Las expresiones del magnate de la informática Bill Gates, indicando que la producción de carne es causante de “un desastre climático que provoca el calentamiento global y dejará más muertos que la pandemia del COVID-19”, generó diversas expresiones de rechazo en nuestro país, especialmente porque fueron realizadas para, paralelamente, promocionar sus empresas de sucedáneos (que tiene propiedades parecidas y puede sustituirla con un grado menor de calidad), hechos en laboratorio.
Nuestro país es reconocido en América y el mundo no sólo por la calidad de sus carnes, sino fundamentalmente por la forma de producción ganadera, pastoril, a campo abierto y respetando el bienestar animal, por lo que las expresiones de Gates no fueron bien recibidas.
“Las empresas tecnológicas de Bill Gates contratan alrededor del mundo numerosos bufetes de abogados a efectos de controlar, de pleno derecho, el pago de licencias de uso defendiendo la propiedad intelectual y persiguiendo la piratería”, expresó tras conocerse esas declaraciones, el presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), ingeniero agrónomo Fernando Mattos.
Y acotó que “al mismo tiempo, promociona los productos de empresas de laboratorio que imitan a la carne y de las que es accionista, pretendiendo atribuirse los beneficios y atributos de una industria milenaria, pero denostándola al asociar injustificadamente con un perjuicio ambiental”.
Desde el INAC, Mattos rechazó estas aseveraciones “por temerarias e infundadas”, entendiendo que “no hay evidencia científica que determine tal extremo y tampoco es aceptable que se pueda generalizar ni señalar a la ganadería como causante de tales efectos, mientras se revisan a la baja los cálculos de emisiones del sector, en la medida que se publican estudios más rigurosos”.
Para entender más claramente lo que quiso expresar Bill Gates, debemos tener en cuenta que Beyond Meat, la empresa en la que invirtió Bill Gates con sede en Los Angeles, Estados Unidos, produce carne artificial a base de plantas, y ya vende sus bifes y hamburguesas en Uruguay.
Obviamente, además de pretender dejar mal parado al sector ganadero, lo que el fundador de Microsoft procura es elevar las ventas de su producto sintético, y las acciones de su empresa. Y si no, préstele atención a lo que explica la empresa en su web: “¿Quién dice que la carne tiene que venir de animales? La carne se compone de proteínas, grasas, minerales, carbohidratos y agua. Beyond Meat encuentra estos mismos bloques de construcción en el reino vegetal para construir la carne desde cero sin sacrificar el sabor o la textura”.
Los productos de Beyond Meat se elaboran con agua, aislado de proteína de arveja, aceite de canola prensado, aceite de coco refinado y menos de 2% de celulosa de bambú, metilcelulosa, almidón de papa, sabor natural, matodextrina, extracto de levadura, sal, aceite de girasol, glicerina vegetal, levadura seca, goma arábica, extracto de cítrico (para proteger la calidad), ácido ascórbico (para mantener el color), extracto de jugo de remolacha (para el color), ácido acético, ácido succínico, almidón modificado y achiote (para el color). O sea, de “natural” tiene menos que una Coca Cola (y habrá que ver dentro de algunos años cuál de estos dos productos termina siendo más dañino para la salud).
Por eso al referirse a la carne sintética que pretende promocionar Bill Gates, Mattos dijo que “es un engaño deliberado al consumidor, al llamar carne a un producto que no debe denominarse de esa manera. No estamos en contra de ese producto, ni consideramos a estas iniciativas una amenaza. Respetamos a los consumidores que tomen esa opción, pero nos defenderemos de ataques infundados y reclamaremos el derecho de respetar las denominaciones, rechazando cualquier intento de apropiación genérica con el ardid del falso beneficio”.
Y fue aún más enfático en su declaración: ¡llámenlo como quieran, pero no es carne”.
Es importante recordar que en el mes de diciembre pasado, el Parlamento aprobó el artículo 292 de la Ley de Presupuesto que prohíbe usar comercialmente nombres como “carne sintética”. Incluso, el senador nacionalista y productor agropecuario, Sebastián Da Silva, publicó un video con sus declaraciones en el Plenario de la Cámara de Senadores, en noviembre del año pasado. “En aquel escudo hay una vaca. Este es el país con mayor cantidad de vacas por persona, de mayor consumo del mundo, los mejores productores pastoriles de carne del mundo”, señaló.
Además remarcó que “la carne sintética hoy es la principal amenaza que tiene Uruguay en el mundo”. En particular para los países pobres, “el impacto social, ambiental, y económico sería devastador sin la producción animal, sería peor que la pandemia de COVID-19, dijo el ingeniero agrónomo Fabio Montossi, presidente de la Asociación Uruguaya de Producción Animal (AUPA), e investigador principal referente en el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Y a eso podríamos agregar que mientras los países del Tercer Mundo se sumergen aún más en la pobreza, la riqueza de Bill Gates seguirá creciendo gracias a esta moda “saludable” que él promueve, casualmente.
El profesional sostiene que la producción de carne “aporta solo al 9% de las emisiones del mundo. Y la pastoril con la forestación, tiene la capacidad de capturar carbono. Las otras fuentes fundamentales de emisión no pueden. Por eso hablamos de la búsqueda de carbono neutro”.
Y puntualizó que “la producción animal de Uruguay solo emite el 0,01% mundial” y que tiene “una gran capacidad de secuestrar carbono”. Además, en el mundo, “1.300 millones de personas tienen como sustento la ganadería”, que “es la mejor fuente natural de proteína, hierro, zinc y complejo B para la salud humana”.
Volviendo a las expresiones de Bill Gates, el presidente de INAC invitó al empresario a conocer el Uruguay, “país con más de 400 años de explotación ganadera en base a pasturas naturales y que es ejemplo de sostenibilidad. No se puede acusar a un sector generalizando, sin respetar a decenas de miles de productores que de generación en generación han recibido y transmitido un estilo de vida, basado en el legado de cuidar del recurso natural que nos otorgó la naturaleza y que deberemos traspasar de la mejor manera”.
Años atrás en el estand del INIA en la Expo Prado, se presentó el concepto de una sola salud. “Hoy conceptualmente el concepto de una sola salud involucra al animal y al ser humano, yo le incorporo el ambiente y ahí está el triángulo del concepto de una sola salud”, precisaba Montossi. “Si nos posicionamos mejor en eso vamos a estar mejor ubicados” en el mundo. “Cuando uno piensa en esas dimensiones, el aumento sostenible es tener mayor productividad y eficiencia pero con menos tierra, menor consumo de agua, menores emisiones de gases de efecto invernadero y menor recurso de la energía”.
Para Montossi “hay que certificar productos y procesos, hay que tener un concepto de marca, hay que tener un etiquetado que demuestre la diferenciación de ese producto, la trazabilidad, el marketing, la comunicación y una sólida base científica”.
Pero quien llevó a otro terreno la discusión, fue el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, al ironizar a través de su cuenta de Twitter, cargando contra el fundador de Microsoft, y manifestando: “ya nos indicaron quiénes tienen derecho a usar las redes y quiénes no, cómo pensar, quiénes pueden o no nacer, cómo vestirnos… ahora nos dicen qué deberíamos comer…”
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