No todo es culpa de la pandemia

La Organización del Fútbol del Interior (OFI) intenta acomodar el cuerpo ante la caótica situación que vive el fútbol amateur en prácticamente todo el país, sin encontrarle la vuelta, pero tomando además algunas decisiones poco comprensibles.
Desde marzo del pasado año, cuando aparecieron los primeros casos de coronavirus en nuestro país y se decretó la emergencia sanitaria, OFI se ha caracterizado por la falta de reacción o por acciones fuera de tiempo.
Sin darse la posibilidad de rebelarse ante la situación, se optó por esperar por decisiones ajenas y no aprovechar el tiempo para poder plantearse un posible plan de acción, evaluando posibilidades y diferentes escenarios para elaborar una estrategia de supervivencia. Y tampoco pensando a futuro.
La situación sanitaria llevó a que se paralizara la competencia el pasado año, y a esperar. Al menos, con el correr de los meses se pudo retomar y terminar la Copa Nacional de Selecciones, aunque sin la presencia de público.
Recién el 18 de agosto del pasado año OFI elevó un protocolo para poder ser estudiado, que contemplaba la presencia de público. La propia Secretaría Nacional del Deporte (SND) aclaró en aquel momento, cuando todas las críticas iban hacia ella, que ese era el primer protocolo enviado por el fútbol del Interior.
Ese documento fue aprobado con pequeñas variantes, y tuvo el visto bueno para comenzar a implementarse. Pero increíblemente hubo problemas: tanto se pidió poder jugar, y tanto se gritó que sin la presencia de público el fútbol del Interior no subsistiría, que en los pocos lugares en los que decidió jugar al fútbol hubo problemas para cumplir el protocolo anhelado.
“No se cumplió prácticamente nada. Hubo lugares con dos mil personas juntas, sin tapabocas y no se registró a la gente como decía el protocolo”, se remarcó a EL TELEGRAFO desde la SND ante la consulta.
Más allá de que luego surgieron nuevas medidas por parte del gobierno, como no permitir los espectáculos públicos, sin actividad en la mayoría de las Ligas del país, y con OFI mirando la situación de reojo e intentando definir sus próximos pasos, apareció al comienzo de este año la posibilidad de elaborar una carta al gobierno nacional explicando la situación por la que se atraviesa, buscando soluciones.
Es que hasta ese momento todos los sectores de la economía del país se hicieron escuchar, menos el fútbol del Interior. El 19 de enero se realizó la primera reunión interna, a través de la plataforma Zoom, con la participación de las principales autoridades de la Organización más un par de representantes por Confederación. La idea fue poner el tema sobre la mesa: el presidente de la Liga de San José tuvo contacto directo con el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), José Luis Falero, quien ante la consulta solicitó la presentación de una nota para conocer la realidad del fútbol del Interior, que permitiera además sentarse a evaluar las posibilidades de colaboración.
Aquella noche se decidió que dos personas redactaran la misiva. El documento estuvo listo rápidamente, pero OFI volvió a sus tiempos, a su normalidad, poniendo la pelota contra el piso y cortando la posibilidad de generar un rápido contragolpe. Y sin apuro decidió luego que sería el Ejecutivo el que le daría el toque final a la nota. El documento todavía espera en la sede de OFI.
Pero mientras los dirigentes se tomaban su tiempo, se consiguió por parte del presidente de la Liga de San José una reunión impensada con el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. Y cuando al menos se podía generar un ataque interesante, increíblemente (o no tanto) la delegación del fútbol del Interior liderada por el presidente Mario Cheppi fue a la reunión con las manos vacías y tiró la pelota afuera.
Delgado y Falero, también presente en aquella reunión, pidieron lo que OFI tendría que haber llevado a la cita: un estado de situación. La delegación de OFI no solo no llevó la nota que venía preparando hacía algunas semanas, sino que al ser consultada al respecto no pudo dar una visión concreta de la realidad económica del fútbol del Interior. Algo que se debería haber tenido claro y por escrito cuando ya habían transcurrido a esa altura más de 10 meses de la pandemia instalada en nuestro país.
