Por la pacificación vial

Comienza mayo y con él la Campaña de Mayo Amarillo 2024. A veces da la impresión de que insistimos demasiado con el tema de la siniestralidad vial, pero es que sigue siendo uno de los problemas de salud pública más acuciantes y con tendencia no solamente a seguir siéndolo, sino además a seguir complejizándose, en la medida que el parque automotor no deja de crecer y el espacio por donde transitar sigue siendo el mismo. Pero se suma a ello un contexto social de crispación, de violencia generalizada, que no es patrimonio exclusivo de Uruguay, pero que además da la impresión de que en el tránsito se potencia. Pero vayamos despacio y por las piedras.
El mes de mayo se eligió para desarrollar esta campaña global de concientización debido a que el 11 de mayo de 2011 la Organización de Naciones Unidas, ONU, hizo el lanzamiento de la Década de Acción para la Seguridad Vial, llamado que logró el compromiso de distintos países para enfocarse en la reducción de la siniestralidad vial, trabajando con equipos multidisciplinarios desde la salud, la educación, el transporte, entre otros.
Mayo amarillo nació en Brasil y de allí una explicación al uso de este color, que identifica a la gran nación vecina, pero desde allí se ha ido extendiendo en el mundo bajo la consigna de evitar y despertar la consciencia de la sociedad sobre la siniestralidad vial. Año a año las campañas de Mayo Amarillo Uruguay han ido logrando más adhesiones entre organismos gubernamentales, Intendencias e instituciones sociales, hasta las academias de choferes y centros educativos en general. Este año, el objetivo central de la campaña es fomentar “una cultura de seguridad vial sólida y sostenible. A través de la colaboración entre ciudadanos, organizaciones y autoridades gubernamentales, podemos alcanzar un cambio significativo en la mentalidad y actitudes de los conductores, peatones y ciclistas”, dice la convocatoria de este 2024, cuyo lema es “La Paz en el tránsito comienza Contigo” y será la séptima que se realiza en nuestro país, a nivel general es la 11ª edición. Agrega el llamado del movimiento que participar en las diferentes actividades propuestas “es una oportunidad única para unirnos como sociedad y trabajar juntos en la construcción de un futuro más seguro y libre de accidentes en nuestras calles y carreteras”.
El objetivo, afirman, es impulsar la discusión en la sociedad sobre “la urgente necesidad de disminuir el número de muertes y heridos como consecuencia de los siniestros de tránsito”.
El movimiento tiene por objetivo colocar en la agenda pública este tema y hacer un llamado de atención a la población sobre los riesgos que se corren en el tránsito y la importancia de utilizar las medidas de seguridad y toda nuestra atención, de allí que se generen actividades que reflejen la importancia de cuidarnos en el día a día.
Es muy habitual que en estas fechas se den a conocer datos estadísticos, números que reflejan el comportamiento de la siniestralidad, comparar con el año anterior y el anterior y una década atrás si murieron más o menos personas y cuántas sufrieron lesiones graves. No está mal. Para los técnicos es importante y en función de estos números se hace una evaluación de si el esfuerzo viene dando frutos, pero cabe preguntarse si estas cifras impactan de alguna manera en la opinión pública, si saber que hubo diez muertes más o menos, es una razón para que alguien, al subirse a su auto se coloque el cinturón de seguridad, o se termine de decidir por meterse de pronto en un préstamo y comprar esa silla de retención infantil adecuada para la edad de sus hijos, o recuerda reemplazar la lamparita quemada del foco trasero de la moto que usa para dirigirse al trabajo, y ya que está pasa por el taller a revisar los frenos, colocarse el casco y algunas cintas reflectivas, que en el supermercado cuestan menos de $ 100. Esos números que se publican no son ni más ni menos que personas, madres, padres, hermanos, novios, esposos, compañeros de trabajo. Así debemos verlos.
Durante todo el mes, en diferentes puntos del país, se llevarán a cabo talleres, capacitaciones, exposiciones y otras actividades que permitan generar conciencia sobre el problema del tránsito y la siniestralidad. Por más que se trate de un conductor experto, nunca está de más darse una pasada por allí y refrescar conocimientos. Hoy en día también hay mucho material disponible en las distintas plataformas explicando aspectos de la conducción segura y recomendaciones para evitar problemas al circular. La campaña invita también a lucir un lazo amarillo como símbolo de compromiso y de adhesión, así como a difundir experiencias y aprendizajes en redes sociales con una etiqueta (hashtag): #MayoAmarilloUruguay2024.
Pero más allá de todo esto hay un aspecto fundamental, que es la predisposición con la que cada uno sale a compartir el espacio de la vía pública, porque a la postre no se trata nada más que de eso, de coexistir en un espacio común, y la forma en la convivimos allí es clave para esa paz que reclama este movimiento. Paz como oposición a la violencia vial, un concepto que encuadra todos los comportamientos temerarios y agresivos, que ponen en riesgo a sí mismo y a los demás usuarios de la vía pública. Hay algo de predisposición a la hora de salir a la calle en lo que cada uno puede trabajar, pero sobre todo debemos tenerlo presente al circular, no pensar en quién tiene la razón ante un eventual accidente, sino transitar pendientes también de los posibles errores u omisiones de los demás usuarios de la vía pública, porque en realidad nadie está libre de un momento de distracción o de un equívoco.

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