La falsa idea de la improductividad

El pasado 2 de febrero fue el Día Mundial de los Humedales, que este año tuvo como lema “Los humedales y el bienestar humano”, motivo elegido por Naciones Unidas con el propósito de reconocer el papel crucial que estas tierras húmedas juegan en nuestra vida. Y es que aunque para muchos se trata de tierras improductivas y “sucias”, en realidad los humedales prestan a la humanidad y a los seres vivos en general una serie de beneficios, o servicios ecosistémicos, para ser más técnicos. Nos proporcionan agua limpia, sirven como fuente de alimento y nos protegen frente a los fenómenos meteorológicos extremos y por ello mantener su salud es clave para nuestro bienestar.

En nuestro país hay dos fenómenos que están ejerciendo una fuerte presión y degradando los humedales, por un lado la expansión de las áreas urbanas y por otro la ampliación de la agricultura. En ambos casos la desecación y el relleno de estas tierras ha propiciado la progresiva reducción de su área. Claro que esto no es nuevo, ha ocurrido a lo largo de la historia y en todas partes del mundo. Solo que ahora somos mucho más conscientes de los beneficios de estos ecosistemas y de su fragilidad.

En un mensaje difundido por el Ministerio de Ambiente con motivo de esta fecha se alude a las características de los humedales uruguayos y a acciones que se están llevando adelante para mejorar su conservación. Entre los principales de nuestro país se encuentran los que conforman el Área Natural Protegida Humedales de Santa Lucía, “la de mayor superficie del país, en el corazón del área metropolitana”, que se destaca “por la conexión entre el río Santa Lucía y el Río de la Plata, lo que forma un sistema de humedal salino costero de gran relevancia para Uruguay”. No menos relevantes son los conocidos como Bañados del Este, la Laguna de Rocha, y en nuestra región los Esteros de Farrapos, los tres sitios integrados a la Convención de Ramsar, es decir, reconocidos internacionalmente por su valor estratégico.

No obstante, alerta el Ministerio, “amplias áreas de humedal han sido drenadas o rellenadas, lo que ha ocasionado la pérdida de ecosistemas únicos. La protección de los ecosistemas de humedal que hoy se mantienen es fundamental, tanto por el valor de conservación de la biodiversidad como para proteger la variación del régimen hidrológico y la calidad de agua de nuestros cursos y fuentes de agua bruta para su potabilización, por la protección frente a inundaciones, el secuestro de carbono, y evitar la erosión y degradación de suelos, manteniendo los recursos naturales que son base de actividades agropecuarias y turísticas. Estas funciones y servicios ecosistémicos de los humedales se ven aún más jerarquizados en el contexto global de cambio y variabilidad climática”.

En su mensaje, la cartera enumera una serie de acciones que se han desarrollado para tratar de “preservar estos ecosistemas, prevenir aquellas acciones que obren en detrimento de sus características evitando procesos de degradación y/o modificación y el fomento de su restauración”. Además, el país ha asumido el compromiso ante la comunidad internacional de trabajar en ello a través de diferentes acuerdos y convenios a los que ha adherido. Entre las líneas de trabajo que se mencionó en este mensaje se encuentra la implementación de “políticas de conservación y uso racional, sustentadas en estudios actualizados, que apoyen el establecimiento de programas destinados a manejar, sobre bases reales, los humedales a nivel local, departamental, y nacional”.

Entre las acciones desarrolladas está el Proyecto Definición de criterios y ajuste de normativas para la protección de los humedales en el Uruguay, que ha sido financiado por el Fondo de Humedales para el Futuro de la Convención Ramsar, a través del cual se han identificado los humedales de importancia ambiental como base para la reglamentación del artículo 159 de la Ley N° 14.859, el Código de Aguas.

Por otra parte, en el marco del mismo proyecto, en coordinación con el Programa de Conservación de la Biodiversidad y Desarrollo Sustentable en los Humedales del Este, (Probides), y otros actores públicos y privados, “se ha avanzado en el desarrollo de un sello que diferencie la producción realizada en arrozales del sitio Ramsar Bañados del Este”. Se diseñó un protocolo y un programa piloto para implementarlo. Con ello se busca brindar “una distinción a través del Ministerio de Ambiente a establecimientos agropecuarios del área de los Bañados del Este”. Es decir que no solamente no es incompatible la actividad agrícola, por más que en este caso sea una muy específica como el arroz, sino que además puede llegar a ser un valor agregado para un producto básico y del que nuestro país exporta más del 95% de la producción.

En nuestra ciudad tenemos el Humedal de la Curtiembre, en la desembocadura de ese arroyo en el río Uruguay, un sitio al que se la ha otorgado una protección de nivel departamental a través del Decreto Nº 7719/2018, Plan de Ordenamiento Territorial de Paysandú y su microrregión, en el Artículo 43, numeral 6: Zona de fragilidad ecosistémica. Y se espera que este mes, en el cierre de las actividades de celebración, los Amigos de los Humedales presenten una iniciativa para que el área goce además de una protección a nivel nacional. Sería muy importante, porque aunque muy pequeña, sería la segunda área protegida en el departamento. O tercera, si se aprueba el proyecto de las Islas del Queguay. Y sería el primer humedal urbano protegido.
Sigue habiendo quienes piensan que el mejor destino para ese espacio verde enclavado en la ciudad es cortar toda la vegetación y taparlo de cemento, como una forma de evitar la presencia de “alimañas” y eliminar efectos no deseados. Con ello nos privaríamos de un espacio natural y de los servicios antes mencionados, pero a la vez estaríamos privando de su hábitat a un montón de especies que allí habitan y que la mejor opción para que no “invadan” la ciudad —qué paradoja pensar así, cuando lo que ocurre es justamente al contrario— es conservarles sus espacios y su alimento y no tengan que salir a buscarlos en otra parte.