Recién a pedido de las autoridades de gobierno OFI comenzó a recabar información económica de los clubes, Ligas y Confederaciones, que iba a ser presentada en la víspera ante la Secretaría Nacional del Deporte, desde donde se elevaría a las autoridades que correspondan.
La pena es que la Organización dejó pasar una oportunidad única de poder sentarse cara a cara, con números sobre la mesa, con Delgado y Falero quien, a su vez, había puesto a disposición dos contadores de la OPP para ayudar a OFI en el tema.
La desesperación va en aumento, al punto que se decidió golpear las puertas del Congreso de Intendentes con el objetivo de plantear la situación y hacer una serie de planteos, entre ellos el pedido de crear un nuevo impuesto a través del cual se pudiera volcar la mitad de lo recaudado a OFI y el resto a otras disciplinas deportivas. Pero los dirigentes no fueron recibidos.
Los números en rojo siguen apareciendo. Esa fábrica sin chimeneas, como se define a OFI y al fútbol del Interior, está en cuidados intensivos. Los dirigentes comenzaron a recortar gastos, aunque sorprendieron con algunas medidas.
Luego de enviar a seguro de paro al gerente, se animaron a dar un paso más: rescindir el contrato de la asesora letrada Dra. Andrea Valiente, aunque no por motivos económicos (la profesional se había bajado el sueldo a la mitad) sino por diferencias personales con algunos dirigentes.
OFI dio un paso inesperado, o quizás no tanto si se analiza cómo viene funcionando de un tiempo a esta parte, incluso cuando todavía se vivía en la vieja normalidad. Es que se rescindió el vínculo con quien fue clave, junto al expresidente Gustavo Bares, para que el fútbol del Interior se integrara a la AUF a través del nuevo estatuto, y para que tras largas, ríspidas y extenuantes negociaciones con FIFA, OFI quedara lo mejor posible parada en esta integración política.
Es más: ambos lograron (en el caso de Bares ya afuera de OFI, que tenía nuevas autoridades) que FIFA presionara, el día antes de que se tomara la decisión, para se respetara el número de votos que se le otorgaría al fútbol del Interior en el Congreso de la AUF, sensiblemente menor al que los interventores de la Asociación plantearon a las nuevas autoridades de OFI. Y esto resultó clave para que la Organización tenga hoy el peso que tiene en ese ámbito a la hora de tomar decisiones, algo por lo que luchó históricamente el fútbol del Interior.
Pero más allá de que sea llamativo, la sensación es que se OFI ha perdido el rumbo de un tiempo a esta parte. Y pasa de la falta de reacción a las decisiones poco entendibles de un gobierno que, hay que recordar, debutó con la insólita situación de ceder uno de esos votos en el Congreso de la AUF pese a la batalla dada por otros dirigentes, y sin nunca haber explicado el motivo.
Y decidió el alejamiento de la profesional justo cuando se debe volver a encarar una lucha tan importante como el lugar de OFI en los reglamentos de la AUF, en los que puede perderse mucho de lo conseguido.
Haciendo un repaso de lo sucedido de un tiempo a esta parte, está claro que no todo ha sido culpa de la pandemia. Hoy todos los actores reclaman la vuelta de la competencia, extrañan el fútbol, pero pocos reparan en que OFI parece no tener rumbo mientras pelea luchas internas.
Pero también hay que decir que son las Confederaciones, las Ligas, las que deben pensar en la totalidad de la situación, pensando a futuro. Porque la sensación es que la pandemia desnudó una cruda realidad dentro de una Organización que llega a los 75 años de vida sin fútbol por el momento, en medio de problemas internos y con la necesidad de pensar en reorganizarse y modernizarse de una vez por todas.