(EL OBSERVADOR)
Las señales de estabilidad que sugirió el mercado de trabajo a finales del año pasado perdieron fuerza en el arranque de 2019, cuando los principales indicadores vinculados al empleo retomaron la tendencia de deterioro. La economía uruguaya, en la fase actual de estancamiento económico, no logra retener puestos de trabajo y los niveles de empleo alcanzaron su punto más bajo de los últimos 11 años.
Los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que en marzo la tasa de desempleo trepó a 9,5% de la población económicamente activa, mientras que la tasa de ocupación se redujo a 56,2% de la población en edad de trabajar. Eso implicó una caída de 1,1 puntos porcentuales respecto al año pasado en materia de empleo y un aumento de un punto en los niveles de desocupación respecto a igual mes del año pasado. Hay que remitirse a enero de 2007 para encontrar cifras más negativas de cada indicador. Los datos de marzo no muestran un fenómeno aislado sino que afirman una tendencia que ya se venía dibujando en el arranque del año. Cuando se analiza el primer trimestre del año y se lo compara con igual período de 2018, las conclusiones son claras: la sangría de empleo, lejos de detenerse, se agravó levemente. En el promedio enero-marzo, la tasa de ocupación se ubicó en 56,9% de la población en edad de trabajar y la tasa de desempleo fue de 8,8%. Esto implicó una caída de dos décimas en los niveles de empleo, por más que la desocupación se mantuviera en los mismos niveles que en el arranque de 2018.