“La ganadería uruguaya sobre campo natural, tiene un gran potencial para mejorar su desempeño, tanto en términos productivos como económicos, sociales, de género y ambientales”. Este concepto resume parte del trabajo realizado en el proyecto “Ganadería y clima”, según dijo Walter Oyhantçabal, el director del proyecto y de la Unidad de Sostenibilidad y Cambio Climático de la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias del MGAP.
Los resultados del diagnóstico de los predios que participan de Ganadería y Clima, tras ocho meses de estudios, permiten visualizar que el ingreso y la producción de carne vacuna tienen un importante margen y posibilidades de mejora, en el marco del acompañamiento que les ofrece este proyecto de los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y de Ambiente de Uruguay.
El proyecto Ganadería y Clima presentó, a través del canal de YouTube del MGAP, los datos obtenidos, la metodología utilizada y las causas de los problemas identificadas por el equipo técnico en los predios que lo integran.
Una de las principales informaciones que se desprende de este trabajo es que permite contar con importante margen y posibilidades de mejora en el ingreso y la producción de carne vacuna de los establecimientos, en el marco de acompañamiento que les ofrece este proyecto que cuenta con apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, en inglés), dirección técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y está siendo ejecutado por el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria (INIA) y la Facultad de Agronomía.
DATOS DE 63 ESTABLECIMIENTOS
El 19% de la superficie de los 63 establecimientos que participan de Ganadería y Clima, corresponde a “área mejorada” (no 100% campo natural), esto sumado al hecho de que buena parte del área en que trabajan las familias participantes es arrendada, condiciona los costos y por lo tanto el ingreso, así como la estabilidad de los establecimientos.
“Tenemos datos y eso es importante a la hora de tomar decisiones”, destacó el subsecretario del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP), Ignacio Buffa.
“Este proyecto, junto con otros esfuerzos que están realizando otras instituciones van al punto de levantar información sobre lo que está pasando en los sistemas reales y esa es una información que es especialmente relevante a la hora de determinar cuáles son las vías de mejora de los sistemas productivos y que estén alineadas con criterios de sostenibilidad y sustentabilidad”, dijo también Buffa.
Desde abril 2020, durante los últimos 8 meses, Ganadería y Clima llevó adelante el proceso de caracterización y diagnóstico de los 63 establecimientos participantes de este proyecto en cuatro zonas del país, relevando datos económicos, productivos, sociales y ambientales de los últimos 3 años.
El trabajo se realizó aplicando las medidas de protección y prevención que se recopilaron en una guía específica del proyecto, avalada por la Organización Panamericana de la Salud en marzo y que se fue adaptando en función de la evolución de la situación sanitaria y de las recomendaciones de las autoridades.
“MUCHA CIENCIA Y POCA CREENCIA”
El equipo de extensionistas centró su trabajo en la reconstrucción de los datos de los últimos 3 años. Así se cumple la primera de las etapas que requiere el enfoque de coinnovación que aplica este proyecto que trabaja con dos organizaciones nacionales de productoras y productores, Comisión Nacional de Fomento Rural y Cooperativas Agrarias Federadas, además de 11 organizaciones locales y 11 técnico extensionistas.
“Entender un poco las dinámicas de los procesos de toma de decisiones de los sistemas es especialmente relevante, si los queremos modificar y cambiar hacia adelante”, agregó Buffa. “Estos temas de productividad o de hacia dónde van los sistemas y cómo se relacionan con los aspectos ambientales los tenemos que nutrir de mucha ciencia y poca creencia y esta instancia va en esa línea, de generar información objetiva sobre los sistemas de producción.
También destacó el “enfoque sistémico” que plantea Ganadería y Clima: “el sistema de producción son las vacas, el pasto, pero además la gente que toma decisiones”, concluyó Buffa.
EL PROYECTO
La “idea fuerza” que sustenta el proyecto Ganadería y Clima es que “la ganadería uruguaya, en particular la ganadería sobre campo natural, tiene un gran potencial para mejorar su desempeño, tanto en términos productivos como económicos, sociales, de género y ambientales”, dijo Walter Oyhantçabal, el director del proyecto y de la Unidad de Sostenibilidad y Cambio Climático de la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias del MGAP.
