Ramón Appratto destaca aporte del libro sobre la vida de Benito Nardone

En la sala de conferencias de la Asociación Rural del Uruguay, nuestro coterráneo Ramón Appratto compartió la presentación del libro de Raúl Iturria “Benito Nardone (Chico Tazo, la voz del campo, historia de la Ganadería)”.
Al respecto Appratto destacó a EL TELEGRAFO que “tuve el honor, a pedido del autor, de integrar el panel que presentó el libro del Dr. Raúl Iturria Igarzábal, Benito Nardone, subtitulado “Chico Tazo la voz del campo” e “Historia de la ganadería y del gremialismo rural”. Compartimos la Mesa con el autor, Atilio Arrillaga, Gabriel Seré Márquez y el gerente del predio de la Rural del Prado, Ing. Arroyo”.
Reflexionó Appratto que “el libro reivindica una figura singular de la política uruguaya que desde su oficio de periodista, llenó la acción del ruralismo nacional durante mitad de la década del 40´ y toda la del 50´, llegando a una alianza política en base a una comunidad de intereses del ruralismo integrado en la Liga Federal de Acción Ruralista, con el Herrerismo. Sobre esa base, el Partido Nacional desplazado del gobierno hacía 93 años, triunfó en la elección del 30 de noviembre de 1958. Y Benito Nardone accedió así al Consejo Nacional de Gobierno, del cual fue presidente en 1960”.
Observó que “cuenta el Dr. Iturria, en forma amena y atrapante, cómo el hijo de un inmigrante italiano, natural de la ciudad de Gaeta, escaló posiciones en base a sus ‘talentos y virtudes’ personales. Con perseverancia llegó de ser un periodista iniciado en el diario batllista El Día, a conductor ideológico de un poderoso movimiento gremial que a su impulso se difundió por todo el país desde la Radio Rural, el Diario Rural y su movimiento nacional, la Liga Federal de Acción Ruralista”.
Acotó que “dentro del total de la lectura, extraje dos consideraciones principales. Lo primero fue comprender, para poder trasmitirlo, porque el Dr. Iturria, al que conocimos dos veces como Intendente de Durazno, senador, ministro del Interior y ministro de Defensa, buscó documentar con justicia para la historia, al personaje Benito Nardone, líder gremial de un poderoso movimiento ruralista”.
“ Y la razón fue que el Dr. Raúl Iturria, tiene un sano y profundo orgullo por sentirse sentimentalmente como un campesino. Reivindica y expresa ese sentimiento, cuyas raíces están en la distante Capilla de Farruco en el interior lejano del departamento de Durazno. Genialmente muestra en su obra, lo que es la idiosincrasia campesina. Una forma y conducta de vida y de sentir la vida, muchas veces ininteligible para el habitante de la ciudad. Abonando esto, recojo de otra obra de la pluma de Iturria, la exaltación y reivindicación del oficio de tropero”.
Asimismo, para Appratto “por primera vez leí a un político e historiador que se refiriera a las excelencias de ‘el principio de la subsidiaridad’ que es la gran herramienta para abolir el dirigismo del Estado. Esas dos vertientes de pensamiento dan la dimensión del autor y su obra”.
Consideró que “esa cosmovisión del ser humano preponderantemente rural, de grandes espacios, fue la destinataria de la prédica de Benito Nardone, una vez consustanciado con la misma, sin perder sus raíces de aquel barrio Palermo capitalino que lo había visto nacer y crecer, entre sus casas bajas cercanas al mar habitadas preponderantemente por obreros y empleados”.

“RURALISMO DE MASAS”
Recordó que “joven, dejó la capital, para radicarse en Durazno, trabajando junto a un forjador del gremialismo rural nacional, el Dr. Domingo Bordaberry. La tarea de Nardone se volcó junto a él, en la acción gremial ruralista con una visión más popular que las dos instituciones existentes entonces, la Asociación y la Federación Rural. Llegó a pertenecer a ésta última, de la cual se separó con muchos seguidores, al no encontrar eco en su idea de forjar ‘un ruralismo de masas’, más popular y que involucrara a los pequeños productores, a los chacreros y granjeros, horticultores, etcétera, ya fueran propietarios, renteros o medianeros”.
“Bien dice el Dr. Iturria, que su libro tiene un valor histórico documental sobre el proceso previo y posterior a la elección de ese 30 de enero de 1958, al que él llama una revolución inconclusa, criterio que compartimos y que yo siempre lo referí como una revolución incruenta e inconclusa, y en ese proceso fue figura fundamental Benito Nardone, quien fue la voz del campo sentada en el gobierno nacional”.
“De su cosecha, el Ruralismo desde el gobierno consiguió implantar el Banco de Previsión Social, uniendo en él todas las Cajas de Jubilaciones que existían, el Banco Central (banco de bancos), un cambio del tipo libre único y la eliminación del Contralor de Importaciones y Exportaciones con sus cambios múltiples, que habían sido la herramienta más nefasta para el interés económico de todos los trabajadores del campo”, expuso Appratto.
“El libro pone a Benito Nardone en su verdadero lugar, no donde los que fueron atacados en sus intereses económicos por su prédica o sus adversarios políticos quisieron dejarlo”, reflexionó.