A partir del reciente encuentro del ministro de Economía y Finanzas, Ec. Gabriel Oddone, con los legisladores integrantes de la bancada del Frente Amplio en el Parlamento, a nivel del ámbito político partidario han surgido opiniones contrapropuestas en lo que refiere al diagnóstico de la situación económico financiera del Uruguay, sobre la base del estado de las finanzas públicas dejadas por el gobierno saliente.
El disparador fue este encuentro de miembros del equipo encabezado por el ministro de Economía para hablar sobre la situación económica y financiera del país con los legisladores oficialistas, y en ese sentido el senador oficialista Sebastián Sabini consideró, antes de la reunión, que el gobierno está ante un “panorama económico complejo” y que ve la situación con “preocupación”.
Dijo al respecto que la gestión frenteamplista se está “encontrando con déficit en diferentes organismos. Hay un déficit muy importante en ASSE, de más de 100 millones de dólares. También hay un déficit muy importante en la ANEP, de más de $ 1.000 millones en distintos subsistemas: Primaria, Secundaria, Formación docente”.
Sin embargo, tras la reunión, Oddone, dijo que no tiene “información todavía como para dar una conclusión al respecto” de la situación económica de ASSE y ANEP, en tanto aseguró asimismo que “la situación económica es de un país sólido, que tiene grado inversor, que tiene una economía que funciona, pero que tiene enormes oportunidades de mejora y que, además, tiene una situación fiscal frágil. Es manejable, pero es frágil”.
“Recibimos un resultado fiscal que no es distinto al que había en 2019, con más gasto y más deuda. En un escenario internacional más restrictivo eso plantea un conjunto de desafíos que el equipo económico va a estar en condiciones de mejorar”, explicó el secretario de Estado, y para Oddone “la economía funciona. Como todos sabemos, es un país que goza de muy buena reputación a nivel económico y esas son las razones por las que somos captadores de inversiones, tanto extranjeras como inversión doméstica, porque el país es confiable”.
Evaluó que “no está en los planes de gobierno hacer modificaciones impositivas, salvo los que la agenda internacional nos obligue a implementar, que por ahora no están en el horizonte”, mientras que al hacer referencia a como cumplir los compromisos asumidos ante la opinión pública en la campaña electoral si existen restricciones presupuestales significativas, consideró que “yo, junto al equipo económico, tengo que encontrar la manera de poder cumplir con el programa del Frente Amplio en el escenario de restricciones globales y fiscales que se tienen, ese es mi trabajo, a cargo de liderar el equipo económico, pero el que sería de cualquier ministro de Economía cuando asuma”.
Sin embargo estas expresiones cautas y relativamente optimistas del titular de Economía y Finanzas contrastan con la visión catastrófica del prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz, quien se refirió en diálogo con En Perspectiva a la política económica que llevará adelante el gobierno liderado por Yamandú Orsi con Gabriel Oddone como ministro de Economía.
“Hay un anuncio muy importante que es la continuidad de una política económica en lo que tiene que ver con la regla fiscal y lo que tiene que ver con la estabilidad macroeconómica”, destacó Díaz.
Asimismo, dijo que, si bien “en esas cosas claramente no” hay un cambio con respecto a la gestión de Luis Lacalle Pou, “hay otras cosas en las que claramente sí” hubo un viraje respecto al gobierno de la Coalición Republicana.
“Primero, tenemos que saber en dónde estamos parados, porque yo no puedo decir: ‘Voy a gastar’, si no sé si tengo para gastar”, razonó. Entonces planteó: “Saber que se deben pagar U$S 165 millones al Ferrocarril Central; U$S 50 millones a Pluna; tanta cantidad de millones de dólares por pago de proveedores, bueno, ¡caramba!”
“Vamos a sentarnos a ver, porque no es oro todo lo que reluce. Nos dijeron que nos entregaron una Ferrari, pero ahora resulta que la Ferrari está fundida, chocada, la pintura está rayada y no anda”, lanzó.
Llama la atención, como primer punto, que el prosecretario de Presidencia haga una evaluación de cuño netamente técnico en un tema que es de resorte del ministro de Economía, y que con sus apreciaciones choque de frente con la evaluación que hace el conductor de la economía. Pero sobre todo, que atribuya al gobierno anterior el agujero que tiene nuestra economía por deudas generadas por la “reconversión” forzada de Pluna y por la construcción del Ferrocarril Central, ambas decisiones adoptadas en gobiernos del Frente Amplio, que se han mantenido estos años para ser pagadas por todos los uruguayos.
Ello indica que de lo que se trata es de conceptos apoyados en visiones ideológicas y políticas que tratan de crear una onda de opinión pública a favor, cuando la realidad pasa por otro lado. En primer lugar, Uruguay no es ni va a ser una Ferrari ni en el mejor de los mundos, y como máximo puede aspirar a ser un utilitario confiable, que rompa lo menos posible en los caminos pedregosos por los que inevitablemente tenemos que pasar, por donde precisamente no puede circular una Ferrari, porque se rompe a los diez metros.
De lo que se trata por lo tanto es de espuma que se desparrama para ocultar la sustancia de las cosas, una constante en políticos de todos los partidos cuando tratan de llevar agua hacia su molino y no dudan en embarrar el terreno en procura de generar opinión pública a favor.
Nos quedamos con la visión técnica del ministro de Economía, quien proviene del mundo de percibir la realidad por encima del submundo de la política tradicional, y lo que nos señala es que el escenario es similar al de 2019, con algo más de obligaciones por deuda –venimos también de un período en el que la pandemia y la sequía pusieron a la economía cuesta arriba– y que el riesgo país bajo nos deja en una situación destacable en el área financiera.
Pero están planteados para el nuevo gobierno desafíos fundamentales para 2025: acelerar el crecimiento, fortalecer la protección social y mejorar la seguridad pública. Para ello, se anunció que se buscará consolidar la estabilidad macroeconómica, mejorar la competitividad y optimizar el uso de los recursos fiscales, y ello no se podría hacer sin encontrar espacio fiscal, pero sin comprometer la estabilidad macroeconómica.
Y como en los platitos chinos del Ec. Mario Bergara –que ahora se postula para intendente de Montevideo–, al mismo tiempo deberá apuntarse a mejorar la competitividad del Uruguay, un país caro en dólares que traslada estos altos precios a lo que exporta, por un tipo de cambio sobrevalorado, y al que no se puede toquetear porque es el ancla para la inflación.
Nada nuevo bajo el sol respecto a los desafíos que han enfrentado gobiernos anteriores, por cierto, y es de esperar que por encima de otras consideraciones el equipo económico sepa resistir las presiones político – ideológicas e intereses corporativos de sectores radicales que organizan lobbies para torcer las cosas a su favor, y que pueda llevar adelante su gestión priorizando el interés general, para contribuir a hacer un país mejor para todos los uruguayos. → Leer más