República AFAP tiene más de U$S 8.000 millones de capital, que invierte en el país

Cómo invierten las AFAP el dinero que reciben de los trabajadores uruguayos, qué garantías hay para que no haya pérdidas, y cuál es la realidad de República AFAP, fueron algunos de los temas tratados con la vicepresidenta Jimena Pardo, el gerente comercial Diego Moles, el encargado regional Marcos Lima y la ejecutiva departamental María José Parodi. Otro aspecto analizado es cómo impacta el envejecimiento en la sustentabilidad del sistema jubilatorio y los desafíos futuros, que es una de las principales preocupaciones del sistema previsional en general, por lo que alcanza también a República AFAP.
La vicepresidenta Pardo, afirmó a EL TELEGRAFO que “es un sistema consolidado, a pesar que hay visiones críticas, pero desde el punto de vista real, es un sistema que empezó en 1996, tiene casi 24 años y tiene 1.432.000 afiliados, que son casi todos los trabajadores del BPS que están afiliados a una AFAP, y la mayoría de ellos en forma voluntaria, porque quienes hoy ganan más de 57.000 pesos nominales no están obligados, y el 75% de todos los afiliados no ganan eso, son voluntarios” y recordó que “la tarea de la AFAP es complementar al Banco de Previsión Social (BPS)”.

Que aumente la cuenta personal

En cuanto a la función de las AFAP, explicó que “una parte del aporte personal del trabajador, que es un 15% del sueldo nominal, se reparte en mitades entre la AFAP y el BPS, y nuestra tarea es poner ese dinero a rendir interés haciendo inversiones. Eso se pone en la cuenta personal del trabajador, y si sumamos todas las cuentas individuales de los trabajadores hay más de 15.400 millones de dólares acumulados, más o menos el 25% del Producto Bruto Interno (PBI) y va a seguir creciendo, porque la mayor parte de nuestros afiliados se va a estar jubilando dentro de 10 o 15 años”. De ese total, más de 8.000 millones (el 56%) es administrado por República AFAP, que tiene además como afiliados al 40% de los trabajadores que aportan.
En el caso particular de República AFAP, “más allá que las inversiones pueden ir bien o mal, en estos años no hubo ninguna inversión que no se haya cobrado su capital, y en aquellas que hubo problemas, como hay cláusulas de garantía, se recupera el capital”. En los casos que las inversiones dan ganancias, se distribuye entre las cuentas de los afiliados a la AFAP, aunque aclaró que “son muy pocos casos, y se dieron al principio, como alguna inversión forestal en los primeros años, pero se cobró con la garantía, pero en general en las inversiones nos ha ido muy bien”.

Controladas y reguladas

Para mayor garantía de los afiliados, “las AFAP están reguladas por el Banco Central del Uruguay (BCU), y por ejemplo en 2002 había bancos privados que se fundieron y que eran dueños de AFAP, pero los dineros están en custodia en el BCU por lo que no tuvieron pérdidas”.
Diego Moles, gerente comercial de República AFAP, detalló que “el promedio de los intereses en estos 23 años, medido en dólares, es un 9,76%, en Unidades Reajustables (UR) es 6,6%, todo en términos reales, descontada la inflación”.
Recordaron que “una vez que el dinero entra al fondo, no lo podemos tocar, la única salida de dinero de la cuenta de un trabajador que está permitida por ley es cuando se jubila, que haya una pensión porque el titular falleció o que el fondo se herede o si en la ley de desafiliación la persona decide irse y se manda al BPS”.

Una empresa paraestatal

Por otra parte, afirmaron que “mucha gente elige la AFAP por el respaldo, y República es la única que tiene tres accionistas estatales (el Banco de la República, el BPS y el Banco de Seguros del Estado). Y además, estamos en todo el país, somos la única que tiene una sucursal en cada capital departamental (tienen 22 agencias permanentes, cuatro en Montevideo), y desde el año pasado estamos con las agencias temporales, que es en los lugares donde no podemos tener una agencia permanente, y en seis localidades del Interior montamos una agencia con las mismas funcionalidades, pero una vez por mes, el tercer jueves; las localidades son Young, Bella Unión, Paso de los Toros, Carmelo, Río Branco y Chuy, donde había un incremento en la demanda y servicios”.
La empresa previsional está integrada por unos 230 funcionarios efectivos en todo el país, y tienen un plan “desde hace seis años por el cual se contrata a 18 becarios de los programas de administración de la UTU por un año o dos y ayudan a atender las sucursales del interior del país, lo que está muy bueno para nosotros y para ellos. En general ha sido su primera experiencia laboral, y la mayoría han encontrado buenos trabajos, y hasta hemos tomado exbecarios cuando precisamos personal”.

