Empresas y Derecho: Las empresas ante el COVID-19

En los últimos días la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha difundido un nuevo informe sobre la situación de las empresas ante el coronavirus COVID-19. Se trata de una encuesta realizada en 4.500 empresas de 45 países la cual asegura que las mayores dificultades a las que han enfrentado las microempresas y las pequeñas empresas “han sido la falta de liquidez para mantener su personal y sus operaciones, la perturbación de la actividad de los proveedores y el acceso a las materias primas”.
Según el informe, “habida cuenta de que las empresas ya debían hacer frente a una gran presión competitiva antes de la crisis, las restricciones gubernamentales y sanitarias y los efectos económicos de la pandemia de COVID-19 han constituido una dificultad añadida para muchas empresas. Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la perturbación de la falta de liquidez (los flujos de caja) ha sido la mayor dificultad. En más del 85% de los casos se señaló que la pandemia había tenido una repercusión económica de nivel elevado o medio en la actividad empresarial. Sólo una tercera parte de las empresas destacó que contaba con fondos suficientes para su recuperación. Las microempresas y las pequeñas empresas (las que poseen 99 empleados o menos) fueron las más afectadas.  Los datos fueron recabados de marzo a junio de 2020 y las preguntas formuladas a las empresas trataron sobre la continuidad de su actividad, su fortaleza financiera y su fuerza de trabajo.
1 Algunos números
Según el documento, “el 78% de las empresas encuestadas manifestaron que habían modificado sus operaciones para hacer frente a la pandemia de COVID-19, y tres cuartas partes lograron proseguir su actividad pese a las medidas adoptadas a raíz de las restricciones gubernamentales. Mientras tanto el 85% de las empresas aplicó medidas para proteger a su personal frente al virus.
Por otra parte, “casi el 80% de las empresas, en particular las de mayor tamaño, señaló que tenía previsto mantener su personal. No obstante, alrededor de una cuarta de las empresas manifestó que esperaban perder más del 40% de su personal”.
2 Futuro  
Con respecto al futuro, los resultados de la investigación demuestran “la necesidad de prepararse para circunstancias imprevistas y mitigar los riesgos asociados a la perturbación de la actividad empresarial. Menos de la mitad de las empresas encuestadas, en particular las microempresas y las pequeñas empresas, contaban con un plan de continuidad de sus operaciones al surgir la pandemia. (…) Para las empleadores encuestados, “las empresas necesitan fuertes medidas de apoyo gubernamental para la alcanzar recuperación de las mismas”.
En efecto, “cuatro de cada diez empresas señalaron que no disponían de fondos económicos para facilitar su recuperación, al tiempo que dos terceras partes manifestaron que su financiación era insuficiente. De los sectores analizados, el turismo y la hostelería, y en menor medida, el comercio y la venta al por menor, son los que acusaron un mayor déficit de financiación”.
3 Sectores vulnerables
Complementando el informe de la OIT, un documento emitido en el mes de noviembre pasado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha informado que “si bien la crisis afecta a toda la fuerza de trabajo, la situación de los trabajadores informales de ambos sexos, y especialmente la de las mujeres y las personas jóvenes, indígenas, afrodescendientes y migrantes, constituye un fuerte núcleo de vulnerabilidad. De hecho, el 78% de las mujeres ocupadas en la región trabajan en los sectores de la economía que se verán más afectados, lo que las hace aún más vulnerables al riesgo de desempleo. (…) Otros elementos, como el aumento de la violencia doméstica en la crisis actual, acentúan la situación de vulnerabilidad de las mujeres y las niñas, y debilitan su autonomía.
4 Perspectivas económicas
Mientras tanto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha señalado recientemente que “las perspectivas económicas mundiales son menos pesimistas, pero los riesgos y la incertidumbre siguen siendo elevados. Después de colapsar en la primera mitad del año, la producción económica se recuperó rápidamente tras la flexibilización de las medidas de contención de la pandemia de COVID-19 y la reapertura de las empresas. Las autoridades reaccionaron de forma rápida y generalizada para amortiguar el impacto en ingresos y empleo. (…) Restablecer la confianza será crucial para que las economías puedan recuperarse con éxito, y para ello tenemos que aprender a convivir con el virus de forma segura”.

Dr. Rodrigo Deleón