La primera sorpresa del Mundial: Islandia, debutante absoluto en una Copa del Mundo, empató 1 a 1 frente a Argentina.
Aguerrido, defensivamente intenso y soltándose cuando le era posible, Islandia se dio el gusto de frenar nada menos que a Messi y compañía, que llegaban con lógica como claros favoritos.
Es verdad que Argentina dominó terreno y pelota, y propuso el juego en cancha rival. Pero le faltaron ideas, además de mostrar dos equipos en uno: arriba es una cosa, y atrás tiene serios errores. Y, de yapa, el equipo de Sampaoli no tiene la menor idea de a qué juega.
Agüero marcó la apertura del tanteador, con una gran definición en el área, lo que hacía presagiar que con mayor tranquilidad los albicelestes iniciarían su camino a la victoria. Pero un error defensivo permitió apenas cuatro minutos más tarde que Islandia decretara la igualdad.
En el complemento Argentina aumentó su dominio. Pero no había caso. Cuando llegó la gran chance de marcar la diferencia, Messi vio como el golero rival le atajaba un penal como para darle más emoción a este compromiso que tuvo en cada área una incidencia reclamadas como penal.
Argentina sufrió en el debut.