Respecto a los aspectos ambientales del proyecto, Oyhantçabal explicó que se busca conservar, mejorar, proteger el capital de biodiversidad que tiene nuestro campo natural, cuidar el agua, pero también lograr una mejor adaptación al cambio climático, sistemas más resilientes, que mantengan o secuestren carbono en el suelo, mantengan la materia orgánica que es un indicador fundamental de la salud de los suelos y también que reduzcan en lo posible las emisiones de gases a efecto invernadero como el metano y el ácido nitroso”.
Esto puede alcanzarse con “tecnología de relativo bajo costo y de alto impacto y que, si se generalizan en el territorio del país, pueden realmente mover la aguja en varios de estos aspectos relevantes”, aseguró el director del proyecto por el MGAP.
Explicó que los datos presentados servirán de línea de base para medir la mejora de la producción de los establecimientos y el impacto del proyecto.
Santiago Dogliotti, profesor titular del departamento de producción vegetal de la Facultad de Agronomía y co-coordinador del componente de Campo del proyecto, explicó que se requiere un proceso de aprendizaje para cambiar la manera de producir del sistema, por eso el proyecto promueve actividades concretas basadas en una metodología de coinnovación para facilitar ese aprendizaje. Además, describió las distintas etapas que prevé cumplir el proyecto y cómo se va a estar trabajando.
En un video realizado por el proyecto, Dogliotti explica que el diagnóstico realizado es esencial para poder luego “hacer una propuesta de trabajo y rediseño del predio realmente ajustada a los problemas principales y a las necesidades de cada establecimiento”.
LOS DATOS
Pablo Soca, de Facultad de Agronomía e integrante del componente productivo del proyecto, presentó los datos que surgieron de las evaluaciones en los predios.
En los 63 predios, los promedios son que un 19% de las superficies productivas de campo natural fueron “mejoradas”, por lo que no son exclusivamente “naturales”; la carga vacuna es de 0,7 Unidades Ganaderas (UG, vacas) por hectárea de campo mientras que la carga de ovinos es de 0,11 UG. Se producen 82 kilos de carne vacuna por hectárea y 11 de carne ovina y 2,9 kilos de lana por hectárea. Hay un 71% de destete vacuno; un rinde de 110 kilos de ternero por vaca entorada y se alcanza un 60% de señalada ovina.
La falta de gestión o una gestión inadecuada implican una reducción del ingreso neto de los establecimientos y el diagnóstico concluye que se puede esperar una mejor del ingreso neto de unos 50 dólares por hectárea de pastoreo. Los costos totales de producción son de alrededor de unos 110 dólares por hectárea, de los cuales un 50% se debe a la renta de la tierra, los suplementos, las pasturas y la mano de obra.
Estos datos “definen una ganadería que está complicada desde el punto de vista de su sostenibilidad”, dijo Soca. No hay grandes variaciones “sobre todo en el ingreso neto” explicó el ingeniero agrónomo.
AUMENTAR LA PRODUCCIÓN DE PASTO
Los predios del proyecto que producen principalmente carne vacuna, salvo en los de la zona norte, donde la proporción de ovinos es mayor. Soca señaló que, en el Norte, la producción por animal de los sistemas es muy baja porque los ovinos y lo bovinos compiten por los recursos.
La idea del proyecto es, a través de la coinnovación, aplicar la intensificación ecológica que permite aumentar la producción con los mismos recursos.
“La relación que hay entre carga vacuna y producción por animal es negativa, lineal y se cumple a la perfección lo que ustedes conocen como el modelo del MET [modelo de estados y transiciones]: aumenta la carga vacuna y baja la producción animal. Quiere decir que aquellos productores y aquellos sistemas que aumentan la carga vacuna y mejoran la producción por hectárea, están recorriendo un proceso que pasa por un fuerte aumento de la producción de pasto”.
Además, la evaluación arrojó que las claves están en una buena gestión de la energía, de la producción y del campo natural.
Como conclusión, en referencia a los desafíos que plantea actualmente el clima y la sequía en particular, Soca advirtió que “el rediseño de sistemas ganaderos en condiciones climáticas críticas implica un gran desafío a nosotros, a los productores, a los técnicos, a las organizaciones. Implica un gran desafío porque nos genera condiciones muy adversas, porque la primavera, que es la época en la cual estos sistemas se rediseñan, está casi perdida”.
“Ahora podemos pasar de la fase de opinión a la fase de discusión informada y estos datos, en la medida de que más gente los mire, van a generar círculos virtuosos para ver hacia dónde puede ir el sistema productivo”, dijo Buffa al cerrar. → Leer más