Septuagenario en prisión por varios delitos sexuales contra sus nietas

(Este medio en acuerdo con los responsables legales de las víctimas se reserva el derecho de no difundir el nombre del imputado o a publicar información que pueda identificarlo plenamente, a fin de preservar la identidad y/o asociación hacia las víctimas menores de edad).

La Justicia encarceló a un hombre de 78 años al comprobarse su presunta responsabilidad en delitos sexuales en perjuicio de sus nietas de 10 y 12 años y de otras dos –actualmente de 19 y 20 años– a quienes abusó cuando eran pequeñas. El caso además guarda características que podrían catalogar al imputado como un “depredador sexual” (de acuerdo a la criminología), ya que sus víctimas fueron siempre de las mismas edades, en pleno desarrollo, cometió su primer abuso cuando era aún adolescente y continuó empleando su modus operandi hasta la actualidad.
El caso llegó a redacción de EL TELEGRAFO, medio que accedió al expediente en el cual se detalla la modalidad que empleaba el delincuente para cometer sus actos. El mismo engañaba a las niñas con promesas de darle caramelos o pagarles (entre 10 y 15 pesos) por permitirle tocarlas en sus partes íntimas.
De acuerdo al documento, el pasado 7 de julio un llamado al 911 alertó a la Policía de una situación familiar en la zona de San Félix. Al arribar, una mujer denunció al abuelo paterno de las niñas de 10 y 12 años a quienes había sometido a sus bajos instintos. Vivían todos en el mismo terreno aunque en casas separadas. Sin embargo, en una conversación que había mantenido con la mayor, al preguntarle por qué no quería ir más a la casa del “Tata”, ésta comenzó a llorar y le contó que no lo visitaba más porque la tocaba por debajo de la ropa. Ante tal descubrimiento, la mujer interrogó a su otra hija la que contó que también era tocada porque así “el Tata” le daba caramelos.
En tanto, una de ellas contó que el primer abuso fue a metros de donde estaba su abuela bañándose, pero que no se animó a decir nada y se fue hacia su casa llorando.
La investigación pasó a la órbita de la UEDVDG (Violencia Doméstica) donde se recabó información que indica que otras dos personas, hermanas de las niñas por parte materna, también habían sido víctimas del septuagenario en el pasado. Una de ellas fue ultrajada en 2012 cuando estaba al cuidado de un hermano menor. Dijo que esa vez, que fue la primera de otras, el hombre la tomó de atrás y la tocó por debajo de su ropa. “Me lo guardé”, contó llorando la hoy mayor de edad. En tanto, su hermana narró que fue sorprendida mientras jugaba en la computadora.
El 14 de agosto, en la sede penal se realizó una audiencia de prueba anticipada mediante la modalidad de Cámara Gesell en que declararon las dos niñas. Además se presentaron informes de la sicóloga a cargo de la investigación donde se concluyó que los relatos de las víctimas no eran situaciones imaginarias, además de otras consideraciones que este medio prefiere resguardar.

UN PASADO CONDENABLE

A nivel de Fiscalía, el trabajo recayó en manos de Segundo Turno que dirige la doctora Estela Long. Durante la investigación salieron a la luz otras situaciones aberrantes, en las que el ahora imputado había cometidos abusos sexuales (atentados violentos al pudor), que si bien prescribieron, permitieron dar cuenta de su peligrosidad.
Durante más de 60 años, una de sus hermanas calló lo que le había pasado cuando era tan solo una niña. Expresó que éste había cometido su primer abuso cuando tenía 15 años en un galpón de la casa familiar que compartían en la zona céntrica y en una casa de campo. Indicó que sufrió abuso durante mucho tiempo y que su hermano no solo la tocaba. Otra mujer, hoy de 39 años, narró que cuando tenía entre 8 y 10 años iba a quedarse a la casa de su tía (esposa del imputado) y que muchas veces fue despertada por el hombre que la manoseaba.
Otra muchacha de 15 años, dijo que dos años atrás, ocasión en que visitaba a su abuela (esposa del imputado) el hombre se le acercó y metió su mano debajo de la remera tocándole un seno.

ACTUÓ A CONCIENCIA Y VOLUNTAD

En definitiva, dice el expediente, “surge de la indagatoria preliminar de Fiscalía que el imputado se aprovechó de las niñas, de la relación familiar y su condición de jefe de hogar/adulto responsable, para abusar sexualmente de ellas, conducta reprochable penalmente y que ameritan su formalización”.
Asimismo, el trabajo de Fiscalía refiere que el hombre “actuó con conciencia y voluntad, en oportunidades diferentes y como fruto de distintas resoluciones criminales, por medio de violencia y/o amenazas; efectuó actos obscenos diversos a la conjunción carnal. Pero además, por medio de la intimidación, presión psicológica, abuso de poder y demás circunstancias coercitivas realizó también actos de naturaleza sexual contra una de sus nietas en particular a quien aún ante su negativa al ofrecimiento de caramelos para dejarse tocar, cometía los aberrantes actos sexuales”.
Fiscalía solicitó que se dispusiera como medida cautelar la prisión preventiva del imputado al entender que existen elementos de un riesgo procesal consistente en el “peligro de fuga y gravedad del hecho”, ya que si bien ha concurrido a declarar en varias ocasiones, “se encuentra ahora en conocimiento de que la pena a la que se enfrenta es de penitenciaría”. Así como el “riesgo para la seguridad de las víctimas”, ya que “la secuencia de hechos reseñados llevan a la conclusión de que el imputado pueda atentar nuevamente contra las víctimas en caso de quedar sujeto al proceso en libertad o con medidas de prisión domiciliaria”.
Contando con todos los elementos mencionados, la Justicia dispuso la formalización de la investigación para el hombre, imputado por “la presunta comisión de reiterados delitos de abuso sexual agravados, varios de ellos en concurso formal, con reiterados delitos de retribución o promesa de retribución personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo y reiterados delitos de atentado violento al pudor especialmente agravado, todos en reiteración real con un delito de retribución o promesa de retribución a personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales eróticos de cualquier tipo”.