Bioparque M’Bopicuá cumplió un cuarto de siglo al servicio de la conservación

El Bioparque M’Bopicuá celebró sus 25 años con un acto que reunió a autoridades, trabajadores, escolares y representantes de instituciones públicas y privadas en un entorno que resume un cuarto de siglo de trabajo en conservación, educación ambiental y sostenibilidad. El encuentro se desarrolló en una zona contigua al Centro de Visitantes, próximo al sendero que conduce al recorrido por la fauna autóctona. Durante la ceremonia se presentó una hoja filatélica conmemorativa emitida por el Correo Uruguayo y se inauguró una colmena viva en el Centro de Visitantes, una nueva propuesta educativa que busca sensibilizar sobre el rol de las abejas en los ecosistemas. Participaron autoridades departamentales, integrantes de la Comisión Honoraria Apícola y niños de la escuela rural N° 28 de Puntas de Santa Fe, quienes cerraron la jornada con una canción que incluía lenguaje de señas.

Un espacio de aprendizaje vivo

El Bioparque M’Bopicuá, propiedad de Montes del Plata, se ha consolidado desde su creación como un referente nacional en la cría, recuperación y reintroducción de especies autóctonas en peligro de extinción. Ubicado en el departamento de Río Negro, próximo al río Uruguay y a Fray Bentos, el predio combina la función de reserva de fauna con un centro educativo y de divulgación ambiental. Marina Flores, mánager de sostenibilidad de Montes del Plata, destacó que el bioparque “ha recibido más de 60.000 estudiantes en estos 25 años, que han tenido la oportunidad de conocer el tamanduá, el coatí, el margay, el pecarí y muchas de las 56 especies que habitan aquí”. Recordó que en 2023 se inauguró el Centro de Visitantes, concebido como un espacio de interpretación ambiental. “Era una deuda que teníamos para mejorar la experiencia de la visita de este parque que ya tiene 25 años y ha recibido más de 40.000 personas en esta tarea titánica que es la educación ambiental”, señaló. Flores explicó que la apertura del bioparque al público en general se amplió en los últimos años con jornadas especiales en Semana Santa y en las vacaciones de julio, permitiendo un mayor acceso de visitantes sin alterar la misión principal del centro: la reproducción y cría de fauna autóctona para su posterior liberación. “En 2024 llegamos a 6.420 personas, entre escolares, liceales, grupos científicos y público general. La mitad de nuestro objetivo es la educación, pero la otra mitad sigue siendo la conservación”, puntualizó.

Producción y conservación

En su intervención, Flores subrayó la filosofía de Montes del Plata, que combina la producción forestal con la preservación ambiental. “Si bien somos una empresa forestal que produce celulosa de los árboles de eucaliptus, el 40% de nuestros predios no están plantados y se destinan a la conservación, al hábitat de especies de flora y fauna y a otras producciones. Productores vecinos crían ganado, comunidades recolectan hongos y los apicultores producen miel orgánica”, detalló.
El Bioparque M’Bopicuá ha alcanzado logros significativos en la cría en cautiverio de especies en peligro crítico, como el gato de pajonal, y ha logrado la primera reproducción de tamanduás (oso hormiguero) en Uruguay. También se han criado ejemplares de yacaré, lobito de río y margay, todos liberados posteriormente en áreas naturales pertenecientes a Montes del Plata, donde son monitoreados en su evolución.
“Producción y conservación pueden ir de la mano”, remarcó Flores. “La fauna reproducida y luego liberada enriquece los ecosistemas y completa el círculo virtuoso de una gestión forestal sostenible”.

Una colmena viva y una nueva mirada

La inauguración de la colmena viva en el Centro de Visitantes marcó uno de los momentos centrales del aniversario. El espacio busca mostrar el trabajo de las abejas y destacar su papel esencial como polinizadoras.
La instalación complementa otras iniciativas impulsadas junto a instituciones académicas y organizaciones ambientales, como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, la Universidad Tecnológica (UTEC), la oenegé Gensa y la propia Escuela N° 28 de Puntas de Santa Fe. En 2024, esas alianzas permitieron la plantación de 100 árboles nativos bajo el concepto de “bosque comestible” y la creación de un Jardín de Mariposas y un Hotel de Insectos, espacios que promueven la observación directa y la educación ambiental.

