La Policía sanducera, en coordinación con las fiscalías de turno, se encuentra trabajando intensamente para aclarar los casos de rapiñas y asaltos que han estado azotando los comercios de la ciudad en las últimas jornadas. Diariamente se registra al menos una rapiña con arma de fuego.
La particularidad de los hechos es que los malvivientes utilizan un modus operandi similar. Siempre son dos las personas involucradas y se desplazan en moto. Mientras uno desciende –armado– al comercio, el otro lo aguarda con el rodado encendido para huir velozmente una vez cometido el delito.
Desde la semana pasada, la zona Sureste ha resultado la más afectada, contándose alrededor de una rapiña por día. En la mayoría de los casos ocurren pasadas las 20 horas. Ávidos conocedores de que la tecnología ha avanzado y los comercios poseen cámaras, los malvivientes han instaurado un sistema de camuflaje. Además de dejarse colocado el casco integral y hasta guantes, se cambian de indumentaria al huir y utilizan –como en el ocurrido el domingo a la noche– bolsas de nylon para esconder su calzado y no dejar huellas.
Fuentes consultadas por EL TELEGRAFO indicaron que lo más complejo, en este tipo de hechos, es que “los malvivientes están alerta de que van a ser filmados y por eso usan bolsas, cascos, gorros y demás para impedir ser reconocidos”. Pero además, ha habido casos donde ha quedado el rostro al descubierto o se ven ciertas características pero “nadie, ningún ciudadano, aporta datos, ni siquiera de manera anónima”, dijeron con suma preocupación.