“A medida que pasan los años ciertos cambios se hacen notorios y tendemos a estar atentos en mayor grado a los asuntos biológicos y psicológicos, pero los aspectos sociales son de igual importancia cuando hablamos en relación a la calidad de vida de las personas. En esta etapa se abre la puerta a otro tipo de encuentros, tal vez menos estructurados que los que se daban en la etapa laboral, con gente que tiene otro tipo de vivencias, y eso es sumamente enriquecedor, y la persona puede seguir desarrollando sus potencialidades a partir del encuentro con el otro” asegura Sebastián Cobas, del Proyecto Soluciones Mayores.
Explicó que “la vinculación a un grupo nos da seguridad, contención, nos hace sentir que pertenecemos a una comunidad, que no estamos solos, ya sea que optemos por formar parte de un club social, una asociación civil, de talleres, cursos de capacitaciones, grupos religiosos, u organicemos reuniones en una casa con vecinos o ex compañeros de trabajo”.
Cobas precisó que “las investigaciones muestran que las actividades que resultan más satisfactorias para las personas mayores son aquellas que tienen un cierto grado de responsabilidad pero que no son tan rígidas como el trabajo, ni tan blandas como para no generar ninguna obligación. Los mejores opciones son aquellas en los que se plantea un objetivo en común, una meta, pues nos ayuda a sentirnos productivos, útiles, a tener un proyecto de vida aun en nuestra vejez”.
Aseguró que “los proyectos que involucran acciones solidarias son especialmente buenos a la hora de hacernos sentir miembros productivos de la sociedad y que aún tenemos algo importante para dar, para enseñar, que podemos ayudar”.
integrados
De acuerdo al integrante de Soluciones Mayores, “la integración de la persona mayor a este tipo de redes trae consigo varios beneficios, mejorando el humor, creando nuevos vínculos, generando sentimientos de autoestima, fortaleciendo la intención de adoptar medidas preventivas de salud, abriendo la posibilidad de desarrollar nuevas habilidades, nos ayuda a mantener rutinas que organicen nuestro día, semana o mes y por supuesto combatimos la soledad, la tristeza y el aburrimiento. A su vez estos beneficios que mencionamos traen consigo beneficios físicos, podemos decir que juntarnos con otras personas ‘nos carga las pilas’ en todo sentido”.
No obstante, la contingencia sanitaria puso un freno a las actividades de las asociaciones. Por lo tanto, Cobas pregunta: “¿Y cómo puedo llegar a uno de estos grupos? Por supuesto que la pandemia ha cortado gran parte de estas actividades –todas–, y vaya que se extrañan! Pero poco a poco estamos viendo cómo todo se va reactivando y ya llegará el momento de juntarnos de nuevo”.
Asegura que “Internet es una buena opción a la hora de informarnos sobre qué opciones tenemos, sea mediante un buscador –como Google por ejemplo– o en Facebook podemos encontrar también páginas de algunas asociaciones. Otra opción válida es acercarnos a la Intendencia o a los diferentes centros comunales y consultar por actividades para nuestro rango etario. Se van a sorprender de la cantidad de diversas opciones ya sea que busquen actividad física, aprender algo nuevo, o simplemente socializar”. Finalmente exclamó: “Tu grupo te estará esperando!”.
