La situación en Colón está “muy complicada” y con restricciones, dijo el intendente José Luis Walser

Con 17 contagios confirmados de COVID-19, 120 personas en aislamiento y monitoreadas permanentemente, una nula actividad turística que es “el principal motor de nuestro desarrollo” y debiendo cubrir necesidades alimenticias de parte de los vecinos, el intendente de Colón, José Luis Walser, dijo a EL TELEGRAFO que “tuvimos que volver a la fase inicial” cuando creían que ya estaba siendo superada.
Con respecto a la forma de contagio del COVID-19, dijo que “estuvimos reunidos con la directora del Hospital y quedó claro que los contagios fueron por contactos muy estrechos, como compartir una comida o el mate, que es un hábito que nos cuesta mucho dejar”.

HABÍAN FLEXIBILZADO UN 90%

Walser recordó que “veníamos de un 90 por ciento de flexibilización y pensando en volver a la casi normalidad, por lo que esta situación nos choca. Hoy arranca todo nuevamente con controles estrictos, restricción de la actividad comercial excepto esenciales como alimentos y farmacia, y los servicios básicos que cumple la Municipalidad”.
Sobre los dispositivos de control para quienes vienen de otros departamentos, dijo que “nosotros permanecemos con todos los dispositivos que teníamos instalados. Al ingreso de Colón, por ejemplo, estamos articulando con Gendarmería, tuvimos una reunión con Prefectura que patrulla el río y toda la zona costera, con la Policía de la provincia que hace el control interno en distintos puestos que tiene. En el caso de Gendarmería están en el ingreso por la ruta 135 y se aplican los protocolos sanitarios, hay personal sanitario de la Municipalidad que toma la temperatura, las personas que vienen de otros lugares deben firmar una declaración jurada. Y eso funcionó muy bien, porque todos los integrantes del grupo familiar del paciente cero fueron registrados al ingreso y fijaron domicilio para hacer la cuarentena, aunque después no cumplieron con el aislamiento. Pero todos los sistemas establecidos para el control funcionaron”.
Con respecto a la denuncia penal a quienes no cumplieron la normativa, dijo que “eso está contemplado porque el aislamiento es obligatorio, y el incumplimiento es un delito. Lo que hice con el juez y la fiscal federales fue preguntarles a través de una nota si había alguna actuación en marcha, y como no había le pedí que se investigara qué pasó y cuáles son las responsabilidades”.

PROCESO DE INTEGRACIÓN

Ante esta situación, y frente al movimiento que se había encaminado para la reapertura del puente binacional general Artigas, el intendente colonense dijo que “ahora tuvimos que volver a la fase inicial, y eso claramente va a retardar todo este movimiento que veníamos haciendo en conjunto con ciudades cercanas como San José, y habíamos planteado la posibilidad de volver a la integración que nos daba el puente. Pero a las claras está que estamos un poco más lejos de esa situación. Ayer (por el domingo) tuve una conversación con el intendente de Paysandú, con Mario (Díaz) planteando esos temas, me preguntó cómo estaba Colón interiorizándose y poniéndose a disposición para la ayuda que puedan dar. Y le dije que una vez que todo esto pase, tenemos que sentarnos los representantes de las dos ciudades para encontrar la forma de que una apertura del puente o una posible integración sea beneficiosa para todos los vecinos, porque claramente hoy esta situación del cambio (de moneda) nos conviene a nosotros, pero también en otras oportunidades le ha convenido a los vecinos sanduceros y entender que podemos desarrollar políticas entre las dos intendencias para beneficiar a ambas comunidades creo que es el camino; no en un tironeo si perjudicamos a unos comerciantes o a otros. Hay que buscar herramientas para que nadie salga perjudicado y todos podamos desarrollarnos en esta integración que tanto anhelamos y que de una vez por todas sea real”.

CONTROLES Y BUROCRACIA EN EL PUENTE

Consultado si entiende que podría ser una solución como la de Rivera y Santa Ana do Livramento o en el Chuy, donde las ciudades están integradas y los controles aduaneros y migratorios están fuera de ellas, en la ruta, dijo que “hoy tenemos el puente con los controles establecidos. Lo que decimos es que tenemos que trabajar y tratar de correr las barreras que evitan la integración, porque en el día a día el vecino sanducero se le dificulta para venir, y al colonense para visitar Paysandú, y hay controles y burocracia que van en contra de una real integración. Todo lo que podamos poner en común entre las dos comunidades y sea beneficioso, vamos a estar de acuerdo”.
Sobre cómo sobrellevan la situación social y económica, en cuanto es una ciudad mayoritariamente volcada al turismo interno argentino –que ahora no existe– el intendente Walser dijo que “claramente estamos muy complicados económicamente. Habíamos comenzado a recuperar algunas actividades y reconstruir algunas economías, y esto nos hace volver todo a fojas cero. El turismo, que es el principal motor de nuestro desarrollo, si bien tenía menos expectativas, de hecho no había comenzado porque en Entre Ríos están inhabilitados los hoteles para algunas actividades, y los comercios gastronómicos en Colón claramente que no. Y el sector turístico tiene un componente que es la incertidumbre de hasta cuando va a ser esto y va a ser el más perjudicado porque la circulación de personas es lo último que se va a habilitar”.

“UN PANORAMA DESALENTADOR”

Con respecto a la Municipalidad, afirmó que “está absolutamente comprometida financiera y económicamente, porque tomamos un Municipio que estaba fundido y después nos vino esta situación. Todavía no hemos terminado de pagar los sueldos, con suerte mañana (por hoy) terminaremos de pagar parte de los sueldos del mes pasado. Hace un rato tuvimos una reunión con los sindicatos para ver cómo seguimos adelante con esta situación, que ha tenido un impacto económico muy grande”.
Por otra parte, y en el plano social, dijo que “seguimos manteniendo un plan alimentario de más de 1.300 viandas diarias y 600 bolsones o módulos de alimentos (canastas decimos en Uruguay) semanales, y eso nos lleva un dinero importante pero tenemos que sostenerlo porque la realidad de nuestros vecinos es así de básica”. Agregó que “los números de la Municipalidad están absolutamente en rojo, y hoy reducimos todos los gastos posibles y tenemos tres prioridades: una es mantener el plan alimentario para darle de comer a estos vecinos, otra el pago de los sueldos y el sostenimiento de los servicios esenciales de la Municipalidad. Los tenemos hace tres meses y seguramente los seguiremos teniendo porque el panorama es desalentador, porque no tenemos posibilidad de recibir recaudación local, la coparticipación provincial y nacional cayó al 50 por ciento, lo que tiene un impacto importante en nuestras arcas”.