Invertir en el sector forestal de Uruguay

La economía uruguaya ha transitado 16 años continuos de crecimiento, siendo además el país más equitativo y con mayor ingreso per cápita de América Latina, asevera el instituto Uruguay XXI desde su página web.
En ese sentido, añade que el país cuenta con un sistema democrático consolidado, por el cual han alternado los tres principales partidos en el gobierno, manteniendo el compromiso de respeto al clima de negocios y las reglas de juego claras.
Diversas empresas extranjeras eligieron a Uruguay para instalarse y desarrollar sus actividades. En 2007 se instaló UPM –empresa de capitales finlandeses–, Montes del Plata –de capitales chilenos y sueco-finlandeses– instalada en Uruguay desde 2009, y Lumin –de capitales brasileños–, entre otras. Asimismo, importantes TIMOs, como GFP, BTG, The Rohatyn Group, Liberty Mutual y Stafford operan en Uruguay.
Uruguay XXI destaca que nuestro país se ubica en la misma latitud que los principales emprendimientos forestales del hemisferio sur. Se encuentra en una zona climática similar a la del sur de Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y zonas centrales de Argentina y Chile, con condiciones de clima y suelo que aseguran muy buenos niveles de competitividad a nivel internacional.
Nuestro país cuenta con un marco jurídico estable y propicio para la inversión en el sector forestal y de un código nacional de buenas prácticas forestales para el logro de una producción sostenible, atendiendo los requisitos de la demanda internacional.
Uruguay apunta a una mayor integración de las actividades forestales con la ganadería extensiva –dos de las principales actividades del país–, lo que permite aumentar la producción contemplando una mayor eficiencia del uso de los recursos naturales.
En Uruguay existen importantes oportunidades para la instalación de industrias que logren un mayor agregado de valor a la madera. La gran oferta de madera de pino, proveniente de plantaciones manejadas y certificadas, es un gran atractivo para la instalación de empresas de primera y segunda transformación mecánica. La disponibilidad anual de esta madera excede los 3 millones de metros cúbicos anuales, superando ampliamente la capacidad industrial del país.