Homenajearon a policías caídos en servicio y descubrieron placa para el agente Juan Carlos Oviedo de Quebracho

Con un acto realizado en la Plaza de la Policía –en Rodríguez Nolla y avenida Italia– conmemoraron del Día del Policía Caído en cumplimiento del deber, instalado en forma oficial en 2008 por ley 18.377.
En la conmemoración, encabezada por el jefe de Policía, comisario general (R) Luis Mendoza, se recordó las figuras de los tres agentes de nuestro departamento que perdieron la vida al participar de diferentes operativos: Geber Illescas (1996), Wilson García (2011) y Juan Carlos Oviedo (2018). Participaron también los demás integrantes del Comando de la Jefatura, policías en actividad y retirados, oficiales del Ejército y la Policía Naval, así como el intendente en ejercicio Marco García, el cónsul de Argentina en Paysandú, Nicolás Domingo, y la cónsul de nuestro país en Colón, Judith Torrente, entre otros representantes políticos y civiles.
El acto comenzó con la entonación del Himno Nacional y el descubrimiento de la placa recordatoria al agente Juan Carlos Oviedo Custodio, de 25 años, que resultó asesinado en el trágico hecho acontecido en Quebracho en marzo de este año cuando –precisamente– concurrió a socorrer a una víctima de violencia familiar. El momento fue emotivo, ya que se encontraban los padres del fallecido policía y sus compañeros de la Comisaría Sexta.
Luego se procedió a la colocación de ofrenda floral por la Jefatura y del Círculo Policial, con posterior toque de silencio.
En su oratoria, el jefe de Policía destacó el valor y entrega de los policías caídos en favor del ciudadano que, lamentablemente, les terminó costando la vida.

Illescas, García y Oviedo

El 30 de marzo de 1996, durante un intenso operativo policial, a raíz de un intento de apoderarse de una caja registradora de una chacinería en la zona de 19 de Abril e Ituzaingó, el agente de segunda Geber Ramón Illescas Ledesma –de 25 años– sufrió un aparatoso accidente. Durante el cercamiento del local a fin de aprehender a los malvivientes que estaban armados, Illescas y su compañero treparon a los techos, ocasión en que cedieron unas chapas y ambos cayeron al vacío. Las graves lesiones sufridas por Illescas –traumatismo de cráneo grave, coma primario, fractura parieto occipital y de parietal derecho– derivaron en su internación en el CTI del antiguo Sanatorio Modelo. Días después, debido a una serie de complicaciones, el agente falleció.
El 7 de agosto de 2011, el agente Wilson García López, de 40 años, concurrió junto a sus compañeros de la por entonces Dirección de Grupos de Apoyo (DGA) a una finca cerca del monumento a la Virgen, en la zona Este de la ciudad, donde se encontraba un hombre atrincherado. Cuando el móvil –conducido por García– se dirigía hacia la escena, el rodado se puso en movimiento sin haberse acomodado correctamente los demás ocupantes, instancia en que un efectivo perdió el equilibrio y efectuó dos saltos para poder ingresar, momento en el que accionó su pistola calibre 9 milímetros. La bala ingresó en el flanco derecho de García, hiriéndolo en el abdomen.
Fue derivado al servicio de emergencias de Comepa, donde se le practicó una intervención quirúrgica que lo llevó al CTI; pero, pese a los esfuerzos médicos, a las pocas horas dejó de existir.
El 28 de marzo de 2018, el agente Juan Carlos Oviedo Custodio, de 25 años, se encontraba cumpliendo su turno en la Comisaría Sexta de Quebracho. Una denuncia sobre que un sujeto estaba amenazando con un arma a su expareja encendió la primera alarma de los efectivos.
Mientras la joven estaba en la Comisaría, su madre –Nelly Elizabeth Goyeneche Pintos– custodiaba la casa familiar ubicada en Lavalleja entre 25 de Mayo y 18 de Julio. Hasta allí llegó el victimario en bicicleta, quien comenzó a golpear la puerta de la finca con una pala, a la vez que portaba un rifle calibre .22 de su propiedad. El agente Oviedo Custodio estaba junto a una compañera en la comisaría y la denunciante, cuando fue advertido de la situación. El uniformado –motivado por su amor al servicio– no pudo quedarse de brazos cruzados y salió en la moto oficial Jialing hacia la casa de la señora.
Al arribar, desenfundó su arma de reglamento y entró. Caminó unos 20 metros y fue sorprendido por el sujeto que lo enfrentó con su rifle. Hubo un forcejeo, ocasión en que el iracundo logró sujetar las manos al agente y apuntó su arma hacia su mentón, donde efectuó un disparo. Al joven uniformado, que vestía chaleco antibalas y casco protector (por la moto), la bala le salió por la nuca. Su deceso fue inmediato.