En sendas mociones, la edila nacionalista Cristina Lazzaroni radicó en la Junta Departamental inquietudes respecto a promover un espacio de contención para víctimas de violencia doméstica y un taller para víctimas de bullying y diversidad sexual en centros educativos.
Expuso Lazzaroni en el primer caso que “es evidente que la atención a las víctimas de violencia doméstica debe brindarse desde un contexto integral, en el espacio físico adecuado y con los profesionales formados para ello”.
Acotó que “en Paysandú existen algunos lugares donde se da la contención a víctimas de violencia doméstica, pero se tiene la aspiración de que sea algo más integral, y la idea concreta consiste en disponer de este espacio físico adecuado o a adecuar, el que se pueda conseguir a través de un comodato para dar una correcta atención a quienes desgraciadamente vivieron situaciones de violencia doméstica, con las comodidades necesarias para vivir mientras se va superando tan triste y difícil episodio”.
Consideró que en ese centro “se deberá prestar asistencia a través de un equipo multidisciplinario que podrá también implementar talleres de apoyo y junto al equipo de gestión promover la capacitación de quienes allí convivan a efectos de una mejor reinserción social, por lo que en síntesis se busca lograr un espacio donde se brinde atención completa”.
Pide que se envíe este planteo al Ministerio de Desarrollo Social (Mides), al intendente departamental, a Fiscalía, al Ministerio del Interior y que pase al estudio de la Comisión de Derechos Humanos, Equidad y Género de la Junta Departamental de Paysandú.
Asimismo, respecto a la segunda inquietud, argumenta la edila que “temas nuevos se han instalado desde hace ya tiempo en la sociedad. Nuevos en cuanto a su visibilidad, ya que en realidad han existido desde siempre, como la diversidad sexual y el acoso hoy llamado bullying. Ambos sin duda son muy delicados y de alta preocupación social”.
Observa que son “temas que implican discriminación, carencia de empatía y lamentablemente en muchos casos, hasta violencia en sus diversas modalidades, física, emocional, sicológica. Por supuesto que revertir esta situación empieza en casa, aprendiendo en el hogar a aceptar las diferencias que nos hacen únicos a los seres humanos, únicos, irrepetibles y perfectos”.
“Y si a la tarea de la familia sumamos a los educadores, mucho mejor. Consideramos entonces imprescindible que la educación, en cuanto a la aceptación y tolerancia empiece desde pequeños. Para ello proponemos que a través de equipos multidisciplinarios se aborden sistemáticamente ambos temas mediante la modalidad de talleres, los que serán desarrollados en educación primaria, secundaria y técnica profesional”, acota.
La representante nacionalista pide que se haga llegar la inquietud al presidente del Codicen, y se radique en Comisión de Cultura de la Junta Departamental.
