El sentido es la vida

En distintos lugares del país, entre ellos Paysandú, se vienen sucediendo en este mes una serie de actividades, talleres, conferencias e intervenciones urbanas con motivo del denominado “Mayo Amarillo”, una iniciativa que se repite anualmente para llamar la atención sobre la siniestralidad en el tránsito.
El movimiento nació en Brasil con el propósito hacer un llamado a la sociedad sobre la siniestralidad vial que año a año deja un alto número de fallecidos y lesionados, y promover acciones multisectoriales, donde se involucren organizaciones públicas y privadas para impulsar este tema en la agenda pública.
El mes fue elegido porque el 11 de mayo de 2011 la Organización de Naciones Unidas (ONU) lanzó la Década de Acción para la Seguridad Vial, y pidió un fuerte compromiso a los países miembros para sumar esfuerzos de cara al 2020 para poder lograr la reducción de la siniestralidad vial, trabajando multidisciplinariamente desde la salud, educación y transporte, entre otros.
En nuestro país, niños, estudiantes liceales así como diferentes instituciones y actores públicos y privados del quehacer nacional trabajan este mes para sensibilizar y concientizar sobre conductas saludables en materia de tránsito y sobre la necesidad de prevenir siniestros.
En este sentido, durante el lanzamiento de “Mayo Amarillo” en Montevideo, el doctor Fernando Machado, referente del movimiento en Uruguay y jefe de Emergencias del Hospital de Clínicas, fue directo y enfático: “hoy van a haber 9 uruguayos que no van a retornar a sus hogares. Van a estar gravemente lesionados en un centro de emergencias, sala de operaciones o de terapia intensiva”. “Lo que es más triste, 2 uruguayos –que salieron a trabajar, tener una reunión o juntarse con amigos– no volverán a su casa porque tenemos más de 500 por año que fallecen por siniestros de tránsito”, dijo.
En tanto, las estadísticas presentan aún zonas grises: si bien desde 2011 Uruguay ha reducido sus índices de siniestralidad, el Informe Anual de Siniestralidad Vial 2018 reveló un incremento de 58 personas fallecidas en comparación con igual período de 2017 (12,3% de aumento).
El total de fallecidos a causa de siniestros de tránsito en 2018 fue de 528 personas, en tanto que 26.123 personas resultaron lesionadas en un total de 20.654 siniestros. Esto implica un promedio de 72 personas lesionadas por día, incluyendo heridos de cualquier entidad y fallecidos. El 41% de los lesionados tenían entre 15 y 29 años, lo que significa que la población joven sigue siendo la principal afectada.
Días atrás tuvo gran repercusión una escenificación llevada adelante por la Fundación Gonzalo Rodríguez en la plaza Independencia de Montevideo, donde se representaron los más de 500 fallecidos en siniestros viales en 2018.
Se trató de una propuesta para hacer reflexionar a la sociedad en general sobre lo que significan tantas vidas perdidas y señalar gráficamente a los decisores políticos, la urgencia de acciones concretas para resolver las pérdidas humanas evitables.
Por demás elocuente, la imagen de esa cantidad de cuerpos esparcidos por la plaza alertando que la muerte en siniestralidad vial –que hoy es la tercera causa de muerte a nivel mundial, y aceleradamente se proyecta a ser la segunda– también fue un llamado de atención a los actores políticos respecto a la necesidad de continuidad de una política de seguridad vial integral.
En los últimos años se han instrumentado políticas existentes desde hace décadas en otros países, tales como la prohibición de consumir alcohol si se conduce, el uso del casco y el cinturón de seguridad, cuya efectividad está comprobada. El tema no es menor y quienes trabajan activamente en materia de seguridad vial apelan a la continuidad de estas políticas y su integración en los programas de gobierno de los precandidatos a la Presidencia con miras a las próximas elecciones nacionales.
En este sentido, la presidenta de la Fundación Gonzalo Rodríguez –María Fernanda Rodríguez– dijo que se acercó “información y un paquete de medidas” a todos los precandidatos manifestándoles la preocupación por el tema, para que “lo integren en los planes de gobierno de los próximos 5 años”.
“El pedido que hacemos a las autoridades es una Política de Estado sostenible en el tiempo, transversal, con ministerios e intendencias involucrados (…) pedimos que integren este tema, que asuman un compromiso. Esto se puede evitar si entre todos no nos resistimos al cambio” señaló.
Cuando se pierde a vida en un siniestro se pierden los sueños, alegría y los proyectos no sólo de la persona fallecida sino también los más allegados: la pareja, los hijos, los padres. Pero además, la siniestralidad vial representa un gran problema de salud pública ya que las víctimas de un siniestro de este tipo están 14 días en promedio en terapia intensiva.
Anualmente son más de 3.000 lesionados graves que, desde el punto de vista sanitario y de la atención de salud ocupan, como dijera el doctor Machado, “un espacio enorme del servicio asistencial” dado el costo de cama de CTI por día. “Estamos hablando de 40 millones de dólares por año”, señaló.
De ahí que instituciones de la salud reclaman una reorganización que posibilite lo que denominan Sistema del Trauma, para lo cual desde hace dos años se viene trabajando en un anteproyecto de ley con los detalles y la perspectiva técnica desde los servicios de salud aunque el tema aún no ha sido tratado en el Parlamento.
De acuerdo a lo informado, la propuesta es generar un sistema organizado de las emergencias en esa área, dado que existen en Uruguay los diferentes componentes para ello pero no forman parte de un sistema similar a los existentes en otros países y cuyo valor para salvar vidas ha sido demostrado en la práctica.
Son iniciativas que es necesario evaluar seriamente e instrumentar lo antes posible si se consideran efectivas. Mientras tanto, el semáforo de la siniestralidad vial está con luz amarilla. Las cifras divulgadas son un nuevo llamado de atención que requieren acciones desde la institucionalidad pero también compromisos ciudadanos.
“Mayo Amarillo” vuelve a poner el tema en la agenda pública, interpelándonos sobre los índices de fallecidos, heridos y lesionados permanentes como consecuencia del tránsito, con la intención de movilizar a la sociedad y promover la adopción de conductas preventivas. “En el tránsito el sentido es la vida”, dice el lema de este año. Indudablemente, no hay uno mayor.