“Esto tiene amor, y se nota”

El gerente general de Montes del Plata, Diego Wollheim, resaltó el significado simbólico de este aniversario y la emoción compartida por los trabajadores y la comunidad. “En estos 25 años pude ver la evolución de este bioparque y de lo que ha hecho Juan (Villalba, el director), que es increíble. Cuando uno recorre este lugar, se nota que está hecho con amor, y eso se siente”, dijo. Wollheim recordó que el Bioparque M’Bopicuá se ha convertido en la puerta de entrada al conocimiento ambiental para miles de niños uruguayos. “Cuando uno ve a estos niños, o se encuentra con jóvenes que dicen ‘yo conozco Montes del Plata porque conocí el bioparque’, y te cuentan cuál es su animal preferido, eso quiere decir que estamos haciendo un buen trabajo”, afirmó.
El gerente general explicó que la compañía definió recientemente su propósito institucional: “Forjar un legado positivo para las próximas generaciones”. En ese sentido, el Bioparque M’Bopicuá –dijo– es una de las expresiones más claras de ese compromiso.

Un sello para la conservación

El Correo Uruguayo se sumó a la conmemoración con la presentación de una hoja filatélica alusiva a los 25 años del bioparque. El presidente del organismo, Gabriel Bonfrisco, subrayó la relevancia del homenaje y el valor simbólico que representa.
“Pensamos que era necesario que el Correo pudiera ser partícipe de esta instancia. Este sello será lanzado a nivel nacional e internacional y pone en valor un ejemplo de cooperación entre lo público y lo privado en torno a la sostenibilidad”, expresó. Bonfrisco destacó además la importancia de difundir la existencia del bioparque a nivel nacional. “Queremos que no solo sea conocido por la gente de la región o los departamentos cercanos, sino que todo el país pueda ser parte de este proyecto”, señaló.

“Abrir vida y sembrar futuro”

De su lado, el intendente de Río Negro, Guillermo Levratto, agradeció la invitación y valoró el papel del bioparque como espacio educativo y productivo. “Celebrar los 25 años es un tremendo honor. Me tocó conocer este sitio cuando trabajaba como arquitecto y siempre me impresionó la calidez y el amor puestos en cada detalle”, recordó. Destacó, además, la inauguración de la colmena viva como “abrir otro gran espacio de vida”, y reafirmó el apoyo del gobierno departamental a la apicultura como actividad productiva y ambientalmente sustentable. Levratto señaló que Río Negro tiene el desafío de reconocerse en su propio potencial. “El día que los rionegrenses nos la creamos, que entendamos todo lo que podemos hacer y proyectar, el departamento será otro”, dijo, y propuso renovar los convenios de cooperación entre la Intendencia y Montes del Plata.

Un legado de vida

El cierre del acto estuvo a cargo de Juan Villalba, director del Bioparque M’Bopicuá y responsable de su creación hace 25 años. Con emoción, recordó los comienzos del proyecto y los primeros programas de reintroducción de fauna.
“Cuando diseñé este bioparque, nuestro objetivo fue claro: criar y reintroducir especies autóctonas en las áreas protegidas de la empresa. En 2003 realizamos la primera reintroducción de coatíes, y con los años siguieron otras como yacarés y pecaríes. Cada nacimiento, cada liberación, fue una pequeña victoria de la naturaleza”, expresó. Villalba evocó también la dimensión educativa del bioparque. “Más de 50.000 niños han pasado por aquí, y hoy algunos de aquellos regresan como maestros trayendo a sus propios alumnos. Es difícil imaginar un legado más hermoso”.

El director agradeció a los trabajadores, técnicos y autoridades que acompañaron el proceso desde su origen, y reconoció el apoyo institucional recibido en distintos momentos. “El Correo Uruguayo nos honra profundamente con esta hoja filatélica. No lo tomo como un homenaje personal, sino como un reconocimiento a todos los que trabajan por esta causa”.
Villalba cerró su intervención con un mensaje que resumió el espíritu del lugar: “Conservar la fauna es una de las cosas más hermosas que uno puede hacer en la vida. Como decía Jane Goodall, cada individuo importa, cada individuo tiene un papel que desempeñar, cada individuo puede hacer una diferencia. Sigamos cuidando la naturaleza, porque en ella late también nuestro propio corazón”.

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