La conmemoración de los 50 años de la sede Paysandú del Cenur Litoral Norte ha sido acompañada por una intensa serie de actividades académicas y sociales que en los últimos meses han puesto en un lugar central a la actividad universitaria local.
A su vez, la próxima culminación del ciclo lectivo de Enseñanza Media y la divulgación de la oferta de carreras que es posible realizar en Paysandú y la región concita el interés tanto de estudiantes como sus familias que prontamente deben comenzar a resolver una serie de aspectos vinculados con el acceso a la educación terciaria.
El proceso de descentralización que ha llevado adelante la Universidad de la República (UdelaR) es una realidad que “rompe los ojos”, al decir del académico e investigador Rodney Colina, presidente de la Comisión Coordinadora del Interior (CCI) de dicha institución.
Se trata de un hecho cuantificable y, en este sentido los resultados del Relevamiento continuo de estudiantes de grado de la UdelaR realizado en 2018 –destinado a recabar información sociodemográfica, datos sobre estudios preuniversitarios, trabajo, movilidad académica y becas, entre otros aspectos– indica claramente que la población estudiantil crece a un ritmo mucho más acelerado en el Interior: en los últimos seis años el flujo de ingreso de estudiantes en las sedes universitarias del Interior creció a una tasa promedio anual de 15%, frente a una tasa total de crecimiento del 4,7%.
De acuerdo a lo informado, en 2018 la UdelaR tuvo 135.757 estudiantes activos y la matrícula alcanzó un crecimiento de 3,5% anual en promedio desde 2012, año en que se había realizado el último censo. En definitiva, la universidad registró 17.680 nuevos ingresos el año pasado y la tasa de crecimiento anual en el flujo de ingresos fue de de 4,7%.
En las sedes del interior estudian 14.000 jóvenes, que representan el 10,2% de la matrícula de la UdelaR, mientras que en 2007 esa proporción era del 4%.
Los inscriptos en el Interior se distribuyen en mayor cantidad en el Centro Universitario Regional (Cenur) Litoral Norte que comprende las sedes de Salto, Paysandú, Río Negro y Artigas, con casi el 6% de la matrícula. El 3% se encuentra en el Centro Universitario Regional del Este (CURE) que comprenden las sedes de Maldonado, Rocha, Treinta y Tres y Lavalleja y el 1,3% en la región Noreste que incluye las sedes de Tacuarembó, Rivera y Cerro Largo.
En realidad el porcentaje de estudiantes de la Universidad de la República que residen en el Interior no ha parado de crecer desde 1999 y resulta significativo que entre ese año y 2018 pasó de un 15% a un 29%.
Esta evolución se ha dado en paralelo a un proceso de descentralización y regionalización que ha sido muy importante si se considera que se ha llevado a cabo en tan sólo 12 años y finalmente ha logrado detener el histórico macrocefalismo universitario montevideano que durante décadas se vivió como un factor de desarraigo para los estudiantes que debían emigrar para estudiar y, también, de discriminación hacia aquellos que no podían hacerlo por motivos geográficos y económicos con la consecuente disminución de oportunidades.
Un logro normativo importante en el avance descentralizador fue la aprobación de la Ordenanza de los Cenur, que posibilitó entre otras cosas que estos se convirtieran en Unidades Ejecutoras –es decir que pasaron a contar con la potestad de administrar sus propios recursos–, y se crearon 54 Polos de Desarrollo Universitario (PDU), en función de ciertos ejes temáticos prioritarios, generales y por región, que integraron un conjunto de recursos humanos de alta dedicación radicados en las regiones y con infraestructura asociada.
En un programa televisivo de TV Ciudad el rector Rodrigo Arim recordó que hay carreras que se dictan únicamente en el Interior y dijo que “desarrollar la Universidad en el Interior no solamente fue llevar carreras, si no nuevas carreras que aumentan la oferta”.
Según datos de la Comisión Coordinadora del Interior se ha crecido muchísimo en infraestructura, contándose actualmente con 40.000 metros cuadrados edificados en uso gracias a la construcción de edificios en Rocha, Maldonado, Treinta y Tres, Tacuarembó, Rivera, Salto y Paysandú, además de adquirirse propiedades en distintas ciudades para resolver el tema locativo que es complejo dado el dinamismo y la demanda que han generado la apertura de nuevos cursos y el crecimiento en el número de estudiantes.
La posibilidad de realizar estudios universitarios en su ciudad o en la región es un factor de nuevas oportunidades y un agente de movilidad social para las nuevas generaciones que accede a posibilidades reales de estudio y desarrollo profesional en el espacio local, algo realmente significativo si tenemos en cuenta que casi la mitad de los estudiantes universitarios residentes en el Interior son la primera generación de su familia que accede a la enseñanza terciaria.
Recientemente el Consejo Directivo Central de la Universidad de la República resolvió la creación del Centro Universitario Regional (Cenur) del Noreste, un nuevo servicio que será conformado por sedes universitarias existentes en Rivera, Cerro Largo y Tacuarembó.
Se trata de una buena noticia ya que representa el inicio de la consolidación de la presencia universitaria en otra región del país. Ocurre que allí donde la Universidad se establece y crece se ha producido –y lo ocurrido en Paysandú es testimonio de ello– una incipiente demanda de carreras que ha determinado la instalación de nuevas facultades y servicios universitarios, pero también el inicio de desarrollo de infraestructuras ciudadanas para atender las necesidades de una masa creciente de estudiantes universitarios que llegan desde distintos puntos de la región, con la consecuente dinamización de las economías locales en un “derrame” que beneficia a mucho más que los propios universitarios y el escenario de su inserción laboral o futuro profesional.
La movilidad estudiantil es importante y como hay carreras que se imparten sólo en Salto, Paysandú o en el Este y no en Montevideo, en estas ciudades se han radicado estudiantes de otros puntos del país. A modo de ejemplo, señaló que en la sede Salto el 40% de los estudiantes no pertenece a la región.
En definitiva, una vieja aspiración como la descentralización universitaria es actualmente una realidad que habrá que seguir desarrollando en sus aspectos académicos y presupuestales con miras a las necesidades del próximo quinquenio y en el marco de un escenario de cambio autoridades de gobierno nacional y departamentales que deberán también apuntalar el esfuerzo para consolidar las carreras existentes y crear nuevas a nivel regional. → Leer más