Documento entregado a INR hace un año informó de una posible fuga del mafioso italiano Rocco Morabito

(VTV NOTICIAS- AFP)
El 6 junio de 2018, Inteligencia Carcelaria envió al Instituto Nacional de Rehabilitación un informe que daba detalles de cómo se fugaría Rocco Morabito, el mafioso italiano que finalmente se fugó ayer lunes, según informó VTV Noticias. El informe detallaba que Morabito iba a fugarse por el sexto piso de la cárcel, de allí pasaría al techo de un supermercado y luego entraría a un apartamento, donde lo estarían esperando otros cómplices para continuar su huida.
A pesar de estos detalles, el INR no tomó medidas, según añadió el informativo. El Ministerio del Interior tomó conocimiento de este documento recién unas horas después de haberse efectuado la fuga e iniciará una investigación administrativa para saber si desde adentro de la cárcel se facilitó la maniobra. La fuga de Morabito y otras tres personas con arresto administrativo se concretó en la medianoche del domingo. Los recluidos se fugaron por las azoteas del edificio mediante un boquete, y luego coparon una vivienda lindera, a la que accedieron por una banderola. La dueña de ese departamento relató a la prensa que los hombres solamente le solicitaban la llave para irse, no le hicieron daño y estaban tranquilos.
Morabito era uno de los 10 delincuentes más buscados del mundo y fue detenido en Uruguay, donde esperaba desde 2017 para su extradición a Italia. La reacción del gobierno italiano no se hizo esperar.
“Es desconcertante y grave que un criminal como Rocco Morabito, jefe de la ‘Ndrangheta’ (mafia calabresa), haya logrado escaparse de una prisión en Uruguay en donde esperaba la extradición”, dijo el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini. “Pedimos explicaciones inmediatas al gobierno de Uruguay”, escribió el ultraderechista ministro italiano en una nota divulgada a la prensa. “Le vamos a dar caza donde esté”, prometió en breve comunicado. La niebla era densa en Montevideo, y el calor inusual para el invierno. Élida Ituarte decidió bajar la persiana pero dejó la ventana abierta, y por allí ingresaron los cuatro fugados tras alcanzar una terraza desde una pequeña pared de la prisión. Al ingresar a su apartamento, le pidieron las llaves del lugar para salir y, como no pudieron abrir la puerta, ella misma lo hizo. Según la mujer, tras dejar su casa, salieron a la calle por la puerta frontal del edificio. Morabito, de 52 años, fue detenido en 2017 en un hotel de Montevideo tras residir por 13 años con otra identidad en el balneario uruguayo de Punta del Este. Era buscado desde 1995 por asociación ilícita y tráfico de drogas. Según versiones de prensa, Morabito consiguió la residencia en Uruguay, adonde ingresó en 2004 con documentos falsos. Fue arrestado tras alojarse en un céntrico hotel capitalino luego de discutir con su esposa y dejar su domicilio esteño. En Uruguay fue acusado de falsificar documentos de identidad para vivir bajo el nombre falso de Francisco Antonio Capeletto Souza. Sobre Morabito recae en Italia una condena en ausencia a 30 años de prisión. La justicia uruguaya aprobó el pedido italiano de extradición el año pasado. Morabito se fugó junto a Leonardo Abel Sinopoli Azcoaga, detenido por falsificación de documento y hurto y pedido en extradición por Brasil; Matías Sebastián Acosta González, también requerido por la Justicia brasileña; y Bruno Ezequiel Díaz, detenido por un homicidio a solicitud de Argentina, indicó el Ministerio del Interior.
En Uruguay, Morabito cultivó el bajo perfil con otra identidad. Según datos recogidos por la AFP, rentaba su casa en Punta del Este tras vivir durante unos tres años en una propiedad rural de 600 hectáreas con una casa estilo toscano de 2.000 metros cuadrados.

INVESTIGACIONES INTERNAS EN EL INR

(ECOS)
La fuga del mafioso Rocco Morabito y otros tres delincuentes disparó dos investigaciones en el seno del Ministerio del Interior, según confirmaron a Ecos cuatro autoridades de la cartera. “Hay dos investigaciones que corren en simultáneo para determinar qué pasó con la fuga.
Estamos bajo el secreto de la investigación y no puedo dar más detalles por el momento”, dijo la directora del Centro de Ingreso, Diagnóstico y Derivación del INR, ex Cárcel Central, Mary González. Es una investigación policial externa para dar con el paradero de los reclusos fugados y una investigación administrativa interna, que tiene por objetivo esclarecer las circunstancias en las que se dio la fuga. Si bien corren por carriles separados, las dos investigaciones están bajo la órbita del Ministerio del Interior.
“Estamos en plena investigación y los pasos se están dando bajo estricta y absoluta reserva. En las fugas de internos siempre se hace una investigación interna para dar con los responsables o detectar fallas. Este caso llama mucho la atención por la peligrosidad de los fugados y porque eran personas que estaban requeridas en otros países”, dijo una de las fuentes.
Consultada sobre la posibilidad de hacer un boquete en el techo del penal en un piso donde hay custodia policial, la fuente dijo que ese punto es uno de los motivos de la investigación. “Al menos tres de los cuatro requeridos huyeron por ese boquete y llama la atención porque es un sector custodiado pese a que tenían un arresto administrativo. Si hay algo claro es que no puede hacer un boquete de ese tamaño en una noche”, agregó. La hipótesis de un trabajo previo y de la omisión de controles a los internos crece con fuerza entre los principales detectives de la Jefatura de Policía de Montevideo, edificio donde funcionan las unidades de investigación y donde convivían los presos fugados. La relación entre los funcionarios del INR y los altos mandos de las unidades no pasa por su mejor momento, según Ecos. La fuga y la modalidad que utilizaron los cuatro reclusos para escapar de un recinto rodeado de policías y funcionarios penitenciarios llamó la atención y levantó las sospechas.
“Hay cosas que no se entienden, parece que no fuéramos todos policías”, dijo uno de los detectives consultados.

“MATAR O MORIR”, SEGÚN BAYARDI

(ECOS)
“Los militares están educados para matar o morir. No están capacitados para llevar adelante la función policial”, expresó el ministro de Defensa, José Bayardi, a la salida de Torre Ejecutiva, donde se realizó el Consejo de Ministros. Especificó que los soldados están entrenados para defender con su vida un “interés estratégico importante”, Por otra parte, la tarea policial es más de disuasión, prevención y represión, según señaló el ministro. “El tema es que, a veces, confundimos las funciones y estas tienen un entrenamiento distinto al que tiene un militar”, agregó. Bayardi dijo que, muchas veces, se tiende a buscar soluciones fáciles y que han fallado en otros países. Según él, la propuesta del senador Jorge Larrañaga tendría esas características. “Hay que tener en cuenta que, cuando el gobierno de Michel Temer en Brasil militarizó a la Policía, las muertes se incrementaron. Pero no se dio solo entre delincuentes, hay una familia que recibió 80 disparos en el auto al ser detenidos en un control policial. No cortemos por los atajos porque los atajos no siempre nos llevan al mejor lugar”, agregó el ministro.