Con la presencia de candidatos a la Intendencia, dirigentes y legisladores del departamento, la Federación Ancap (Fancap) llevó adelante la primera instancia de consolidación de la comisión departamental en defensa de la industria cementera estatal, cuyo lanzamiento efectuarán el 4 de setiembre.
El presidente de Fancap a nivel nacional, Gerardo Rodríguez, resaltó la presencia heterogénea de la dirigencia política, “porque muestra la preocupación de varias colectividades en mantener la industria en manos de Ancap y en Paysandú”.
Recordó la importancia del encuentro con el presidente Luis Lacalle Pou el 29 de julio en Torre Ejecutiva, “a quien planteamos una alternativa a los tres escenarios que manejaba el directorio de Ancap. Si es posible que se instale un inversor privado en Paysandú, creemos con más razón que puede desarrollarse la industria cementera en manos del Estado”. El dirigente enumeró que “tenemos el horno, una riqueza natural estimada en 10.000 millones de dólares, hay necesidad de construir infraestructura y vivienda. Como Estado, también existe la posibilidad de inversión en la mesopotamia argentina, de acuerdo a un estudio de mercado que hizo Ancap, por lo tanto, creemos que están dadas las condiciones como para que se tome la decisión política de invertir en Paysandú”, dijo a EL TELEGRAFO.
Rodríguez aseguró que tal escenario “daría, por un lado, la posibilidad de encontrar una solución para cientos de trabajadores en un momento difícil en medio de la pandemia. Varios países del mundo buscan a la inversión pública como una forma de reactivar la economía. Esto daría una oportunidad a Paysandú, uno de los departamentos más golpeados en ese aspecto y además, posicionaría a Ancap con una posibilidad de desarrollo importante”.
El subsecretario del Ministerio de Industria, Walter Verri, destacó ante reiteradas consultas que el Poder Ejecutivo no tiene una decisión tomada en torno al futuro de la industria cementera. Rodríguez precisó que los trabajadores se movilizan porque “no queremos actuar sobre la lógica de los hechos consumados. Antes de tomar una decisión, queremos construir una alternativa que contemple las aspiraciones de los trabajadores. En ninguno de los escenarios planteados por el directorio se prevé a la industria cementera abierta en Paysandú. Por eso, no vamos a quedarnos de brazos cruzados”.
La industria cementera involucra a 600 puestos de trabajo directos en Minas, Manga y Paysandú. “Nuestra aspiración es mantener las tres plantas abiertas, tanto para Ancap, como el Sunca. El cierre de Paysandú impacta en toda la industria porque los funcionarios públicos serían trasladados a Minas y ahí no solo quedan los trabajadores del Sunca sin empleo, sino que también los de Minas ante la inclusión de nuevos funcionarios que , a su vez, impactarían en los tercerizados”, culminó.