episodios defiende su mísera chacrita y la consiguiente cuota de poder que cree poseer mientras perdona a los que se mandan una “macana” si son amigos y trata de justificar sus acciones y minimizar sus efectos. Lo importante es proteger a los “compañeros” o “correligionarios” según el partido del que se trate y tratar de desviar la atención pública de la misma forma en que el tero canta lejos del nido para crear confusión y ganar tiempo. Mientras tanto, el que pierde y sigue perdiendo es el país, compuesto por mujeres y hombres ajenos a los círculos políticos y sindicales donde una verdadera casta hace crecer sus privilegios y organiza la forma de mantenerlos por el mayor tiempo posible. Pero claro… después esos mismos acomodados ponen cara de sorpresa y se preguntan cómo es posible que en otros países surjan políticos como Bolsonaro, Trump, Le Pen, Meloni, Putin o Milei pero la respuesta está en el descreimiento generado por esos privilegiados que traicionan el mandato para el cual fueron electos y aprovechan para obtener ventajas personales a costa de aquellos a los cuales dicen representar. Como ha señalado el director de la consultora Factum, Oscar A. Botinelli, “Las crisis institucionales no surgen de un día para otro, no caen como un rayo en pleno día soleado de verano. Se forman lentamente y son la acumulación de muchas causas diversas y de diferente entidad. Pero hay algo que debe ser absolutamente claro: cuando se golpea la poliarquía se quiebran las bases de la sustentabilidad democrática y del sólido funcionamiento institucional. Como telón de fondo, la incapacidad de las élites políticas para entender que las pequeñas ganancias a costa del adversario son a la postre pérdidas totales para el sistema político, para la democracia y para la sociedad en su conjunto. Además, no hay democracia que a la larga resista niveles elevados y generalizados de corrupción. Y mucho menos de corrupción personal”.

Todo ello porque, al fin y al cabo, en este cambalache que se ha transformado el Uruguay se hacen realidad los versos que el gran artista Enrique Santos Discépolo escribió en el año 1934: “Si es lo mismo el que labura / Noche y día como un buey/ Que el que vive de las minas/ Que el que mata, que el que cura / O está fuera de la ley”.

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Como ciudadano me pregunto: al ministro del Interior, Luis Alberto Heber lo hacen renunciar del Ministerio, pero vuelve al Senado, donde tiene la potestad de crear y/o proponer una ley, ¿qué sentido tiene esta sustitución? Expreso esto porque es lo que dice prensa. Otra pregunta: ¿no iba a ser cabeza de turco la señora Ache? Otra más: ¿Bustillo no responde al partido comunista cuyo líder es Mujica?; ¿Maciel no cometió un delito al no informar a quien correspondía? ¡Sabiendo que se estaba por dar un pasaporte a un conocido narco! Recuerdo palabras de Luis Lacalle Pou cuando asumió: “todo lo que haga este gobierno, único responsable será el presidente, nadie más”. Los ministros forman parte del Poder Ejecutivo en consejo de ministros, ahora, ¿a ellos los remueven, pero al único responsable de lo ocurrido, no?

Al señor presidente le digo que le está dando letra al Frente Amplio para la campaña. Bustilllo debería ser formalizado, en cuanto a Heber, Maciel, Lafluf y Ache si renuncian es porque usted les acepta o usted sospecha o sabe algo también, hoy tienen más “mando” (que no se ve), los narcos que los propios políticos que dicen gobernar.

No soy de izquierda, sólo estoy decepcionado. Si la famosa reunión por algo tan importante se produce en el piso debajo de la oficina presidencial, este ¿no tomo parte de esa reunión? La gran duda.

Ciudadano dudoso
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