Angus realizó su jornada sobre recría

Se desarrolló en forma virtual y organizada por la Sociedad de Criadores de Aberdden Angus, la 360º jornada sobre recría, en donde expusieron la ingeniera agrónoma Graciela Quintans, investigadora del INIA Treinta y Tres, el ingeniero agrónomo Santiago Luzardo, investigador de INIA, y Diego Varalla, integrante de la Consultora APEO.

En su exposición, Quintans señaló que “los resultados son sumamente consistentes” en cuanto a que el primer invierno de las terneras es determinante de un rápido y positivo comienzo de su actividad reproductiva.

En condiciones de campo natural lo usual es que durante el primer invierno de la ternera –inmediatamente después del destete– los animales pierdan peso. Quintans dijo que “están disponibles las tecnologías para mejorar la alimentación durante esos tres meses, de manera de lograr ganancias de peso durante ese período, aunque sean moderadas”. La investigadora mencionó tanto la suplementación invernal como el pastoreo de pasturas mejoradas.

De acuerdo a lo que informa Tardáguila Agromercados, la profesional afirmó que “hay una alta correlación entre la ganancia de peso de las terneras durante el invierno y la posibilidad de lograr el primer ciclo estral con ovulación a los 17-20 meses del animal”. Mostró un experimento en el cual, con ganancias de peso de 100 gramos diarios, se alcanzaba posteriormente una preñez de 92% en la primera inseminación, contra 58% en el caso de terneras que, pastando exclusivamente sobre campo natural en ese invierno, perdían 200 gramos de peso vivo por día.

Quintans agregó que, además, “se evidencian efectos a largo plazo, que van más allá del peso vivo, y que tienen que ver con el desarrollo productivo”. Concluyó que “adecuar un manejo nutricional temprano determina un círculo virtuoso”.

Intensificar recría

Santiago Luzardo dijo sobre la temática que “al intensificar la recría, con una curva típica de crecimiento, encontramos una etapa donde la tasa de crecimiento es mayor, y es donde alcanzamos el 75% del total del crecimiento del animal”.

Según Luzardo “si nosotros lo pensamos desde el punto de vista biológico, es una oportunidad intensificar en la recría, porque lo que hacemos es aprovechar el potencial que tiene esta categoría animal para el crecimiento, y si consideramos que la producción de carne puede ser concebida como una carrera de postas, entregamos la posta para la fase siguiente que es la terminación”.

“En un enfoque más global, que no solo se refiere a recría, sino también a lo que puede ser la programación fetal, cuando se está gestando ese futuro ternero, se va gestando toda la biogénesis, la formación muscular y la formación de tejido diposo” explicó Luzardo, agregando que “antes que el animal nazca, el potencial muscular ya está definido. Lo que va a crecer posnacimiento es el tamaño de esas fibras musculares con el fenómeno que es hipertrofia”.
En otro aspecto de importancia, sostuvo que “de los depósitos grasos, la grasa intramuscular es la última en gestarse y también frente a alguna restricción muscular es también la primera que se va a ver afectada”.

“También es importante el rol de la vitamina A, y depende de en qué momento el animal recibe su alimento, va a estar regulando el marmóreo o infiltración de grasa intramuscular” precisó.

Datos

Por su parte, Diego Varalla manifestó que “para entrar directo al tema, que es el proceso de recría en los criadores, hay que destacar que está en 65% de preñez el porcentaje de Uruguay” algo que “puede mejorar la preñez 15% más, con entores de 2 años y entores de 3 años”.

“Con el sistema actual, el ingreso de capital es de U$S 37 por hectárea, pero aumentando la edad de entore, pasamos a U$S 53 por hectárea” analizó. “Con el hecho de recría en la ternera, en el retorno económico con suplemento de campo natural en el primer invierno, tenemos un impacto económico más relevante”.
Allí precisó que “con 80% de preñez, entorar desde los dos años, destetando con más de 140 kilos, ese sistema de cría típico, generaría U$S 67 por ha.”. Dijo que con esta medida “mejoramos el retorno económico de la empresa, pero también se puede mejorar la eficiencia, que luego lo capturan otros eslabones de la cadena”.

Precisó también que “con 70% de preñez, precisamos 1,4 hembras para tener un ternero y mejora muchísimo el número”. Además expresó que “si logro tener 10% más de vacas entoradas por hectárea, el retorno económico mejora 44%” y eso “se logra con una mejora de la utilización del pasto, con subdivisiones, agua en la parcela y demás”.