Entre la electricidad cara y la reconversión vehicular

Desde hace unos años, a partir sobre todo del proceso de reconversión de la matriz energética, el Uruguay ha pasado a contar con un potencial de generación que le permite en tiempos normales contar hasta con un excedente de energía eléctrica, lo que entre otros aspectos debería presentar muy buenas perspectivas de abaratar las facturas de electricidad y a la vez impulsar por ejemplo la reconversión del parque automotor a electricidad, siguiendo una tendencia mundial que apuesta a los impulsores renovables y no contaminantes.
Sin embargo, tenemos el contrasentido de que mientras se cuenta con buena disponibilidad de energía eólica –y hasta las autoridades de UTE anunciaron en su momento que se bajarían las tarifas–, nos encontramos ante un Estado que tiene un fuerte déficit fiscal y que no solo trancó a UTE en su idea de bajar las tarifas, sino que encima se las hizo subir para destinar el sobreprecio a Rentas Generales y así tapar agujeros provocados por un gasto estatal desmesurado y, lo que es peor, con un núcleo duro de erogaciones que es harto difícil de sostener fuera de épocas de bonanza.
Igualmente, en forma lenta se está abriendo paso el uso de vehículos eléctricos, para lo cual es fundamental contar con exoneraciones triburarias y otros beneficios del Estado, que a su vez recauda fuertemente por concepto de impuestos de los vehículos con motores a explosión y la venta de electricidad a los consumidores, ya sean hogares como empresarios. Incluso Uruguay tiene la poco edificante “distinción” de que las tarifas eléctricas hogareñas prácticamente duplican a las segundas más caras en la región, y también con electricidad para grandes consumidores bastante más gravosa que nuestros vecinos.
Pero la reconversión a vehículos eléctricos es un factor positivo, como la otra cara de la moneda, y está ganando terreno la perspectiva de la masificación de taxis y autobuses eléctricos. Un avance en esta dirección se dará en Montevideo en 2019, cuando una línea de autobuses se cubrirá íntegramente con unidades eléctricas.
“Se busca aprovechar nuestra nueva matriz eléctrica, que genera a muy bajo costo en la noche, para poder utilizarlo a lo largo del día”, explicó Ruben García, economista asesor del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM).
El jerarca consideró que Uruguay tiene condiciones para promover ese cambio: distancias cortas, no tiene petróleo y produce energía a un costo accesible, y subrayó que con la nueva matriz, el 98 por ciento de la energía que produce Uruguay proviene de fuentes renovables como la hidroeléctrica, la eólica y la biomasa.
Una comisión interinstitucional liderada por el MIEM busca promover la movilidad eléctrica y ha otorgado beneficios fiscales para la importación de vehículos, entre otras medidas, precisamente, en tanto la propia UTE tiene 90 vehículos eléctricos para su servicio técnico, tratándose de la la flota más grande de la región.
El director de Redes Inteligentes de la UTE, Eduardo Bergerie, declaró que se tiene previsto que en los próximos dos o tres años Uruguay experimentará una explosión del transporte eléctrico y en no más de una década el 10 por ciento del parque automotor uruguayo será eléctrico.
Hay sectores donde la apuesta a lo eléctrico “ya es rentable”, como en taxis, camionetas utilitarias y líneas de ómnibus que recorren mas de 100 kilómetros por día, opinó García, en declaraciones a la agencia china de noticias Xinhua. Además, según datos del ministerio con base en vehículos evaluados en Montevideo, los taxis eléctricos gastan seis veces menos por kilómetro recorrido que un taxi a combustible de petróleo, cifra que aumenta a ocho veces menos para los ómnibus, con autonomías de 250 y 270 kilómetros, respectivamente.
De esa manera, los beneficios económicos se suman al cuidado del medio ambiente y de la contaminación sonora asociados a esta tecnología, lo que implica un doble beneficio y que sigue la línea de trabajo de una comisión interpartidaria que en 2010 acordó políticas de Estado a nivel energético.
Es así que por la capital uruguaya circulan actualmente 24 taxis eléctricos de la marca china BYD (modelos e6 y e5) y próximamente se incorporarán otros 30, en tanto de acuerdo con las proyecciones del MIEM, el año próximo habrá 300 taxis eléctricos en la calle en Montevideo.
Asimismo, Uruguay inauguró en diciembre de 2017 la primera “Ruta Eléctrica” de América Latina: una conexión vial de 300 kilómetros que une las ciudades de Colonia, Montevideo y Punta del Este, Maldonado, con puestos de carga de energía cada 60 kilómetros para asegurar el funcionamiento de los vehículos eléctricos, y se prevé extender en un futuro esta “Ruta Verde” a todo el país. En tal sentido, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, anunció que “ya está todo planificado, ahora hay que esperar. La demanda va a ser la que va a mandar”, en tanto también la Intendencia de Montevideo (IM) está apostando a la incorporación de la movilidad eléctrica.
Así, simbólicamente, tenemos que el automóvil oficial del intendente de Montevideo, Daniel Martínez, es un BYD e6, y el director de Transporte de la IM, Gonzalo Márquez, señaló a Xinhua que los taxis eléctricos tienen exonerada la patente de rodados y subsidiado el costo de su permiso de habilitación, que es la mitad en relación a uno a explosión. Manifestó que con 54 taxis eléctricos, Montevideo será en breve la ciudad de América Latina “con la mayor flota”, a la vez que el año próximo una línea de autobuses de Montevideo, la céntrica CA1, se cubrirá con unidades eléctricas.
Ya desde 2016 circula por Montevideo un autobús eléctrico BYD (modelo K9) de la empresa Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos. Esa prueba se dio “prestando servicio”, por lo que “lo comprobamos en funcionamiento real y no en un valor de catálogo de un fabricante”, puntualizó.
Sin tener que fortalecer las redes eléctricas en Montevideo y la zona metropolitana se podrían incluir 100 ómnibus eléctricos, estimó García, el asesor del MIEM. Recientemente se aprobó una normativa que habilita el subsidio estatal de hasta 100 autobuses eléctricos con la diferencia del costo respecto a uno convencional, lo que compensa el subsidio que se abona al gasoil del transporte.
Según se indicó, los mayores fabricantes de autos de Europa están recurriendo a la capacidad industrial del continente para construir una red de estaciones de carga ultrarrápidas, en un intento de avivar la demanda de vehículos eléctricos. Es así que planean construir en Europa alrededor de 400 estaciones de carga de última generación que puedan recargar un auto eléctrico en cuestión de minutos y no horas. La larga espera que supone recargar las baterías es una de las principales desventajas de los autos eléctricos respecto a los vehículos convencionales con tanques de gasolina, que pueden rellenarse en unos segundos.
Precisamente, el problema radica en los aspectos prácticos, que a su vez irían de la mano de la masificación para generar un circuito virtuoso en el sentido de que a la demanda se agregue la oferta y viceversa, haciendo que las inversiones en estaciones de recarga y la construcción de vehículos resulte rentable dentro de un plazo más o menos razonable.
Por supuesto, estamos lejos todavía de la masificación que se requeriría, sobre todo porque es impensable que Uruguay marque rumbos en una tecnología que evoluciona en los países desarrollados, y por lo tanto es tomador de los pasos que se vayan dando.
Pero es de destacar que se trate de darle una impronta en base a nuestras características y necesidades, como se ha hecho en áreas como la energía eólica, donde se ha logrado captar inversiones que han potenciado el uso del recurso.