Doña Maruja, el buen gusto al alcance de todos

La bisabuela, Doña Maruja, inspiró a Matilde y Martina Moller a instalar el restaurante que lleva su nombre. Era una amante de la cocina y vinculó aquel pasado de grandes mesas familiares con las generaciones siguientes, hasta llegar a este presente que mantiene intacto el gusto por los sabores caseros y rinde homenaje a una historia familiar que perdura en el tiempo y emociona con sus recuerdos a dos mujeres jóvenes al frente de un emprendimiento que mira al futuro.
Martina se formó en la UTU de Salto, proviene de un entorno familiar ligado a la gastronomía casera que impulsó fuertemente su vocación por la cocina y con una pasantía en el Belmont House de Montevideo, apoyada por su padre, comenzó su experiencia a los 20 años. Allí hizo su carrera, hasta la llegada de Josefina, su hija, que marcó el fin del ciclo capitalino y el comienzo de una iniciativa junto a Matilde.
“Se armó un proyecto familiar, con el impulso del tío Alfredo y la necesidad de buscar nuevos horizontes”, relata Matilde, quien además, es escribana. En un momento de pausa en su carrera, hizo el curso de Analista en Marketing, también en UTU, que “me abrió la cabeza con buenos profesores y gran nivel en el grupo”.
“Tengo mi formación en Marketing y trato con el público y Martina en la parte de gastronomía. En 2011 armamos el proyecto y nos tiramos al agua”, asegura.
Desde entonces, “mantenemos la calidad. Eso es un pedido de nuestros clientes y es nuestra insignia. Traemos la mejor carne de Paysandú, usamos ingredientes de primera calidad y lo que no encontramos acá lo traemos de Montevideo, como por ejemplo la masa philo. Antes la comprábamos importada de Grecia y después contactamos a quien la hace en Montevideo; desde allá también traemos pescados y mariscos. En el caso de las verduras, compramos a un productor y sabemos que viene de la huerta al restaurante”.

TIEMPO DE PANDEMIA

El momento de la pandemia “fue duro para nosotros, así como para todos, que de un día para el otro tuviéramos que quedarnos en casa, cerrar los comercios y mandar a la gente al seguro. Acá somos seis mujeres y Diego que viene los viernes a la noche. Pero de otra forma no podíamos. Tratamos de tirar los números y ver de elaborar un menú del día, pero era enorme la cantidad de dinero que llevaba solo para mantener los costos”.
En los primeros meses de la contingencia sanitaria, “tuvimos que bajar los costos al mínimo imprescindible, como es el caso de los costos fijos y gastar los pocos ahorros que teníamos, porque había que pagar como sea”.
La creatividad fue un recurso necesario. “Los fines de semana hacíamos sugerencias para vender, sobre todo los sábados y gente amiga o allegada nos apoyó. Así seguimos hasta el 15 de junio, cuando arrancamos con el Día de la Madre. Empezamos solo al mediodía con sugerencias y hubo buena respuesta. Ahora comenzamos los viernes de noche y siempre presentamos promociones para dos, donde los clientes saben lo que van a gastar”.
Matilde reflexiona que “en realidad tenemos fama de que somos caros, pero si cualquiera mira la carta verá diferentes opciones para permitirse disfrutar en un restaurant y entorno apropiado con buena música. Es un momento que vale la pena vivirlo, porque presenta la oportunidad de vestirse elegante y disfrutar de una velada a precios accesibles. Mantener la preferencia es una labor diaria y sin descanso que implica cuidar los detalles”.

EL ENTORNO

La decoración acorde a los nuevos tiempos, muestra en “Doña Maruja” la mixtura entre lo rústico y lo moderno, con las maderas nobles que ambientan el salón iluminado con lámparas, acompañado con plantas y sus paredes vestidas con cuadros que acercan a una intimidad hogareña.
Al mediodía la propuesta es un menú ejecutivo, donde el cliente puede optar entre cinco diferentes platos, además del postre y la bebida por 510 pesos. El viernes lanzaron la nueva carta de primavera-verano con la incorporación de Bodega Garzón, con buenos vinos que acompañan a los recomendados. Luego ensalada oriental con camarones, la bondiola con frutos rojos, la ensalada César o la amplia variedad de carnes y las pastas caseras sorprenderán tanto al almuerzo o la cena. Es importante tener en cuenta las viandas saludables, incluso para personas que necesitan dietas especiales como celíacos o reducida en calorías, además de las opciones veganas. Y la “tiendita gourmet”, con ricas opciones para llevar y acompañar a la hora del té.
Doña Maruja los espera de martes a sábado de 12 a 14.30, los viernes de 20 a 23.30 y domingo por medio al mediodía.