Hay que evitar Santa Rosa

El Poder Ejecutivo remitió a la Asamblea General un proyecto de ley a través del cual se deroga la ley Nº 16.805 que permitía correr los días de asueto por los feriados, a fin de evitar los días “puente”.
La normativa vigente, del 24 de diciembre de 1996, establece que si los feriados coinciden en sábado, domingo o lunes se mantienen esos días; si caen martes o miércoles pasan para el lunes anterior; y si son jueves o viernes, pasan para el lunes siguiente. La ley 16.805 original exceptuaba de este régimen los feriados de Carnaval, Semana de Turismo, 1º y 6 de enero, 1º de Mayo, 18 de Julio, 25 de Agosto y 25 de diciembre.
En su argumentación, el gobierno de Luis Lacalle Pou expresó que “Los feriados son fechas de celebración de festividades, y en el caso de los feriados alcanzados por la ley que se proyecta derogar, nos recuerdan acontecimientos patrios propios de la gesta libertadora de nuestro país así como hechos de repercusión universal, cuya importancia hace que para honrar nuestra historia, los mismos sean celebrados en la fecha que recuerda su ocurrencia”.
Como era de esperar, la resolución presidencial tuvo repercusiones inmediatas desde distintos ámbitos, empezando por la Cámara de Turismo, que considera que la medida perjudica su actividad por cuanto los fines de semana “largos” son tomados como una suerte de vacaciones cortas por muchos uruguayos que los aprovechan para hacer turismo interno.
Sin embargo, el presidente Luis Lacalle Pou ya se había manifestado sobre esta iniciativa el pasado 18 de mayo. En esa oportunidad dijo que “Los feriados no nacieron por un tema turístico, los feriados que tiene un país significan un momento de recordación y poner un poco de pausa en esta vida tan loca que llevamos todos”.
Y le asiste la razón al presidente, por cuanto cambiar las fechas de las conmemoraciones desvirtúa la razón de ser del feriado. Los reyes de esta distorsión seguramente han sido los argentinos, que en aras de incentivar el turismo interno durante los gobiernos kirchneristas fomentaron todo tipo de festividades tanto nacionales como provinciales donde tenían un fin de semana largo prácticamente en cada mes.
Sin embargo hay quienes lo ven de otra manera y, por ejemplo, consideran que la norma que ahora se deroga es una conquista laboral que le da a los trabajadores la oportunidad de disfrutar de un descanso excepcional, que ocurre tres veces al año: el 19 de Abril (Desembarco de los 33 Orientales), 18 de Mayo (Batalla de Las Piedras) y el 12 de Octubre (Día de la Raza o Descubrimiento de América), que hasta ahora se pasan para un lunes o un viernes. Además, esto permite que quienes trabajan lejos de su hogar, por ejemplo en la construcción, puedan estar con sus familias por más tiempo, dado que no se justifica viajar por un solo día en caso de que el feriado caiga en medio de la semana.
Otros, en cambio, ni siquiera lo ven como un inconveniente, por cuanto los feriados que se verán afectados por la derogación de la ley 16.805 son laborales y por lo tanto benefician a un sector minoritario de los trabajadores. En efecto, cada vez son más los comercios y las empresas que no cierran en estas fechas, quedando reducido el alcance prácticamente al sector oficial, bancario y poco más. Por decirlo de alguna manera, es un privilegio del que goza una minoría, entre los cuales los trabajadores del Estado.
Por supuesto hay un sector más radical que considera que lo que corresponde es hacer de estas fechas un feriado obligatorio para que en este sentido no haya hijos y entenados, donde todos tengamos un día de asueto y claro está, correrlos para que se sumen al fin de semana. Obviamente se trata de gente que vive de su salario, no de empresarios que son los que deben pagarles el sueldo, con plata que no se genera precisamente cerrando las puertas del negocio.
Pero toda esa discusión parece perder de vista el verdadero sentido del feriado, que no es un “día libre” sino una fecha para recordar un evento que ocurrió precisamente ese día y que por su importancia histórica tanto para el país o para la Humanidad amerita una celebración de esa magnitud. Lamentablemente en estos tiempos se ha puesto de moda “ningunear” la Historia, restándole importancia a los hechos que a la postre determinaron nuestro vida como nación y nuestra identidad, al punto que hasta la propia directora de Cultura de la pasada Administración municipal, Cinthya Moizo, gestora cultural egresada de la Universidad Claeh –con felicitaciones públicas de la Institución cuando asumió el cargo en Paysandú–, reconoció con total desparpajo en un programa de radio que no sabía qué se recordaba el 18 de Julio en nuestro país. Aunque no se lo preguntamos, es obvio que desde la óptica de la exdirectora de Cultura está perfecto que se modifiquen las fechas recordatorias en pos del bienestar y disfrute de los trabajadores, pero todavía hay quienes consideramos que hay valores que no deben perderse, y entre ellos está el respeto por la gesta de quienes nos precedieron y que con sus actos heroicos permitieron forjar el Uruguay del que hoy gozamos.
Por lo tanto, de entenderse que es más importante fomentar el turismo interno o establecer vacaciones cortas periódicamente, lo que corresponde es dejar de lado las razones históricas de los feriados y establecer asuetos en fechas que se consideren adecuadas para tal fin, incluso hasta se podría hacer pensando en los mejores momentos para sacarle el mayor jugo posible a los feriados de descanso; por ejemplo en base a datos históricos del clima, para reducir las posibilidades de que una tormenta estropee las merecidas vacaciones del trabajador. Porque a nadie le gusta hacer turismo con lluvias, así que por lo pronto hay que evitar las fechas próximas al 30 de agosto, porque muy posiblemente Santa Rosa nos estropee todos los planes.