Casi 100 millones en Paysandú

En cuanto a cómo deciden invertir el capital que manejan, explicaron que “la ley es muy clara en lo que podemos hacer y lo que no, y además está el Banco Central que tiene sus propias regulaciones. Pero sí se puede invertir en lo que son proyectos de infraestructura, servicios y de inversión productiva, que el sistema tiene invertidos más de 4.300 millones de dólares en ese sector, y para nosotros es alrededor del 20% de nuestro fondo. Por ejemplo en la Corporación Vial del Uruguay, las obras de infraestructura a través de las PPP (Participación Público-Privada), el Fondo lechero, el Fondo arrocero, se han financiado empresas como Conaprole e Isusa, los parques eólicos (algunos de UTE y otros privados), la terminal de Tres Cruces o el hotel Conrad (que ya se pagó) y también la inversión en vivienda, en la ley de vivienda social muchos constructores se han financiado con fondos de las AFAP”.
En Paysandú, hay 97 millones de dólares invertidos por las AFAP, la mayoría en los fondos de tierra para forestación y algo en infraestructura, tanto forestal como lechería, y tierras que son de la AFAP y están arrendadas para producción agrícola, “tierras de los trabajadores uruguayos que se arriendan para que terceros las exploten en ganadería, agricultura o forestación”.
Pardo aclaró que “no somos un banco en el sentido que no podemos pactar directamente un préstamo, o comprar tierras en forma directa. Nosotros compramos instrumentos financieros, que es lo que el Banco Central nos autoriza, y todo tiene que tener un mercado formal, debe salir a cotización pública y nosotros nos presentamos”.
En cuanto a la forma de compra de las tierras, dijo que “hacemos un fideicomiso que tiene un patrimonio, por ejemplo para tierras, que pueden estar forestadas o forestarse después. Nosotros somos dueños del instrumento financiero –el fideicomiso– que es titular de las tierras y del negocio forestal que se monta”, y para recibir las propuestas “hay administradores y gente que se han dedicado al instrumento financiero, y además tenemos gente que controla. En nuestro caso está también la administradora del Banco República, República Afisa, que es el fiduciario. Solamente controlamos, no administramos ni gestionamos, estamos impedidos de hacerlo”.

Otras grandes inversiones

También dijo que, con los fondos de República AFAP, se han financiado “muchas intendencias a través de fideicomisos que tienen como garantía de pago el Sucive o del pago de Contribución con tarjeta de crédito. Por ejemplo emitieron fideicomisos Rivera, Salto, Montevideo, Canelones, San José, Florida y Río Negro. Es para fines específicos, como maquinaria, iluminación y otros. A nosotros no nos preocupa el destino, sino a la Junta Departamental, que tiene que aprobarlo, porque estos fideicomisos generalmente llevan más de un período de gobierno para el pago. Pero como nos cobramos del Sucive, no tenemos problema”.
Mencionó que “Montevideo emitió ahora para el Fondo Agroalimentario, el nuevo mercado agrícola, con más de cien millones de dólares, además de lo que pone la Intendencia y los operadores. Y otro proyecto grande que está para salir y probablemente las AFAP participemos, es el ferrocarril asociado a UPM, que todo el proyecto tiene un costo de unos mil millones de dólares, pero para financiarse en el mercado de capitales van a ser unos 350 millones, otro poco pone el gobierno y otro el constructor.
Y como es una PPP, hay un contrato entre un privado, que es quien va a construir o arreglar el ferrocarril, y el Estado, que se compromete a pagarle un canon por la construcción y el mantenimiento durante determinada cantidad de años. Y después el privado sale a buscar un financiador, y allí viene a nosotros, que le prestamos el dinero y él nos paga con ese canon. Y si él no pagara, nos cobramos igual porque hay mecanismos de resguardo”.