Así es más fácil

Otro paso más, que hizo explotar al país entero. Otro triunfo para mantener el invicto en el Mundial de Rusia, para colarse entre los ocho mejores del mundo futbolístico.
Uruguay despachó al Portugal de Cristiano Ronaldo, lo mandó de vuelta a casa y con el triunfo por 2 a 1 sacó pasaje para avanzar a los cuartos de final, en los que se las verá ante Francia. La Celeste hizo un trabajo perfecto. Se aferró a la idea de defender cada pelota como si fuera la última, a la obligación de mantener un orden táctico impecable, y a ser contundente a la hora de estar frente al arco rival. Rápidamente Cavani puso arriba en el tanteador a Uruguay: se mandó flor de cambio de frente para Suárez y fue a buscar la devolución, también perfecta, en el segundo palo. Tiró el cabezazo y le pegó con lo que pudo, para darle tranquilidad al equipo.
Los orientados por Oscar Tabárez se mostraron de buena manera a la hora de tener la pelota. Intentaron presionar en cada centímetro de la cancha, y no dejar espacios para que el rival pudiera aprovechar.
Torreira, en ese sentido, fue implacable y gran figura a lo largo de todo el compromiso, corriendo a todo lo que le pasara cerca. Cáceres se ha soltado más estando por la derecha, Laxalt fue creciendo por el otro lado. Nadie se guardó nada. Suárez estuvo cerca de tiro libre, pero el golero se estiró y controló. Portugal, que fue sorprendido en esa primera parte, no llegó a crear real peligro, y Cristiano Ronaldo estaba claramente incómodo ante la presión del rival.
En el complemento los celestes no la pasaron bien. Los lusos dominaron la pelota y Pepe aplicó la receta uruguaya para concretar la igualdad de cabeza, aprovechando la única distracción de la zaga, que se fue sobre Cristiano y dejó solo al zaguero. Fue el primer gol que encajó Uruguay en el Mundial.
Tabárez apostó a los cambios, a darle más velocidad con el Cebolla Rodríguez y luego con Sánchez, mientras a Muslera le sacaban la pelota de las manos para hacer sufrir a un país entero. Portugal iba y Uruguay esperaba el momento justo. Y Cavani (que luego se iría lesionado), con una definición exquisita, la cruzó al segundo palo para darle el triunfo a Uruguay.
Pero a la Celeste se le hizo más fácil. Porque junto a Torreira volvieron a trancar con la cabeza 3 millones. Los mismos que cabecearon en sus casas ante el centro de Suárez que conectó Cavani, al que a la distancia se le ayudó a acomodar el cuerpo para anotar el segundo. Los mismos que apretaron los dientes a la hora de que en la cancha se peleara cada pelota. Así, con un país atrás, es mucho más fácil. Se superó un desafío más, y en las que duelen. Falta otro para asegurarse la estadía hasta el final.